La petición de los vecinos de Txomin Enea de aprovechar el convento de Kristobaldegi para dar respuesta a sus demandas de equipamientos y servicios públicos llegó ayer hasta la comparecencia semanal de Eneko Goia. El alcalde advirtió de que el edificio, situado a orillas del río Urumea, ha sufrido numerosas inundaciones a lo largo de su historia, lo que condiciona los posibles aprovechamientos futuros.
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«La mayor parte del convento está en zona inundable y por eso mismo se construyó una nueva ala para alojar a las monjas. De hecho, es famoso por las reiteradas inundaciones registradas y esto supone una gran limitación a los posibles usos que se le quieran dar», señaló Goia, quien aseguró que el Ayuntamiento todavía no ha respondido al ofrecimiento de las monjas de vender el inmueble a la ciudad. «Estamos hablando con la Diputación para saber si tiene interés en alguna parte del convento. En este asunto es importante que ambas instituciones vayamos de la mano y hagamos un análisis conjunto sobre las posibilidades y necesidades a cubrir», concluyó el regidor donostiarra.
Los vecinos de Txomin Enea se concentraron el pasado viernes y han iniciado una recogida de firmas para reclamar al Ayuntamiento que compre el edificio y lo destine a equipamientos como biblioteca, ludoteca o salas polivalentes, entre otras demandas históricas del barrio.
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