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«Cada local tiene su esencia, y la esencia de BB Kafé es su calidez»

– ¿Cómo acaba una odontóloga siendo dueña de un Café?

– Mira, yo vengo de Venezuela, emigré por la dictadura encubierta que vivíamos allí. Y elegí el País Vasco por la playa, el sol y la buena temperatura. Pero nada más llegar aquí, lluvia, truenos y mal tiempo. Aunque los primeros meses fueron duros, terminas acostumbrándote. Un día, caminando por esta calle, vi este local súper bonito y como a mí me gusta mucho el tema de la comida ecológica, sana, la que viene de kilómetro cero, me enamoré del lugar. No paraba de venir todos los días a por un café y, con el tiempo, los dueños decidieron venderlo. Lo compró mi chico con un amigo para seguir con el Café y, aunque al principio me resistía, terminé metiéndome de lleno. No podía dejar que ese lugar cambiara, que no continuara su esencia.

– Y ahora...

– Ahora este café se ha vuelto como mi bebé, mi tercer hijo. Trato de que se continúe la línea que marcaron los anteriores dueños pero añadiéndole un poco de mi propia esencia, ¿sabes? De cómo yo vivo la vida, procuro que ese bebé no pierda su esencia.

– ¿Cómo consigue que el local mantenga la esencia?

– Trato de que cada cosa tenga parte de ese romanticismo que guardo en mi interior. Intento cuidar especialmente el ambiente que va a rodear a los clientes: que se sientan a gusto aquí sentados, también con el café y la comida que llega a su mesa. Es algo que se consigue con esa calidez en la atención, sobre todo. No me gustan los lugares a los que llegas y ves un montón de pantallas, me echa para atrás. Yo no tengo pantallas, tengo gente, personas trabajando, que hablan y traban amistad con los clientes. Y es lo que quiero transmitir. Cada local tiene su esencia, y la esencia de BB Kafé es su calidez, el saber lo que te están vendiendo es real.

– Las personas que trabajan contigo, ¿comparten esos ideales?

– Sí, si no sería imposible. Necesito a mi lado personas que, aunque quizá no vean las cosas como yo, sí sientan este estilo de vida saludable. Porque cuando no sienten lo mismo, el enfoque es diferente, no transmites lo mismo.

– ¿Es parte de tu vida ese estilo de vida saludable?

– Sí, soy fiel creyente de lo que se conoce como 'Real food'. Todos los alimentos producidos a gran escala llevan unos conservantes y unos químicos que, al final, esos alimentos no pueden ser reales. Por eso aposté por la comida sana, la de kilómetro 0. Elegir un estilo de vida saludable tiene todas las ventajas. Tal vez la única desventaja es lo costoso que puede llegar a ser. Es algo que mucha gente nos pregunta: ¿pero eso cuesta tanto? Claro, pero ¿por qué no lo comparas con un café que te venden en otro lugar y que te puede hacer daño en tu organismo? Este café es sano, es orgánico, lo procesan manos de verdad, alguna que otra máquina, pero hay gente detrás de ello. Somos un poco criticados por eso, por los precios y tal, pero es que la gente que vende el kilómetro cero, tiene que vender a esos precios, y aquí estamos por la gente que se quiere cuidar, al café vienen futbolistas, ciclistas, gente centrada en su salud. Y me gusta mucho la gente cuando está aquí sonriendo, está en la terraza con gente joven o gente mayor que llega y se enamora del lugar, igual que yo me enamoré en su momento. Además, la gente que no entiende los precios, al final son personas que tampoco entienden para qué está este lugar, no tienen esa conciencia.

– Para entender el BB Kafé hay que valorar su producto.

– Sí, al final, el cliente ideal sería una persona que valore todo el trabajo que dedicamos para que salga esa tosta rica, ese café delicioso. Que disfruta de ese café, de esa mano que lo prepara, ese sabor, de toda esa esencia. Buscamos a esas personas que todo lo que consumen saben que tiene un valor y tiene un objetivo en su vida. Que saben que es importante. Los clientes no pueden verlo como un café que vende comida en un 'ti-ta' como dicen aquí. 'Ti-ta' y siguiente, next. Pues no.

– ¿Qué recomendaría a esas personas que no conocen en profundidad este mundo pero que les despierta curiosidad?

– Que vengan y prueben, que prueben el café. Ayer por la mañana, por ponerte un ejemplo, vino una chica que pidió algo para llevar, pero no quería café, entonces le dijimos, ¿por qué no pruebas el café? Pruébalo, que está muy rico, llévate un café. Vale, dijo, lo voy a probar. Y lo probó y volvió por la tarde. Se puede vender de muchas maneras. Puedes poner un dibujo bonito, una plantita bonita, un lugar cálido, tener un rollo en el café, unas camisetas o un vaso bonitos bonitos, pero, al final, el caballo ganador es cuidar mucho el producto, las bebidas y la comida, para que la gente se sienta como en casa.