Había ganas de volver a disfrutar del día de Santo Tomás después de dos años condicionados por la pandemia. Y se ha notado en el ambiente. Un espléndido día de invierno en el que ha lucido el sol y las temperaturas han sido de ... lo más agradables han dado la bienvenida a las miles de personas que han abarrotado plazas y calles de los diferentes municipios guipuzcoanos que se han sumado a la fiesta, especialmente en Donostia.
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Los puestos de venta de txistorra, sidra y demás alimentos de caserío han sido los ingredientes indispensables para hacer de este miércoles una gran jornada festiva para familias con niños, grupos de amigos, en parejas o en solitario...
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«Vamos a coger energía, que el día es largo», decía un joven mientras enseñaba su talo de txistorra, con queso y panceta recién comprado en la plaza Okendo de Donostia. Allí muchos txikis disfrutaban contemplando animales como llamas, ovejas, corderos o burros.
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En la plaza de la Constitución las colas cada vez se hacían más largas para adquirir un bocata de txistorra, que se movía este año en torno a los 4 euros. El precio de los talos, por su parte, se elevaba hasta los 6 euros. «Está el día como para que la gente salga a arrasar con todo», apuntaba animosa otra mujer en la capital guipuzcoana. No le faltaba razón.
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