Factoría de ideas en Mundaiz

Objetos vintage y valores de futuro. La Factory Emaús de Egia cumple tres años de andadura con talleres escolares sobre cambio climático, cursos para parados y la exposición 'Puertas' contra la violencia machista

Cristina Turrau

San Sebastián

Lunes, 28 de diciembre 2020, 14:26

Ojos cerrados, sueños despiertos'. 'Crear y crear, pasajero eterno'. 'Insistir, persistir, resistir, no desistir'. 'No sabía qué ponerme; me puse feliz'. Son frases que se leen por los pasillos de la Factory Emaús del Camino de Mundaiz 6 que, en la antigua sede del gimnasio ... Mundaiz, busca ser un lugar de inspiración y de cambio. Acaba de cumplir tres años de andadura y sus responsables sienten que se encuentran en un lugar privilegiado, junto a Tabakalera, el parque de Cristina Enea y la impresionante entrada del Dabadaba, conjunto que recuerda a espacios recuperados de ciudades como Berlín o Nueva York. «Esas frases, que imprimimos en unos cubos de colores repartidos por el centro, las fuimos recogiendo de aquí y de allá», explica Begoña Cabaleiro, responsable de comunicación de Emaús Fundación Social. «Pretendemos que quien entre en la Factory sienta que acude a un lugar diferente, un lugar que busca ayudar a hacer un mundo mejor, aunque suene a frase desgastada. Hay un compromiso moral o ético detrás de nuestro trabajo. La Factory de Emaús es un espacio de valores».

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Adiós al Peine y a la Perla

¿En qué aspectos prácticos se traduce esta apuesta? Empecemos por el educativo. Y en este caso hay que hablar del taller 'Está que arde', en el que grupos escolares de San Sebastián y Gipuzkoa conocen las consecuencias del cambio climático en la Donostia del año 2100. «Vinieron un montón de ciclogénesis explosivas que se llevaron el Peine del Viento, que durante tantos años desafió con brillante ingeniería el embate del mar», escuchan los estudiantes en el vídeo que se les proyecta. «El Kursaal, varado como roca luminosa, quedó destrozado por las olas embravecidas. La Parte Vieja, la mítica barandilla, La Perla, el puente del Kursaal también desaparecieron. Y las casas. Muchas de las que antiguamente se conocían como 'primera línea de playa' fueron arrastradas por las olas mar adentro. Muchas personas murieron».

«Nunca he visto una playa»

Un joven de esa San Sebastián del 2100 relata en el vídeo: «Nunca he visto una playa, pero mi madre contaba que todos los veranos iba por La Concha de playa en playa. La gente tomaba el sol y debía de haber una brisa que no tenía nada que ver con el viento de ahora».

Begoña Cabaleiro lo tiene claro. «Los jóvenes de hoy son la última generación antes del no retorno», dice. «No podemos dejarles el planeta hecho una porquería. Ellos van a tener que reaccionar».

Otro proyecto en marcha es 'Birsortu', en el que participan grandes empresas que colaboran con Emaús en distintos proyectos. La iniciativa se realiza en colaboración con Hik Hasi y la dirección de Medio Ambiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa. «Queremos fomentar el consumo responsable y la economía circular tanto en los colegios como en las empresas de la CAV», explican en Emaús.

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Desde el espacio Birsortu, habilitado en los locales del Camino de Mundaiz 6, se abastece de objetos residuales muy diversos a los centros escolares de Gipuzkoa. Se trata de que, a partir de la reutilización, reflexionen, pregunten, investiguen y amplíen su mirada acerca de la recogida de residuos, la reducción del consumo y la economía circular.

Se fomenta además la creatividad y la investigación con materiales desechados. Todo ello a través de la innovación pedagógica, especialidad de la asociación Hik Hasi. El proyecto se inspira en un programa nacido en la localidad italiana de Reggio Emilia, conocido como Remida.

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Los desechos son bellos

«Los desechos son potenciales portadores de belleza, capaces por sí mismos de estimular la reflexión y ofrecer recursos a la educación», aseguran desde Emaús. «¿Cuántas veces hemos visto que la caja resulta mucho mejor que el juguete?».

Hay espacios Birsortu, además de en la Factory de Emaús de Donostia, en el EkoCenter de Arrasate, orientados a la comunidad educativa de Donostialdea y Debagoiena. Ofrecen el material de forma gratuita.

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Los materiales de este proyecto proceden del descarte de diversas empresas de Gipuzkoa. «Buscamos promover la idea de que lo imperfecto contiene un gran mensaje ético, capaz de poner en cuestión el calificativo de 'poco útil' o 'basura'», afirman. «Enlazamos los conceptos de creatividad y sostenibilidad. Acercamos materiales industriales descartados de empresas cercanas. Son objetos muy poco frecuentes en los centros educativos. Con nuevas formas y experiencias abordamos la responsabilidad social y ambiental».

En el origen del proyecto está una prueba piloto llevada a cabo durante el curso 2018-2019 en 13 centros educativos de la CAV, gracias al apoyo de la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo. Cuentan con material desechable de Adegi, Donostia Turismo, Ekotrade, Eskuz, Ezarri, Gabiltza, Garbera, Grupo One, Guccia, H-Enea, Irizar, JMA, Kromosoma, Merkabugati, Orona, Panelfisa, Ternua y Twin&Chic.

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Han enviado material informático y electrónico, redes, tubos, moqueta, poliespán, palets, baldosas de piscina, papel y cartón, cuero, algodón orgánico, madera y botones y cremalleras.

Carpintería y costura

En la sede de Emaús hay lugar también para talleres de carpintería y costura para parados de larga duración. Un taller, este último, en el que participan bastantes hombres. «En los países árabes la costura es una profesión masculina», recalca la responsable de comunicación.

En su batalla para que la mayor parte de la basura deje de serlo, Emaús sigue peleando para que el Ayuntamiento de San Sebastián les ceda la recogida de voluminosos en la ciudad. «Ahora van directamente al desguace, sin que nadie distinga lo que puede aprovecharse de lo que no».

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Esperan su momento con paciencia. «Somos el reverso de la sociedad», explica Cabaleiro. «Aquí nos llega lo que hemos dejado de ser. Mucho material religioso y del franquismo. ¡Ah! Y cantidad de trajes de novia».

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