Minutos antes de las doce del mediodía la calle Euskal Herria era un hervidero de gente. Los miqueletes intentaban poner orden entre el centenar de niños que abrirían el desfile de la comparsa de Inudeak eta Artzainak. Las damas retocaban sus tocados e incluso algunas ... abrían sus paraguas para protegerse del sirimiri que de vez en cuando hacía acto de presencia. Los integrantes de la corporación municipal aguardaban impacientes el momento de iniciar la marcha, mientras que los representantes del clero, numerosos un año más, bendecían a los curiosos que esperaban a que la comparsa emprendiera su recorrido.
Publicidad
Un año más, la sociedad Kresala volvió a llenar las calles de la Parte Vieja y el Boulevard con personajes de época, música y danza. Más de 200 personas participaron en el desfile de Inudeak eta Artzainak, con 30 parejas de pastores y nodrizas, 60 tamborreros y un centenar de personajes de época, que animaron la hora del aperitivo al son de la música de la txaranga Joselontxos. Muchos componentes de la comitiva son habituales, socios de Kresala que disfrutan con esta fiesta. En el caso de Rosa Gómez calcula que llevará «unos 40 años» participando. «Antes salía bailando como inude, pero desde hace quince desfilo vestida de dama». Para ello, se hizo un traje a medida, de terciopelo negro y con un elegante tocado. «Esta fiesta y la de San Sebastián no me las pierdo», admitía.
Elegante también aguardaba la salida Jone Cerdán, ataviada con un vestido color crudo y sombrero de flores a juego, «es el vestido de boda de mi madre, 'tuneado' para la ocasión». Tras encarnar a distintos personajes, en los últimos años ha optado por acompañar a los concejales de la corporación en el desfile.
Tampoco fallaron a la cita Maider Ugalde y su cuadrilla. Ella, vestida de monja, y los otros, de curas. «Nos gusta mucho disfrazarnos y nos lo pasamos muy bien». El traje que luce desde hace años se lo hizo ella, «con patrones originales que nos facilitaron unas monjas», recordaba. Tan bien se lo pasan, que este año se sumó a la comitiva Juan Isasi como nueva figura del clero. «Soy muy salsero y ésta era la única fiesta en la que me faltaba salir», aseguraba.
Publicidad
La familia formada por Gorka Goikoetxea, Miriam Aguado y sus hijos Oier y Julen, repetían tras la experiencia del año pasado. Ella, en el papel de florista, «voy a repartir flores y buen humor», y ellos como globeros. «De momento llevamos cien globos, pero hemos preparado más, que los recogeremos durante el recorrido». En su caso, los trajes se los cedieron en la sociedad. «Somos socios y nos involucramos en las actividades que organiza».
A las doce en punto los más de doscientos integrantes de la comparsa se pusieron en marcha hacia la calle Aldamar. Los más pequeños encabezaron el desfile, seguidos de los músicos y los dantzaris. Ellos, con sus palos a la espalda, y ellas con sus muñecas en la mano que de vez en cuando lanzaban al aire. Por detrás, todos los personajes de época, que no dejaban de saludar al numeroso público que se acercó a verles. A la corporación municipal, encabezada por el alcalde y su esposa, y a la nutrida presencia de la Iglesia, con el Obispo como máximo representante, se sumaron los miqueletes, el barquillero, el limpia botas, la panadera, el barrendero, el pirulero, el médico y las enfermeras, las telefonistas, los bañistas -con su caseta de playa- y las señoras que pedían con carteles reivindicativos el voto para las mujeres, entre otros. Cerraba el desfile Miguel Arrospide al volante de su Buick, vehículo de 1927, que por segundo año se sumó a la fiesta.
Publicidad
Tras desfilar por el Boulevard, la calle Mayor y 31 de Agosto, la comitiva llegó a la plaza de la Constitución, donde los dantzaris representaron las tradicionales escenas de esta comparsa, compuesta por melodías de Raimundo Sarriegui. Hubo galanteo de los pastores hacia las nodrizas, visitas al médico para la primera vacunación del bebé y al obispo para su bendición, paseo por la plaza hasta llegar a donde estaban las enfermeras para que éstas les dieran el bibebón a los bebés y luego el secretario terminó de dar acta de todos su nombres. La representación concluyó con el 'Zortziko' que ofrecieron los pastores a las nodrizas, y el 'Fandango y Arin Arin' que interpretaron todas las parejas.
El numeroso público que llenó la plaza aplaudió los bailes de los dantzaris y disfrutó con el ambiente que recrearon el resto de los integrantes de la comparsa; algunos se pusieron a saltar a la comba, otros a jugar a pelota... Un gran preludio festivo de los Carnavales que llegarán en apenas quince días.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.