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Ainhoa y Loreto, mezzosoprano y organista, posan en la barandilla. LOBO ALTUNA
«Nos gusta el escándalo de los cantos heroicos. Y los pianissimos extremos»

«Nos gusta el escándalo de los cantos heroicos. Y los pianissimos extremos»

Loreto F. Imaz, Ainhoa ZubillagaLa hermana de Lili, el hermano de Marie-Claire, el amante de Proust

BEGOÑADEL TESO

Sábado, 18 de septiembre 2021, 09:29

T erraza del Biarritz. Una de la tarde del miércoles. Sobre la mesa, unos delicados cigarrillos Vogue Super Slims Blue, un mosto con gaseosa, una cerveza sin. El XXII Ciclo Internacional de Órgano Romántico es el tema de conversación con Loreto F. Imaz, clavecinista, organista, catedrática (gloriosamente jubilada) de Clave, Clavicordio y Bajo Continuo en el Conservatorio de Música de Donostia-San Sebastián, y con Ainhoa Zubillaga, la mezzosoprano que empezó de cría en el coro del colegio San Ignacio y estrenó mundialmente la 'Divergencia armónica' de Larrauri.

– ¿Y la moto, Loreto, dónde la has dejado?

– ¿La Harley 883 Sportster 883? Creo que bajo un manzano. Vivo en los bosques, allá por Urraki. Cada vez pesa más la Harley, pero sigue igual de tentadora. La recogida de manzana ha resultado espléndida. Jubilada hace dos años, no sabes cuánto disfruto cuando me acuerdo de que por estas fechas estaría empezando el curso. Ahora me dedico al placer y al reto de, por ejemplo, encontrar música para voz y piano y convertirla en música para órgano. En complicidad con Ainhoa.

«Cuando buscas en los archivos, la música está en el papel y tú tienes que hacerla; hacerla surgir»

– Habéis trabajado más de una vez juntas, ¿no Ainhoa? Por cierto, ¿tú también has subido puertos y te has tirado al monte?

– Hemos trabajado mucho juntas. Y bien a gusto. Recuerdo la Quincena de 2018, el ciclo de órgano. En la parroquia de San Juan de Hernani; con obras de Fauré, Franck, Mahler. O en noviembre pasado, en Legazpi, con Sorozabal y Aita Donostia. O en Usurbil 2020, compartiendo piezas de Couperin o Messiaen. ¿Sabes? A veces yo no canto y ella toca. Por ejemplo, el 'Grand Prelude à 5 parties' de Boyvin. Entonces me siento y disfruto escuchándola. En cuanto a si me he echado al monte... Justo antes de estallar la pandemia nos trasladamos a Atotxa Erreka y tuvimos un confinamiento casi hermoso, viendo no tan a lo lejos caballos, ovejas...

– Quedamos en el Biarritz porque el 30 de agosto nos cruzamos en la Basílica de Loiola y me contasteis que ensayabais un concierto en el templo magnífico, en ese Cavaillé-Coll de 1898.

– Preparábamos nuestro concierto del 1 de octubre, dentro del XXII Ciclo Internacional de Órgano Romántico que se celebra en Azkoitia, Bergara y allá, en la Basilica, en Azpeitia. Gracias a la amistad y complicidad con la organista titular, Itziar Urbieta, podemos ensayar en el mismo lugar y con el mismo soberbio instrumento que, como es norma, una vez construido fue armonizado en el templo para adaptarse a la acústica del lugar. Piensa en lo alta que es la cúpula de la Basílica. A la fuerza sonará distinto que el de los hermanos Stoltz en San Pedro de Bergara. O el de Azkoitia, el último construido por Aristide Cavaillé-Coll. Aquel 30 de agosto habíamos ensayado con el templo abierto a visitantes, peregrinos y feligreses. El otro día lo hicimos a puerta cerrada y...

– ¿Qué? Contad.

–Es tan distinto... Porque cuando hay gente, tanto nosotras como el mismo órgano, notamos el suave arrastrar de las pisadas.

– Vaya. El programa que habéis preparado sorprende, tienta y te hace peguntarte muchas cosas.

– ¿Por ejemplo?

– Resulta tan moderno. Puro siglo XX. De hecho, muchos de los compositores que aparecen casi llegaron a ver el III Milenio.

– Cierto, la gran Nadia Boulanger, de familia de organistas, murió en 1979. Fue maestra de los mejores músicos, incluido Leonard Bernstein, hermana de aquella excelsa compositora muerta demasiado joven, Lili. Jean Langlais, que escribe su 'Chant héroique' (en el que suena incluso por un momento 'La Marsellesa') en homenaje al hermano caído en combate de Marie-Claire Alain, la gran intérprete de Bach, fallece en 1991. Y Charpentier (su 'L' ânge à la trompete' nos hace imaginar a un angelillo revoloteando por el templo y parándose en las alturas para tocar su trompeta) resistió hasta ¡2017! Y sí, Reynaldo Hahn, el judío venezolano cuyo segundo apellido era Echenagucia, fue amante de Proust.

– Nos vais a descubrir mucha música pero cuando habéis (re) buscado en el archivo de Loiola, ¿habéis encontrado algo que vosotras no conocierais?

– A Gaubert. Hijo de un zapatero clarinetista. Tocaba el violín en un cine de barrio. En su 'La cloche fêlée' toma un poema de 'Las flores del mal' de Baudelaire que habla de cómo suenan las campanas que cantan en la niebla 'a orillas de un lago de sangre, bajo un gran montón de cadáveres'.

– Fuerte. Muy fuerte.

– Como la música que creó Gaubert para esos versos: oscura, dura. Un soldado, un campo de batalla, muertos y campanas. ¿Sabes? La gente oye 'romántico' y 'francés' y se imagina algo muy 'Oh lá lá lá', chispeante, amoroso.

– ¿Y no?

– Para nada. Los franceses fueron quienes extendieron los instrumentos de tecla a los graves y añadieron una cuerda al violín para que sonara más abajo.

– ¿Y nuestro titular?

– A las mujeres compositoras les aconsejaron ser delicadas. Hasta en el órgano. Pero nos encanta el escándalo. Y tirarnos a los extremos. Allá donde en un pianissimo, todo, voz e instrumento, está al borde de romperse.

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