Matigoxotegi no aguanta más

Están indignados desde hace un mes, cuando en el equipo de gobierno del Ayuntamiento les dijeron que el presupuesto de 2020 no tendría partida para la reforma del campo. Algo que les habían prometido.

Los petachos ya no valen para nada. «El C. D. Kostkas junto con el Patronato de Deportes se ha gastado este verano 9.000 euros en reparaciones y no han valido para nada. Es un dato significativo. La empresa que las hace dice que ya no sirven. Ahora mismo el campo está igual que antes del arreglo. Porque ya no hay manera de repararlo. La única manera es cambiando el césped».

Matigoxotegi ha cumplido 19 años desde que fue modificado su césped. «Un césped de estas características dura 10 años», explica Poyales. «Lleva 9 años caducado. Hace años que llevamos pidiendo que nos lo sustituyan como hacen con el resto de clubes de Donostia. Pero nuestra paciencia se ha agotado. Vemos cómo varios campos son remodelados hasta dos veces en pocos años y el nuestro sigue muriendo».

Lo dicen públicamente. «Por fin llego el día en el cual, un partido político, el PNV, incluía en su programa electoral para las elecciones municipales del día 26 de mayo, la reforma del Mati. Todos pudimos verlo en periódicos locales e incluso dicho por boca de uno de sus concejales».

Y ahora ellos protestan. «Ha llegado el día en el que nuestro club, compuesto por directivos, entrenadores, jugadores, padres... que no viven del fútbol ni lo pretenden, se han hartado de que nos tomen el pelo. Ningún entrenador o padre tiene por qué tener miedo de que su hijo o hija se rompa una rodilla o se tuerza el tobillo por el estado del césped»

Yoseba Poyales tiene las ideas claras: «Tras estos años de uso intensivo de nuestro campo de fútbol reclamamos su arreglo para poder seguir trabajando con la tan cacareada cantera guipuzcoana. Estamos hartos de promesas incumplidas y de esperar un turno que nunca llega. Llevamos muchos años en precario, sin poder ofrecer a nuestros chavales un césped digno».

Le ha llegado el momento de estallar. «Vemos con satisfacción que se remodelan los campos de fútbol de nuestro alrededor preguntándonos, ¿y nosotros, cuándo? Nadie nos contesta. ¿Estar ubicado en una zona obrera como los barrios de Egia e Intxaurrondo nos perjudica? Cuando el Ayuntamiento presenta sus presupuestos se contemplan grandes obras e incluso se refleja un superávit. ¿Dónde está la partida para arreglar nuestro campo? El último césped de Matigoxotegi se pagó en pesetas, en el año 2001. Los técnicos hablan de un máximo de entre diez y doce años de vida para un césped a pleno uso. ¿Cuánto más debemos esperar? ¿Cuántas lesiones más tenemos que ver? ¿Cuántas veces se nos encogerá el corazón cada vez que vemos a un niño cayendo cerca de las vallas de cemento? A pesar de la desilusión y tristeza con la que hemos recibido otra nueva negativa a cambiar nuestro césped, no vamos a parar en nuestra legítima reclamación. Matigoxotegi existe y nuestro turno ha llegado».

El miércoles, 250 personas se manifestaron desde el campo hasta el edificio de Tabakalera, donde se celebraba la Gala del Deporte Guipuzcoano. «Volvimos a la carga para lograr de una vez por todas una renovación del césped de Matigoxotegi», afirman. «Hemos decidido hacernos oír porque estamos hartos de que nuestros chicos jueguen en algo que llaman césped artificial y ya no es nada».

Van a continuar en la lucha. «Hasta ahora hemos sido discretos y comprensivos y no nos ha servido de nada», afirman. «Estuvimos en el último Pleno del Ayuntamiento y volveremos al del día 19 para pedir lo que creemos que es nuestro. Nuestros chavales también se merecen tener un campo nuevo en el que no se lesionen».