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La amenaza para quienes este verano visitan las playas donostiarras no está solo en el mar por la presencia de 'carabelas portuguesas', también llega desde ... el aire. Es lo que ha ocurrido este domingo por la mañana en la playa de La Concha. En un visto y no visto un enjambre de abejas ha encontrado en un carrito de bebé aparcado sobre la arena el lugar ideal para pasar el domingo. «Estábamos en la toalla y de repente ha aparecido una nube de abejas y se han plantado en el carrito. Menos mal que estaba vacío...», ha comentado la madre de familia aún con el susto en el cuerpo.
Tras observar cómo los insectos se adueñaban de su carrito, el primer instinto ha sido intentar espantarlas moviendo la sillita, pero sus esfuerzos han sido en vano y los socorristas han recomendado a quienes se encontraban en la zona alejarse de las abejas. Una patrulla de la Guardia Municipal que se encontraba en el paseo ha bajado la arena tras percatarse de lo que ocurría y ha establecido un perímetro de seguridad para evitar picaduras.
El buen tiempo de este domingo tras varios días con las nubes como protagonistas ha animado a donostiarras y visitantes a llenar las playas donostiarras por lo que la prioridad ha sido velar para que nadie se llevara de vuelta a casa ningún picotazo. «Cuando hemos venido a la playa hemos visto que había abejas volando, pero de repente ha bajado ya a la altura de las personas y se han posado en el carrito. A lo mejor había algo dulce... La madre de la familia ha intentado coger el carrito, pero los socorristas le han recomendado no acercarse», cuenta María, quien disfrutaba de un día de playa junto a su familia cuando se ha encontrado con esta curiosa estampa. «En un momento se han puesto todas en la sillita», comentaba a su lado Ainhoa, una donostiarra que también disfrutaba de un día de sol y playa en familia.
Según han explicado los agentes de la Guardia Municipal a pie de playa, todo indica a que la abeja reina se ha posado en el carrito y le han seguido todas las demás. Un apicultor se ha desplazado a la playa de La Concha para retirar el enjambre. El especialista ha estado algo más de media hora trabajando para llevarse a las abejas. «En cuanto encuentre a la reina y la meta en la caja, van todas detrás», comentaba David, mientras veía desde la rampa la escena. Y así ha sido. Entre aplausos, el apicultor se ha llevado a los insectos. O al menos eso parecía porque a los pocos minutos en el carrito han vuelto a aparecer varias abejas. La Guardia Municipal ha dado de nuevo aviso al apicultor para que regrese a la arena para retirar nuevamente los insectos.
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