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«Hambre, siempre tengo hambre. Y sed. Desde pequeña»La Esfera de los Libros, que publica a gente como Agatha Ruiz de la Prada, Vázquez Figueroa o Nieves Concostrina, ha editado el primer libro ... de esta donostiarra que actualmente vive en el barrio de Argüelles, realizó un master en creatividad y escritura publicitaria, prepara su doctorado en La Complutense sobre el efecto de las pantallas en la capacidad de cognición y expresión de la gente +-joven y trabaja en el Instituto Cervantes porque obtuvo una beca de un año, prorrogable otros 12 meses. Ane se define allá donde va y donde le preguntan como 'vasca, zurda y pelirroja'.
–¿Y eso es bueno, es malo, es regular, empeora con la edad?
– ¿El qué?
– Ser vasca como Muguruza y Blas de Lezo o Catalina de Erauso, zurda como la Navratilova, pelirroja como las mujeres que pintaban los preRafaelitas.
– Si te soy sincera, el pelo, a algunas, se nos oscurece pero como tengo la piel blanca y pecas está muy claro que soy de la raza de Isabel I de Inglaterra y Maureen O´Hara. Lo de zurda, es un orgullo. Lo de vasca, también. Pero también me define haber padecido lipedema, antes que fuera reconocido como un dolorosísimo 'depósito anormal de tejido adiposo subcutáneo' en las extremidades inferiores (por cierto, a ver cuándo la Seguridad Social asume su tratamiento. Soy muy combativa en eso). También pasé por una etapa de TCA, todos esos trastornos relacionados con la conducta alimentaria, la autopercepción y la distorsión de la imagen corporal. Ah, también resulta que nací prematura.
– Cristo Bendito. Menos mal que dices que la Ley de Murphy ('Si algo puede salir mal, saldrá mal') se cumple, en tu caso, al revés.
– Pues sí. En 2017 abrí mi cuenta de instagram (@entrelunas y lunares) siguiendo un poco por el camino del blog de 'La chica de los jueves', que me encanta cuando dice cosas como 'Uno no brilla por sus éxitos. Uno brilla cuando es capaz de cambiar el 'no valgo tanto' por el 'cómo he tardado tanto en ver lo que valgo'.
– Luce bien, sí. En el preámbulo afirma: 'Podría haberme comprado un diario y punto. Nadie habría sabido de mí, ni de mis pensamientos más profundos, ni de mis dramas románticos. Pero no me compré un diario: me compré un dominio (...)'.Claro que...
– ¿Sí?
– Si en tu tesis investigas los daños que las pantallas nos provocan, ¿cómo te hiciste un insta?
– A ver, cierto que se teme que las pantallas acaben por alterar la misma estructura cerebral pero lo mío no es un tik tok y además me salto a la torera las reglas. Si la reflexión que quiero compartir necesita ser larga, que lo sea. Quien no quiera profundizar, que se vaya a los 240 caracteres de X. Tampoco tiro de fotos tontas. Ni de estrellas. Saco gente corriente. Aparte, gracias a @entrelunas y lunares me contactó La Esfera de los Libros y me propuso escribir una novela. ¡El sueño de mi vida desde que era cría! Por lo visto, les gustó lo que iban leyendo.
– Cuenta.
– Yo escribo desde que no sabía escribir...
– Tendrás que explicar eso.
– Lo habitual es que cuando eres niña y todavía no sabes leer cojas un libro y hagas como si lo estuvieras leyendo, ¿no?
– Sí.
– Pues yo cogía los libros y hacía que... ¡Los estaba escribiendo! El hambre y la sed que citamos en el titular no son ni de dulces ni de salado ni de agua ni de cerveza. Yo siempre tengo hambre y sed... de escribir así que por muy sarcástica que sea (que lo soy), muy gafe (que también) y muy despistada (ni te cuento) yo sí creo que, además. he revertido la ley de Murphy; porque 'todo lo que puede salir mal... saldrá bien'.
– ¿Qué te pidió la editorial? A más de zurda y lo demás, eras una escritora puñeteramente novata.
– Me pidieron una novela juvenil. Me pareció bien. Yo quería escribir sobre todas esas cosas que venimos hablando en la entrevista. Sobre el dolor en las piernas, sobre los kilos de más, sobre los médicos idiotas a 150 pavos la consulta. Quería también ajustar unas cuantas cuentas con unos cuantos capullos. Me encanta la palabra 'capullo', ¡qué bien define a tanta gente! Quería hablar de amigos, amigas (cuatro pues me dijeron que es número mágico). De perdón y autocrítica. ¿Sabes, mi editora me recomendó que no pintase a la protagonista (que tiene mucho de mí) tan cabrona?
– Es cabrona, sí. Y eso le da un punto. Imagino que comparte el sarcasmo hacia la vida que te caracteriza a ti. Y las malas pulgas (de eso tiene más ella que tú).
– Me dijeron que tal como la estaba contando la gente no iba a sentir simpatía ni empatía para con ella y aunque nos puedan gustar los grandes personajes horribles y odiosos no es lo más adecuado en una novela juvenil.
– Pero se mantiene y la mantienes genio y figura.
– Porque somos mucho más que nuestros miedos y fallos. Ni nuestros defectos.Que a veces solo nosotros los vemos.
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