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Los protagonistas son los alumnos de 6º de Primaria de la ikastola Amassorrain y los vecinos de Añorga, que cuentan sus recuerdos de cuando el barrio fue una colonia industrial o, si son más jóvenes, lo que se vivía y se contaba en la familia. ... El resultado, una exposición en el Museum Cemento Rezola, que recoge, desde hace 10 años la memoria de un barrio que vivió marcado por la fábrica de cemento. Se trata de una nueva entrega de la iniciativa 'Hariak sortzen', un programa que forma parte del proyecto 'Añorgatarrak', que incide en la importancia de la recuperación de la memoria del barrio de Añorga como parte de su patrimonio.
Producido por Museum Cemento Rezola y K6 Gestión Cultural a través de entrevistas, el proyecto lleva rescatando las vivencias personales y profesionales del vecindario de la antigua colonia industrial desde el año 2010. En los últimos años se han sumado los alumnos de la ikastola Amassorrain. En el curso 2018-2019 comenzaron con un programa piloto.
Desde el museo explican que es una forma de implicar a las nuevas generaciones con el proyecto de museo. En septiembre empiezan a trabajar conceptos como el de la memoria oral, estudian distintos temas y graban en video entrevistas con vecinos que tienen historias que contar. El resultado, una exposición temporal que puede verse hasta finales de verano. De ella, además, quedará huella en el conjunto del proyecto 'Añorgatarrak'.
Memoria colectiva
Para la exposición, que se ofrece hasta el fin del verano, el alumnado de 6º de Educación Primaria de Amassorrain ha realizado entrevistas a vecinos para construir pequeñas historias «que ya forman parte de la memoria colectiva del barrio de Añorga», dicen desde el Museo.
La exposición es de pequeño formato y ofrece fotografías, objetos significativos y paneles explicativos. Además, hay un video realizado a partir de las entrevistas llevadas a cabo por los escolares. «La respuesta de las alumnas y alumnos es muy positiva», dice Amaia Llorente, coordinadora del museo. «Gracias a este proyecto los escolares aprenden sobre los cambios que han surgido en el barrio de una manera práctica, haciendo entrevistas y siendo ellos mismos quienes transcriben los testimonios».
El proyecto 'Añorgatarrak' surge en 2010 como proyecto de investigación y recopilación de la memoria oral del barrio de Añorga. En estos años se han realizado entrevistas a diferentes personas del barrio, se han realizado documentales y una publicación, y se han organizado talleres educativos.
En el proyecto han trabajado temas relacionados con la memoria de personas vinculadas a lo que fue la colonia industrial de la fábrica Cementos Rezola. También se han recogido relatos y recuerdos de las personas que han estado o incluso están hoy laboralmente vinculadas a la misma.
Se han incluido además temas relacionados con las tradiciones de Añorga, la evolución del barrio y cuestiones relacionadas con el ocio, las fiestas y las celebraciones. En el curso 2018-2019 'Añorgatarrak' se abrió al ámbito escolar.
Desde el museo Cementos Rezola están muy orgullosos del resultado. «En las exposiciones temporales reflejamos los trabajos realizados por los alumnos», explica Amaia Llorente.
Los alumnos, los jóvenes de Añorga, van comprendiendo cuestiones cruciales del barrio. Por ejemplo, que la fábrica Cementos Rezola marcó el desarrollo de Añorga. Se cuenta en las entrevistas realizadas que la fábrica financiaba todos los equipamientos del barrio. Que en Añorga todo el mundo tenía trabajo. Que a los empleados se les ofrecían viviendas. Que había economatos, peluquerías y escuela. El cine ya no funciona como tal. Pero se sigue disfrutando del campo de fútbol.
El proyecto 'Añorgatarrak' no se detiene porque tiene muchas potencialidades educativas. «Tenemos trabajo para rato», dicen en el museo.
Puentes de modernidad
Quien acuda a visitar la exposición de los alumnos de Amassorrain se encontrará con otra muestra temporal, 'Más allá del arco, puentes de modernidad'. «Trata de la construcción de puentes rectos realizados en los siglos XIX y XX (hasta 1950) a partir de la introducción de nuevos materiales constructivos, como el hierro y el hormigón armado», dice Llorente.
«Se habla, entre otros, del puente del Kursaal, construido sobre el Urumea para unir el casco viejo donostiarra y el barrio de Gros, obra del ingeniero José Eugenio Ribera en 1921 y embellecido por el arquitecto Julio Martínez Zapata».
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