Borrar
Sencilla decoración de la heladería hacia 1960, con Gianni en el mostrador. En el cartel, sólo cuatro variedades de helados: mantecado, fresa, chantilly y nata-moka.
Helados de Italia en el veraneo donostiarra

Helados de Italia en el veraneo donostiarra

Comercios donostiarras ·

Los Italianos. Empezaron vendiendo pasta fresca, después café y hoy cuentan con más de 35 variedades artesanales elaboradas con fruta de temporada

J.J. FDEZ. BEOBIDE / LOLA HORCAJO

Martes, 7 de julio 2020, 07:59

Hemos estrenado el verano y son muchas las costumbres que hemos tenido que cambiar en la nueva normalidad. Menos mal que hay cosas que permanecen, como el placer de tomarnos un helado, eso sí, tras hacer la cola manteniendo la distancia.

Tras la Guerra Civil, fueron varias las familias italianas que se instalaron en San Sebastián, elaborando y popularizando los helados. Así, Occhi de la heladería La Polar en Avenida 32, Fiuli en Miramar 5, Arnoldo del Salón italiano en Garibay 2 y Moncalvo de Los Italianos en la calle Aldamar 22, de la que hoy hablamos.

Esta heladería fue fundada por Giuseppe Moncalvo y su mujer, Matilde Priamo. Eran originarios de una pequeña población italiana al norte de Génova, Gavi Ligure (provincia de Alessandria). Aunque en nuestra ciudad Los Italianos es sinónimo de helado, cuando llegaron se dedicaron a la elaboración de pasta.

Su hija Ornella Moncalvo Priamo, que nació en Italia y llegó con sólo once meses a Donostia, nos relata la historia de este conocido establecimiento. «En 1939, Los Italianos era una fábrica de pasta fresca que la llevaron mis padres con unos tíos. Esto fue al terminar la guerra y entonces vendían muchos macarrones frescos, pero al llegar lo que llamaban la fiscalía de tasas y el racionamiento, se tuvo que cerrar y ya mis padres llegaron a pensar en volver a Italia porque se quedaron sin trabajo».

Los datos

  • Fundado por Giuseppe Moncalvo y Matilde Priamo.

  • 1939 En Los Italianos se elaboraba pasta fresca.

  • 1941 Comienza la heladería.

  • 1982 Al frente, Ornella Moncalvo y su marido, Gianni Gemme.

  • 2003 Prosiguen José Mari Arin y Fátima Marichalar.

«Un amigo de mis padres, el Sr. Occhi, tenía una heladería en la Avenida llamada La Polar y entonces le animó a empezar con un mostrador pequeño justo al pie de la calle, en la puerta de la tienda. Él le mandaba las cremas de los helados y así mis padres empezaron a vender helados».

«El primer año, sólo en verano, no les fue mal. Y entonces otro amigo, también italiano, que tenía heladería en Logroño, les enseñó a hacer el helado (parece que se trataba del Sr. Augusto Bez, cuñado del que fundó en Donostia la heladería Salón Italiano Arnoldo). Entonces, poco a poco cada año, fueron ampliando el local con más mostradores y pusieron unas mesas para que se sentara la gente y bueno, no les fue mal pues trabajaban seis meses y cerraban en invierno».

«Yo empecé a vender los helados con 12 años. Trabajaba en verano y estudiaba en invierno. Entonces, las clases de helados eran las clásicas: mantecado, chantilly, chocolate, fresa, tutti-frutti, moka, avellana, limón... Y así pasaron los años, siempre mejorando las ventas, pues la calidad era excelente y venían muchos madrileños, de Zaragoza... aparte de la clientela de aquí, que era estupenda».

«Luego yo me casé (con Gianni Gemme) y ampliamos a dar café, capuchinos e irlandeses-escoceses (fueron de los primeros establecimientos de San Sebastián que los preparaban), y con el café también tuvimos mucho éxito. Entonces se abría todo el año».

«Cuando se jubilaron mis padres hubo un incendio en la casa (1982) y entonces hicimos una bonita reforma y ahí fuimos sacando clases nuevas de helado, como amarena, granadina, stracciatella, marron glassé, arroz con leche, etc., y ganamos el premio al mejor helado del País Vasco. Salimos en el periódico, también estuvimos hablando por la radio, y con todo esto aumentó mucho el trabajo».

«Ahora, ya jubilados, hace años se lo han quedado los empleados, que llevan trabajando más de 40 años. Entre ellos Mari Sol, una veterana, y José Mari el gran jefe, pues él ha ampliado la variación de clases, ha hecho reforma y, aunque los tiempos no son muy buenos por la crisis (se refería al 2008), al haber calidad y helados de verdad artesanos, que ya quedan muy pocos, pues están contentos y nosotros también. Y muy orgullosos de que hayan mantenido muy alto el nombre de Los Italianos, que empezaron en 1941».

Marisol Leunda, que entró a trabajar en la heladería con tan sólo 15 años y ya se ha jubilado, fue quien trajo en 1977 al lezotarra José Mari Arin. Desde 2003, José Mari es el titular de la heladería y junto a su mujer Fátima Marichalar elaboran los helados manteniendo la tradición. Treinta años lleva Antxon Jáuregui tras la barra de Los Italianos y desde hace cinco comparte el trabajo con las jóvenes y sonrientes hermanas Maitane y Ainhoa Huarte.

Los tiempos han cambiado. En sus comienzos, apenas eran cuatro variedades de helados las que se anunciaban en el cartel que vemos en la foto. Ahora son más de 35 variedades artesanales las que se presentan al público, elaboradas en sus instalaciones, con frutas y productos naturales. Las frutas se compran en temporada, se preparan y se congelan para su utilización durante el resto del año. Con estos ingredientes, la elaboración tradicional y la imaginación de José Mari, han surgido nuevos sabores como gianduja (chocolate trufado y avellanas), sorbete de maracuyá, yogur de mandarina o el ya famoso 'quitapenas', creado en 2009 con cacao puro y mermelada de naranja amarga.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Helados de Italia en el veraneo donostiarra