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Un portero de la discoteca Friends, en el boulevard de San Sebastián, ha sido fulminantemente despedido por haber dado una paliza a un joven que, junto a otros, intentó entrar el pasado sábado en el establecimiento. El incidente fue grabado en vídeo y las imágenes no tardaron en hacerse virales. En ellas se ve a varias personas que, desde la parada de taxis que hay frente al local, increpan a un portero que instantes después sale corriendo junto con un compañero en persecución de uno de los jóvenes, al que consiguen alcanzar poco más tarde cuando trata de refugiarse en un portal. Tras tirarle al suelo, le propinan varias patadas y pisotones.
«La actuación del portero no fue correcta, esa no es la forma de actuar de un profesional. Si te tiran una botella, te aguantas, llamas a la Ertzaintza y a tragar», afirma el dueño del local, Rafael Díez en declaraciones a este periódico. «Sin querer justificar lo que pasó, porque soy el primero que lo condeno», añade, el vídeo no refleja todo lo que ocurrió. Según su versión, hacia las 00.10 horas del sábado, poco después de la apertura de la discoteca, varios jóvenes intentaron entrar pero el portero se lo impidió. «Eran conocidos alborotadores y les dijo que no podían pasar porque siempre creaban problemas», explica. Al no poder pasar, retrocedieron unos metros y comenzaron a insultar al portero. «De alguna terraza cogieron botellas y se las tiraron, hasta que perdió los nervios y salió detrás de ellos. Según me han dicho, al que alcanzaron todavía le tuvieron que quitar una botellas de las manos. Por suerte todo ocurrió a primera hora, cuando todavía no había nadie en la discoteca, imagínate si hay gente fuera y empiezan a tirar botellas», dice.
El establecimiento tiene contratado el servicio de seguridad a una empresa, que fue la que despidió al portero cuando Rafa Díez le envió el vídeo con los incidentes. «Yo les tengo dicho que no toquen a nadie, que si pasa algo lo que tienen que hacer es llamar a la Policía. Su cometido es estar en la puerta, lo que no se puede es abandonarla y comenzar a perseguir a la gente». La segunda persona que participa en la persecución no ha sido despedida porque en ese momento todavía no había comenzado su jornada laboral.
«Para mí esto no es agradable, estás trabajando todos los días para que todo vaya bien y te cae una mancha de estas. Yo esto no lo quiero para nada en mi local. Están empezando a pasar cosas que nunca antes habían pasado en Donostia», se queja Díez. «Al final parece que uno tiene la culpa de lo que ha ocurrido. Tienes una empresa contratada, alguien comete una negligencia y lo que aparece es el nombre de la discoteca, cuando yo estoy peleando para que haya buena gente y buen ambiente. No lo justifico, pero al final es como si tú estás trabajando en tu oficina y de repente entra un tío por la puerta y te empieza a tirar botellas».
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