La epidemia

Un estornudo, cuatro toses secas, unas décimas de fiebre y ya se tiene el cuadro tipo del Covid-19, ese virus que nació en Wuhan, China, y que tiene en alerta a medio mundo. No, no lo digo yo que de bacterias sé lo justo, ... lo dice internet. Ese sitio maravilloso donde se puede encontrar respuesta a casi todo. No hay nada como tener miedo y buscar en Google a ver qué se dice. Y se dicen muchas cosas, pero cuidado con los bulos y las informaciones poco precisas que lo único que hacen es acrecentar nuestro pánico. Del nuevo coronavirus se sabe poco: su origen, su forma de propagarse y algunos síntomas, que se asemejan a los de la gripe, de ahí la confusión. Es una epidemia, sí, pero tampoco hace falta que vayamos corriendo a comprar mascarillas a la farmacia, arramplemos con medio supermercado y hagamos cuarentena voluntaria en nuestras casas. ¡Ay, la histeria! Vivir tiene riesgos, pero dejemos las mascarillas para las personas inmunodeprimidas que las necesiten, confiemos en los investigadores y no miremos mal a cualquier persona asiática. Porque mañana podemos ser nosotros. Mientras tanto pueden seguir contemplando las vistas a la isla desde la barandilla de La Concha, que es poco probable que el coronavirus sobreviva fuera de un cuerpo durante más de unas horas. No lo digo yo, lo dicen los científicos.