El gran chef Hilario Arbelaitz charla con Mitxel Ezquiaga en el Aula DV celebrado en el Aquarium.
Gente de la ciudad

Hilario Arbelaitz y su vida en Zuberoa

El gran chef participó en el Aula DV con Mitxel Ezquiaga y contó su experiencia y anécdotas del afamado restaurante

Joti Díaz

San Sebastián

Sábado, 4 de febrero 2023, 08:50

Hilario Arbelaitz, gran chef y buena gente. El día 30 de diciembre decidió con sus hermanos Eusebio y José Mari que tras 52 años ... trabajando era hora de cerrar Zuberoa, uno de los restaurantes referentes de Gipuzkoa. La jornada finalizó en fiesta con la sorpresa de su amplia familia y vecinos. Tras un mes para poner en orden papeles y el cambio de vida, fue citado por Mitxel Ezquiaga para participar en el Aula DV, que patrocina la Fundación La Caixa, en el auditorio del Aquarium.

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Fue placer escuchar a Hilario ante numerosas personas que siguieron la charla en directo y otros por 'streaming'. El chef narró sus inicios en este caserío familiar, el más antiguo de Oiartzun, aprendiendo de su ama y de la cocina casera que preparaba para los vecinos. Comida sencilla pero de alto nivel. Pero antes pasó por los seminarios de Santurraran y Donostia. «En ese momento éramos 2.000 seminaristas». Estudió cuatro años y luego terminó en el instituto para volver al caserío, también con su hermano Eusebio, que estudiaba en el internado de Lecaroz. Con las enseñanzas de la amatxo fue evolucionando y considera fundamental la experiencia de tres semanas en el restaurante Ithurria de Maurice Izabal en Ainhoa.

El caserío se fue transformando. Los espacios dedicados a las vacas y las gallinas se convirtieron en comedores. La fama fue creciendo y fue fundamental cuando formó parte del grupo de cocineros que promocionaron la Nueva Cocina Vasca. Los medios especializados se hicieron eco de Zuberoa y su excelente oferta gastronómica y pasó a ser un referente en Gipuzkoa, con clientes de aquí, franceses y de numerosas provincias españolas.

Con dos estrellas Michelin, el presidente Lamas, le pidió que que tenía que modernizar sus platos e Hilario le contestó que el no renunciaba a su cocina heredada de su madre, que él iba adaptando y que tanto gustaba a sus clientes. Perdió una estrella, pero ocurrió lo inesperado. Una avalancha de reservas, dio valor a su trabajo y los medios franceses y españoles le apoyaron.

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Serían necesarias varias crónicas para resumir este encuentro, al que también asistieron su hermano Eusebio y Pedro Subijana. Ambos tomaron la palabra, lo mismo que Joxe Mari Aizega, director del Basque Culinary Center.

Por Zuberoa han pasado Premios Nobel, políticos, artistas como Bruce Springsteen, grandes deportistas y ha sido sede de las comidas de las directivas de la Real Sociedad y de equipos que nos visitaban. No da nombres de personas conocidas, que reservaban salas privadas. Eso queda para él y Eusebio. Salvo algunas escapadas a París, varios países y Madrid, para cocinar y asesorar a restaurantes, siempre ha cumplido con sus 14 o 15 horas de trabajo.

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Sobre el futuro de Zuberoa, la intención era que su hermano José Mari siguiera con el negocio, pero su salud no se lo permite. Ahora hay cocineros y empresas interesadas y a partir de este mes estudiaran ofertas. Les echaremos de menos. Abrazos

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