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Dbus atraviesa por un momento crucial en su dilatada historia de 138 años. La cercana competencia con el Topo soterrado, los crecientes descuentos en el transporte y el reto de la electrificación de la flota exigen un respaldo económico sin precedentes. La concejala de Movilidad, Olatz Yarza (PNV), explicó este martes en la presentación de los presupuestos de su departamento que las cuentas municipales destinarán el año que viene casi 60 millones de euros para financiar la reestructuración y modernización de la compañía.
La aportación municipal a la Compañía del Tranvía en el ejercicio 2025 ascenderá a 35.909.000 euros porque ese es el desequilibrio previsto de ingresos y gastos de explotación. El plan estratégico de Dbus explica el difícil momento financiero de la compañía con una tendencia de reducción de ingresos –por expansión de los descuentos, menor venta de billetes ordinarios y congelación de las tarifas desde hace 4 años– y un aumento de los gastos –incremento de los costes y de los precios de la energía–, lo que se produce en un momento particularmente vital para la empresa, con retos de competencia con otros modos de transporte y retos tecnológicos.
Dbus está en pleno proceso de transformación hacia un modelo de transporte electrificado, que exige fuertes inversiones. Y a la vez se encuentra en pleno proceso de revisión de sus servicios de cara a medio plazo ante la competencia que se va a encontrar con el nuevo servicio del Topo soterrado. Según los estudios que ha realizado la Autoridad Territorial del Transporte de Gipuzkoa (ATTG), el paso de trenes cada siete minutos y medio por el centro de la ciudad podría suponer una pérdida de un 7,5% de los viajeros de Dbus.
Este es el escenario al que se enfrenta la compañía en los próximos años y el Ayuntamiento, que es quien controla sus riendas y financia su funcionamiento, ha apostado por impulsar la empresa en vez recortar gastos. Dbus no reducirá sus servicios sino que redistribuirá sus autobuses entre las líneas actuales y las nuevas que se pondrán en marcha una vez que entre en funcionamiento el Topo soterrado para ofrecer un mejor servicio.
Para afrontar este reto, además de para completar la transformación eléctrica de su flota, se destinarán el año que viene otros 22,9 millones de euros para inversiones de la compañía. Con este dinero y las subvenciones de los fondos Next Generation se comprarán 24 autobuses eléctricos de 12 metros y, ya sin esta subvención, se adquirirán en los próximos dos años 4 microbuses. Además se «continuará con el proyecto de Bus Eléctrico Inteligente (BEI) para la línea 17, con la electrificación del parking exterior de cocheras y se comprarán 9 vehículos articulados eléctricos», según explicó Olatz Yarza en comisión a los grupos municipales.
La apuesta por la movilidad eléctrica de la compañía es radical. De aquí a 2030 Dbus va a adquirir 68 autobuses eléctricos, lo que va a permitir que el 93% de la flota sea con combustibles alternativos a los fósiles.
Yarza explicó en la comisión que estas aportaciones a Dbus están pensadas para el escenario de que «se mantengan los descuentos del 50% en las tarjetas Mugi personalizadas y anónimas», algo que aún se desconoce si se reeditará el año que viene porque depende de que el Gobierno de España continúe financiando la medida.
El servicio Dbizi, gestionado por Dbus, recibirá una aportación de 146.992 euros para financiar en 2025 el desequilibrio de ingresos y gastos. Yarza estimó que el año que viene los viajes con la bicicleta pública de alquiler alcanzarán los 1.300.000 y los abonados llegarán a los 13.000.
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