Hasta el viernes estuvo en su piso de Madrid, el que comparte con su pareja, Alberto, otra criatura de la escena. Esa casa que está ... en el barrio de La Latina, cerca del jardín de Las Vistillas, ese barrio que le encanta porque aún guarda el tono de aquellas primeras películas que Almodóvar filmó por allá, porque, está seguro, el espíritu de Lina Morgan debe rondar aún por las esquinas. Considera a la gran artista una 'magnífica clown' y todavía hoy le asombra «el ritmo de comedia que desplegaba en el escenario». Ayer ya estaba en Donostia, asumiendo, en euskera, las cinco personas a las que encarna en 'Ni flores ni funeral ni cenizas ni tantán' que hoy, 'sold out' total, se estrena en castellano. Es esta una obra de la bravísima gente reunida en la compañía de María Goiricelaya y Ane Pikaza. Él, Egoitz, no es solo actor. También productor y su compañía se llama Doña Perfectita.
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– Me gusta lo que dices en el titular. Desarrolla la frase.
– Una de las características de La Dramática Errante es que los actores asumimos muchos caracteres. De hecho, en 'Ni flores ni funeral ni cenizas ni tantán' había muchos más en los primeros bocetos tanto narrativos como dramatúrgicos. Se fueron reduciendo. Al final yo seré, entre otros, un pescador noruego, un azafato de vuelo, un médico, un musicoterapeuta y algún otro. Como es lógico, a cada uno le tienes que revestir de un carácter, de una fisicidad. Por supuesto que debes usar técnicas actorales pero has de dotarles de corazón. Para provocar que el público empatice con ellos, para que aunque los espectadores los vean en escena los sientan como personas y no como personajes. De ahí la frase del título, intento no interpretar sino encarnar. Hoy en el Principal seré eso, un pescador noruego que, por supuesto, ha de hablar con un acento concreto y en una mezcla de inglés y castellano. He tenido para lograrlo la ayuda de una amiga actriz que también puede ser coach especializada en lenguas, Elvira Cuadrupani. Otro de los seres humanos que encarno debía tocar la guitarra. Yo no sé hacerlo pero propuse coger un ukelele. Meses he pasado practicando, para no ser un actor que interpreta a un personaje y hace como si supiera tocar el ukelele.
– Estás bien acompañado en 'Ni flores ni funeral ni cenizas ni tantán'. La gente se puso en pie hace poco en Galdakao para aclamar a Patxo Telleria en 'Casting Lear'...
– Piensa que Patxo es también dramaturgo ('Kortxoaren dilemak', 'Alderray'...) lo que aumenta su peso en escena y como compañero. En cuanto a esa propuesta de Andrea Jiménez, ese 'Casting Lear', me parece uno de los grandísimos trabajos de esta temporada. Sobre todo porque desde una autoficción magnífica reivindica el teatro como una forma de salvarte, de sobrevivir. Si se le ocurriese a Andrea hacer un 'Casting Hamlet', me presentaría a las audiciones, lucharía por conseguir ese papel.
– No tienes solo a Patxo junto a ti. Ahí esta una de las grandes (y muchas veces tan divertida) damas de la escena vasca, Loli Astoreka. ¡Ay, aquellos tiempos de Karraka y 'Euskadifrenia'...!
– Su compromiso para con la obra y sus compañeros es absoluto. Incandescente. En escena, faltaría más, Ane Picaza, Aitor Borobia. Sin olvidarnos de Idoia Merodio, que conoce bien el espíritu de esta obra pues compartió con María Goiricelaya aquel Camino de Santiago que resulta ser el punto de partida de este trabajo que también se llama 'Adiorik ez' y donde desde la ternura no solo se afronta la muerte sino ese viaje tan emocionante que es la vida.
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– Se te siente a gusto en La Dramática Errante. No es extraño, en los trailers y los teasers de la producción se os ve preparando las escenas, trabajando texto y audiovisuales, como si fuerais uno a pesar de ser tantos...
– Estoy en La Dramática desde 'Altsasu'. Se ha creado un ambiente de tal confianza que me conecta con mi vocación de teatrante. No creas, no siempre pasa. Hay situaciones en este mundo de la escena que te desconectan de ella. Hay directores que piensan que bajo presión es cuando el actor ofrece su mejor trabajo. A veces se nos obliga a hacerlo bien, rotundamente bien, desde el primer ensayo. Y no es así. Por supuesto, el resultado sobre las tablas ha de ser perfecto, pero eso se consigue equivocándose muchas veces, probando(se) mucho. Siendo partícipe del proyecto creativo. Mira, cada uno de los que trabajamos en 'Adiorik ez/Ni flores ni funeral ni cenizas ni tantán' tenemos mucha información sobre la obra. Del iluminador y el técnico de sonido a los productores ejecutivos. Algunos la tienen desde fuera del texto y la puesta en escena. Otros, desde dentro. Y eso, se comparte. A corazón abierto Y así surge el acto teatral que hoy compartimos con vosotros.
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