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El gran regalo de trabajar con Rafael Moneo
Parroquia iesu ·
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Parroquia iesu ·
Una arquitectura llena de razón y emoción, un espacio religioso que invita a ir más allá de lo evidente y a contemplar la realidad desde el balcón del límite del lenguajejesús maría zabaleta
Lunes, 25 de abril 2022, 06:34
Cuando nos acercamos a Rafael Moneo para proponerle la realización de una iglesia en Riberas de Loiola de San Sebastián, no sabíamos si íbamos a tener el tiempo real o el tiempo psicológico necesario para expresarle amplia y lealmente lo que nos habitaba... Y nos ... encontramos con un gran conversador con una fina capacidad de escucha. Le interesa el debate de ideas. Deja espacio para que el otro pueda expresar, a veces en su confusión, lo que quería decir. Él mismo se permitía compartir con nosotros su propio proceso de asimilación y de asunción de la cuestión que planteábamos. Ya en el primer encuentro le dijimos que acudíamos a él porque considerábamos que él tenía el lenguaje arquitectónico adecuado para expresar lo que nosotros queríamos decir teológica y pastoralmente.
Dicho en breve, queríamos, en este momento cultural que tanto amamos y que es el nuestro, decir lo fundamental, subrayar lo troncal del Evangelio. Nos gustaría proponer la fe con la sobriedad, apertura y sencillez que le es necesaria. Por ello, considerábamos que su arquitectura clara, racional y conceptual se nos adecuaba.
Hablamos mucho, de lo divino y de lo humano. Hablamos durante mucho tiempo. Todo el proceso de este proyecto y cada uno de sus pasos estuvo cosido de conversaciones culturales, sociales, artísticas, teológicas, filosóficas… En algún momento le oímos decir que «no era capaz de dibujar si no tenía la mente llena de ideas»… Y su talante analítico y reflexivo le hacía ser positivo de tal manera que en momentos complejos y ante decisiones críticas podía decirnos: «No os preocupéis que saldremos mejorados...». Su creatividad y rigor le hacía vivir todo como una oportunidad. Nos ayudó a todos a cargarnos de razones antes de tomar las decisiones… Fue un gran placer. Nunca lo olvidaremos.
Quizá pronto pudimos compartir con él la cuestión del lenguaje religioso y la desproporción que se produce entre lo que se dice y lo que se quiere decir, que si es estructural en toda comunicación humana, es exponencial en el hablar religioso.
Buscábamos el lenguaje en el límite del lenguaje. El lenguaje antes del lenguaje. El lenguaje como envío a la experiencia previa. Considerábamos que el modo histórico de trabajar este límite es el arte, son las artes. De hecho, todas las tradiciones religiosas, y a lo largo de los siglos, se han valido de ellas: música, literatura, arquitectura, pintura, escultura, etc. (como mediaciones históricas del lenguaje límite que son) para expresar su experiencias religiosas… Decir lo que no se puede decir.
Rafael Moneo, con su recorrido y reflexión personal, nadaba en sus propias aguas con esta cuestión con la que se había debatido permanentemente. Nosotros le pedimos su lenguaje estético en el límite de su búsqueda. Es aquí, donde le pusimos contra la pared. En una conferencia que impartió Rafael Moneo titulada 'El arquitecto entre la espada y la pared' (conferencia preciosa) cita el proyecto de la iglesia Iesu como ejemplo de cómo se le pone a un arquitecto contra la pared. Y es verdad, el cura le pide al arquitecto que proporcione lenguaje que le ayude a decir y abrir la pared de sus propios límites. Límites que todo artista está acostumbrado a gestionar. El límite como apertura, como toma de conciencia. El límite como mirada, como aire, como luz.
Nos respondió con su máxima reflexión y búsqueda proponiéndonos una arquitectura pura. Un edificio lleno de memoria, de homenajes. Una síntesis de su pensamiento. Una arquitectura que pasa y rememora las fases genéticas de las iglesias bizantinas, románicas, gótico-cistercienses, renacentistas, etc. Con un lenguaje contemporáneo que lo hace releer todo… No se puede decir más con menos. No se puede sugerir más, dejando que todo esté dominado por la cruz y la luz.
Un Rafael Moneo implicado, culto, que nos hace un regalo transmitiéndonos su pensamiento sobre lo que es arquitectura, mientras recorre la historia de la arquitectura religiosa. Nos ha proporcionado un espacio insólito, lleno de intención. Un espacio religioso que invita a ir más allá de lo evidente y a contemplar la realidad desde el balcón del límite del lenguaje. Una arquitectura llena de razón y emoción. Arquitectura pura…
Proyecto. parroquia Iesu, en Riberas de Loiola.
Autor. José Rafael Moneo Vallés (Tudela, 1937), premio Pritzker de arquitectura en 1996.
Promotor. Obispado de San Sebastián.
Cronología. proyecto de 2004, comienzo de obra en 2007, inauguración en 2011.
Actuaciones. iglesia (1.300 m²), nártex (658 m²), centro parroquial (1.704 m²), supermercado (2.244 m²), aparcamiento (4.720 m²). La parroquia ofrece visitas guiadas.
Uno se puede preguntar y ¿cómo se puede conjugar razón y emoción con tanta fuerza, tanta intensidad y, a la vez, con tanto equilibrio y armonía y sutileza? No lo sé… Eso les es dado a unos pocos privilegiados...
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