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Paseo de Mikeletes, en el barrio del Antiguo, donde esta madrugada han detenido a dos hombres por la muerte violenta de un tercero. Gorka Estrada

El arma del crimen del hombre hallado muerto en Donostia es una pala de frontón

La víctima es un varón polaco de 49 años que residía en una vivienda de la calle Mikeletes con otras dos personas de 53 y 54 años que han sido detenidas

Miércoles, 17 de abril 2024

Una pala de frontón. Ese fue el arma del crimen cometido en una vivienda del barrio de El Antiguo de San Sebastián este miércoles de madrugada. La Ertzaintza encontró en una de las habitaciones el cadáver de un hombre con evidentes signos de violencia. Se trata de Tomasz M. D., un varón polaco de 49 años que residía en el piso junto a otros dos hombres, de 53 y 54 años, que fueron detenidos por su presunta implicación en los hechos. Uno de ellos sería el autor material del homicidio.

Pasada la media noche, varias patrullas de la Ertzaintza y dos ambulancias irrumpieron en la calle Mikeletes de San Sebastián, tras recibir el aviso de que se había producido un altercado grave en el interior de una vivienda del tercer piso del portal número 8. Cuando entraron en el inmueble, los agentes encontraron a un varón con graves lesiones en la cabeza y comprobaron que estaba muerto. Junto a él estaba J.Z., el presunto autor del crimen, un varón guipuzcoano y dueño de la vivienda, en la que también vivía otro hombre polaco.

Según relató a los agentes este último, sus disputas eran constantes y «ya estaba harto». Al parecer la noche de este martes se produjo una discusión entre la víctima y J.Z., durante la cual le habría asestado varios golpes en la cabeza con una pala de frontón, causándole la muerte. Sin embargo, ambos fueron detenidos y trasladados a la comisaría de la Ertzaintza en El Antiguo, donde permanecen en los calabozos a la espera de pasar a disposición judicial.

Los agentes trabajaron durante toda la madrugada en el piso para recoger evidencias. Entre ellas el arma del crimen, la cual el presunto autor arrojó por la ventana y pudo ser recuperada por los policías. Aunque se requirió de la presencia de agentes del SICTG (Servicio de Investigación Criminal Territorial de Gipuzkoa), finalmente fue la comisaría de Donostia la que asumió la investigación del caso. En el lugar también se personó la comitiva forense, tanto médicos como el juez que, tras realizar todas las diligencias pertinentes, ordenó el levantamiento del cadáver. El cuerpo fue trasladado al Instituto Vasco de Medicina Legal de Gipuzkoa para realizarle la autopsia. Por otro lado, también se requirió la presencia de una unidad veterinaria, que se hizo cargo del perro del presunto autor del crimen.

Los ertzainas recabaron además información entre los vecinos del edificio en el que ocurrió el homicidio, entre quienes el sentimiento era generalizado. «Estaba claro que algo así iba a acabar pasando», aseguraban.

«Temas de drogas»

Al parecer, las discusiones entre el presunto homicida y el fallecido eran continuas, con las drogas como telón de fondo. Muchos vecinos temían por la vida de J.Z., que siempre paseaba con su perro, «y estaba acojonado con el polaco». El propietario de la vivienda aseguraba estar amenazado, por lo que a algunos les sorprendió que haya acabado siendo él el presunto protagonista del homicidio. «Pensaba que iba a ser al revés, que iban a acabar matándole a él». Tampoco era la primera vez que la Ertzaintza acudía al lugar alertada por gritos o peleas. «Hace poco uno se cayó y se abrió la cabeza, la Ertzaintza ya sabía lo que pasaba aquí. Esta ha sido una más», aseguran.

Portal de Mikeletes donde ha tenido lugar el suceso. G. Estrada

«Cuando andas con temas de drogas sueles acabar mal», señalan vecinos y propietarios de negocios colindantes, quienes aseguran que la vivienda se había convertido en escenario de un delito de tráfico de drogas, un «narcopiso» del que «entraban y salían» personas «con mucha frecuencia». Juan Carlos, un hombre que vive en el edificio, explica que «en ese piso siempre ha habido mucho follón, jaleos, y no es la primera vez que la Ertzain-tza ha tenido que venir. Había altercados, peleas... Estábamos un poco hartos». Como el resto de personas que residían en la zona, sí imaginaba que un suceso de estas características podía ocurrir en el edificio. «Tarde o temprano tenía que pasar algo así. Tenía alquilada esa habitación, era un piso de dos habitaciones y lo tenía alquilado a gente. Se cambiaba mucho de gente». En cuanto a la víctima, Tomasz M. D., señaló que era «un hombre de complexión muy fuerte. Era polaco y era muy seco. Yo personalmente no quería entrar con él al portal, porque tenía mal olor. Era un persona un poco descuidada. Venía gente los fines de semana, entraba a la casa y a los 5-10 minutos volvían a bajar... Algo raro había ahí dentro». Fuentes consultadas explican que el hombre se dedicaba al tráfico de drogas.

Una vecina del primer piso declaró que «nos rompían botellas de cerveza en el portal, se encerraban a drogarse en el cuarto de las basuras... A veces salía al balcón a cantar a voz en grito». Otra vecina de la calle contigua no podía ocultar su sorpresa por lo ocurrido. «Yo me he enterado oyendo las noticias, me he quedado impactada porque te enteras de que al lado de tu casa ha habido en principio un homicidio. Esta zona es muy tranquila».

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