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La cuaderna es izada por un camión-grúa ubicado en el paseo Eduardo Chillida que la transportó a Gordailua.

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La cuaderna es izada por un camión-grúa ubicado en el paseo Eduardo Chillida que la transportó a Gordailua. USOZ

La madera podría pertenecer a una gabarra para transportar arena

El servicio foral de Patrimonio sacó de la playa la cuaderna de una antigua barcaza de fondo plano como las que navegaron antaño por la regata de Igara

Aingeru Munguía

San Sebastián

Jueves, 8 de agosto 2024, 02:00

La misteriosa madera descubierta el lunes sobre la arena de la playa de Ondarreta podría pertenecer a una «gabarra ancha y de fondo plano» como las que navegaban por la regata de Igara hasta hace un siglo transportando arena y otros materiales de construcción. Así lo explicó este miércoles la arqueóloga del Servicio de Patrimonio de la Diputación, Mertxe Urteaga, en el operativo montado para sacar exitosamente la cuaderna, o 'costilla' de barco, de la orilla. La pieza será sometida ahora a una prolongada investigación para confirmar esta hipótesis y obtener nuevos datos como la antigüedad y el tipo de embarcación a la que pertenecía.

La extracción de la pieza de madera de la playa provocó cierta expectación en Ondarreta, tras adelantar DV la noticia de su hallazgo. Antes de que llegaran a la playa los técnicos forales, se podía ver a grupos de personas arremolinadas alrededor de lo que hasta el lunes parecía ser un tronco más de los que suelen llegar a la orilla.

Pero la forma de la pieza, su extremo agujereado y su superficie tallada delataron a ojos de los especialistas que aquello no era un escombro más. Tanto la Sociedad de Ciencias Aranzadi como el propio servicio de Patrimonio de la Diputación creen que esta madera es «una 'costilla' o cuaderna de una barcaza de fondo plano» como las que se utilizaban para «navegar durante la pleamar por zonas de poco calado de la regata de Igara», explicó la arqueóloga Mertxe Urteaga.

La técnico foral señaló que estas embarcaciones «transportaban durante la pleamar arena y otros materiales de construcción» por esta zona de marismas que llegaba hasta Portuetxe y Errotaburu. La regata de Igara, o del Gorga, desembocaba en esta zona occidental de la playa Ondarreta y fue navegable hasta «principios del siglo XX», lo que ayuda a explicar la existencia de restos de embarcaciones como la ahora descubierta.

Los trabajos para izar la madera comenzaron con el desenterramiento cuidadoso de la pieza durante la bajamar. Posteriormente, con ayuda de un alambre curvo, se introdujeron bajo la madera unas cinchas –que se envolvieron en cilindros de foam– para asegurar su estabilidad durante la izada. Un camión grúa, que esperaba en el paseo de Eduardo Chillida, se encargó de subir suavemente la pieza hasta el vehículo, ante la atenta mirada de decenas de personas que siguieron de cerca la operación tanto desde la playa como desde el paseo. El dispositivo fue diseñado por el restaurador Giorgio Studer, presente junto a Urteaga durante la evacuación de la cuaderna.

Una pareja de italianos curioseaba por las inmediaciones e intercambiaba unas palabras con un donostiarra que se acercó a ver la cuaderna. «No tengo ni idea de cómo ha llegado esto hasta aquí», decía. Otra pareja se sorprendía por la presencia de una decena de cámaras de televisión y reporteros gráficos para sacar el trozo de un antiguo barco: «Me alucina semejante despliegue para una cosa tan nimia».

Transporte a Gordailua

Una vez completada la operación y con el camión rumbo al centro de Colecciones Patrimoniales Gordailua (Irun), Urteaga y Studer ofrecieron algunas explicaciones de cómo será el proceso de investigación a partir de ahora. La cuaderna será sometida, primero, a un proceso de limpieza superficial y posteriormente será introducida en una piscina de agua dulce donde se mantendrá durante «mucho tiempo» para extraerle la sal y tratar de que «no se descomponga más». La pieza está «saturada de agua y de sal». Este último componente «cristaliza y rompe las fibras de la madera» por lo que es preciso eliminarlo poco a poco. Por ello «se sumergerá durante mucho tiempo» en agua dulce.

Una vez superada esta fase se analizará el tipo de madera y se estudiará «la huella instrumental» realizada para tallar la cuaderna, lo que «nos dará indicaciones sobre su cronología». Finalmente, se someterá a «la prueba de dendrocronología» –análisis del número de anillos en la sección– para poder datar con mayor precisión el momento de construcción de la embarcación. «Será un proceso largo y bastante tedioso», avanzaron los técnicos de la Diputación. El conjunto de la investigación podría prolongarse «entre 2 y 4 años».

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