El bar Ezkurra cambia de ubicación sin salir de Gros

Es uno de los bares más conocidos del barrio de Gros y también de los más veteranos. Gestionado por Joseba Balda, que cogió el relevo de su aita José Mari y sus tíos Enrique y Alejandro, cambia de ubicación. Ahora en el número 17 de la calle Miracruz, se traslada a la cercana calle Gloria para ocupar el espacio del bar Txofre Berri.

El bar Ezkurra de Gros abrió sus puertas en 1930. Me cuenta Aitor Azurki, periodista que gestiona las redes sociales del bar, que un tal Eguren puso en marcha el negocio con ese nombre, lo dejó en el inicio de la Guerra Civil y este pasó a manos de su cuñado Elías Ezkurra, llamándose a partir de entonces bar Ezkurra y comenzando a ser famoso en el barrio. José Mari, Enrique y Alejandro Balda toman el relevo en 1960 tras dejando el pueblo de Betelu para buscar trabajo y echar raíces en nuestra ciudad.

Pasan los años y en 2002, los hijos de José Mari Balda -Joseba en la barra y su hermano Aitor dirigiendo la cocina- se hacen cargo del negocio. Aitor decide trasladarse a Málaga y su hermano se queda con el bar. Desde los años 60 ya destacaba la ensaladilla rusa, pintxos y raciones que han triunfado desde entonces. También es muy conocida y valorada su tortilla de patatas.

Su actual propietario, al igual que muchos profesionales, buscan negocios que cuenten con terraza, espacio muy demandado después de la pandemia. El Txofre Berri, además de terraza, dispone de un amplio comedor y sobre todo una gran cocina.

Todavía no hay fechas, tanto de cierre del Ezkurra como de la apertura del nuevo bar, pero la decisión está tomada y es posible que para los meses de marzo o abril se haga el cambio.

También en el barrio de Gros cierra sus puertas sin fecha el bar Ama Lur, que gestionan los hermanos Lertxundi en la calle Carquizano. Tras 45 años trabajando detrás de la barra, Isaac, Koldo y Ramón han decidido que es hora de descansar, de olvidar este duro trabajo, pero seguirán asando pollos, uno de sus productos de éxito, hasta que encuentren un comprador para el amplio establecimiento de esta calle peatonal. Sin prisa pero sin pausa, los hermanos Lertxundi siguen atendiendo a los clientes del barrio y del resto de nuestra ciudad.

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