El estado en el quedó el inmueble de Intxaurrondo tras el incendio de este domingo. Arizmendi

Indignación entre los vecinos tras el incendio en un edificio okupado en Intxaurrondo: «Vivimos con inseguridad y miedo»

Vecinos residentes cerca del lugar del incendio de estedomingo admiten haber denunciado a las autoridades «varias veces» la situación del inmueble y estar «hartos de tener que soportar este tipo de peligros»

Claudia Turiel

Lunes, 16 de septiembre 2024, 14:43

Este domingo, sobre las 22.13 horas de la noche, los vecinos del barrio donostiarra de Intxaurrondo quedaron impactados al ver cómo la antigua sede ... del centro meteorológico del Gobierno Vasco ardía en llamas. Residentes cercanos al inmueble de la calle Caserío Parada, que suele estar okupado, aseguran haber denunciado a las autoridades «en varias ocasiones» la situación en la que se encuentran, «de inseguridad e insalubridad». La Guardia Municipal ha iniciado una investigación para aclarar si el incendio originado el domingo en el edificio okupado ha sido intencionado. Así lo han confirmado fuentes municipales a este periódico, después de una primera valoración que ha indicado que el incendio «podría haber sido provocado».

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Gabriela Gómez vive frente al edificio okupado y es una de las tantas vecinas que asegura sentirse «bastante insegura, porque hay mucha gente que no tiene techo y que duerme en el edificio. Lo destruyen, hacen ruido, ponen música...». El panorama «es insostenible. Estamos muy preocupados porque también han robado en las casas de la zona, e incluso nos han llegado a tirar objetos, como cámaras y detectores de humo que han arrancado del edificio, a nuestro terreno». Asimismo, «no es la primera vez que incendian el edificio. Y hasta que no haya que lamentar daños mayores, las autoridades no harán nada al respecto».

Vecina Gabriela Gómez

«Es muy difícil vivir así, algunos vecinos nos hemos planteado cambiarnos de vivienda porque pasamos verdadero miedo»

Gabriela Gómez vive frente al edifico okupado y señala que la situación «da mucho miedo». Arizmendi

Gómez recuerda que, al principio, «al inmueble abandonado entraban unos chavales jóvenes a hacer skate, pero poco a poco se ha ido metiendo al edificio gente que no tiene techo. Lo de ayer fue una fogata inpresionante. Esta situación se ha denunciado ya varias veces a las autoridades y al ser un edificio de propiedad estatal, les desalojan. Pero si les desalojan por la mañana, por la tarde ya están otra vez», cuenta apenada. «Tengo una hija pequeña y un perro al que saco a pasear a diario, y entrar a casa por la noche nos genera mucho miedo».

Juanjo Escudero, también vecino de la zona, explica que él se encontraba en casa cuando las llamas se hicieron con el edificio. «Primero vi unas luces, pero luego ya fui consciente de lo que estaba pasando, porque del edificio salían unas llamas muy intensas. Después llegaron los bomberos». Aunque Escudero admite que el suceso no le pilló por sorpresa. «Sabíamos que iba a volver a pasar. Por mucho que pongan una cinta y prohiban el paso, a los okupas les da igual. Las familias de alrededor tenemos bastante miedo», admite.

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Vecino Juanjo Escudero

«Los vecinos sabíamos que esto iba a volver a pasar. Hasta que no haya una desgracia mayor, no harán nada»

Juanjo Escudero pasea en bicicleta frente al edifico incendiado. Arizmendi

Tanto Gabriela como Juanjo señalan que «cada semana denunciamos estos hechos, incluso a diferentes autoridades. Pero al ser un edificio de propiedad estatal, ambos gobiernos se echan la pelota uno a otro. Es terreno de nadie, y si esto sigue así, va a acabar peor todavía». Además de los peligros a los que se enfrentan cada día, los afectados también se quejan por la falta de seguridad y cuidado de la zona. Las calles próximas al antiguo Instituto Meteorológico «están sin iluminar. Entre algunos vecinos pusimos una pequeña luz, pero ha durado muy poco. Ni siquiera los camiones de basura se atreven a llegar hasta aquí, y el desorden, la suciedad y el olor agravan la situación, que además de inseguridad, provoca insalubridad».

«Evitamos pasear por aquí»

Arantza y su hija Raquel viven en el barrio, pero ambas aseguran que «desde nuestra casa no se podía ver el incendio, pero los de la zona somos conscientes de lo que pasa aquí, y no es nada agradable pasear por estas calles. Es más, intentamos esquivarla y pasar por otro lado sobre todo en horas en las que hay menos luz».

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Vecinas Arantza y Raquel

«No vivimos cerca del edificio, pero somos del barrio y sabemos lo que pasa. Solemos cambiar la ruta para ir más seguras»

Arantza y Raquel intentan pasear por otras calles «más seguras». Arizmendi

También Lidia, mientras pasea a su perro, señala que «antes Donostia era una ciudad segura en la que podías volver a casa caminando hasta por la madrugada sin sentir miedo. Ahora, sin embargo... Si tuviera una hija no me gustaría que lo hiciera».

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