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Eneko Goia volvió a advertir ayer de los «riesgos» que para el Ayuntamiento supone la adopción de determinadas decisiones sobre el futuro del Bellas Artes y criticó a quienes hablan del asunto «desde la irresponsabilidad». El alcalde recordó el caso del frontón Beti Jai de Madrid, expropiado por el consistorio de la capital por los 6 millones de euros de su valor catastral y por el que al final ha tenido que pagar 36 millones tras una sentencia del Tribunal Supremo.
«Es muy fácil hablar desde la irresponsabilidad, pero al Ayuntamiento le corresponde tener todos los elementos sobre la mesa y saber que hay decisiones que pueden tener consecuencias», afirmó Goia, quien aseguró que el gobierno municipal seguirá negociando con la Sade, propietaria del antiguo cinematógrafo, para alcanzar un acuerdo. «Es nuestra obligación y, aunque no será fácil porque las posiciones no están cercanas, tenemos el convencimiento de que lo mejor para la ciudad y para el Ayuntamiento es buscar un punto de equilibrio».
El regidor jeltzale alertó de que «el escenario alternativo puede suponer un riesgo de desaparición de un activo patrimonial que nadie quiere que desaparezca».
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