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«En la monta western el caballo responde a tus piernas, cuerpo y voz»Ayer pinchó en el ¡BE! Club. Le gusta trabajar con sonidos y que la gente se mueva. Le gusta el estilo club. Le gusta pillar ... un tema de los Bee Gees y añadiéndole una base nueva, algo que no tiene nada que ver con nada, hacer que suene totalmente distinto. Lo suyo es el soul funk house aunque se mueve con (mucha) habilidad en el techno. Pero de lo que hablamos con el que durante muchos años fuera el DJ residente del Ku de Igeldo y del Ku de Ibiza, aquel que muy joven ganase un premio en el Zorongo y luego pinchase los jueves y viernes en discotecas de media Francia es de Terra Izen Gabe, la hípica que tiene en Girona. Allí adiestra, doma, prepara, juega, monta, hierra y pupila caballos.
– Todo empezó en la calle de la Salud, ¿verdad? Vivías allá.
– A un paso de la fragua de un herrero, Jorge, que también era herrador. Yo estaba siempre dando vueltas alrededor. Las caseras le dejaban los caballos que tiraban de los carros con los que bajaban al mercado o repartían la leche para que los herrase. Yo no podía dejar de mirar. Ni al yunque ni a Jorge ni a los caballos.
– Tan importante es en esta historia Amara Viejo como el parque de atracciones de Igeldo...
– Mis primos del Antiguo trabajan en el Cosmicar, los autos de choque, la churrería. Yo a los 9 años paseaba a los niños que montaban en los ponys. La afición iba creciendo. Empecé a montar. Iba a Jaizubia. En aquellos años no era fácil llegar hasta allí. Me puse a trabajar de electricista. De aprendiz. Con 18 años me compré mi primer caballo. Me lo vendió el padre de Hermoso de Mendoza y abuelo de Guillermo, que aún no había vuelto a Estella, estaba todavía en Jaca y luego iría a Logroño. 'Terry' se llamaba aquel hispano árabe. Además de aprender electricidad, aprender a montar y comprar un caballo, tocaba la batería en una banda llamada Phoenix. Sería 1975. No tardaría en llegar a KU. Eran los tiempos del rock&roll, de la música disco. Reggae. Funk.
– Recuerdo un slogan de entonces muy impactante, con su rico punto de chulería: 'Cuando un disco suena ya es viejo en Ku'.
– Nos gastábamos mucho dinero en música. Teníamos toda la que aparecía en España pero además viajábamos a Francia, Londres y Estados Unidos. Otros locos como nosotros solían volver de allá con discos que nos vendían directamente. Algunos hasta sin portada, con el título escrito a mano.
– Tu afición por los caballos no disminuye. Tan importante como el Ku en Igeldo son las cuadras de Narciso en Bugatti.
– También monto y ando entre caballos con Luis Palacín en Hendaya. Estudio, practico la alta escuela española pero el hijo de Luis, Juan Luis, me da a conocer la monta western, la modalidad 'reining'. Por supuesto que al oír 'western' todos pensamos en los vaqueros del Oeste.
–Y en sus monturas, caballos americanos, caballos cuarto de milla, caballos 'paint', appaloosa.
– El 'reining' comprende muchas modalidades como pueden ser no solo la monta western sino 'pleasure', 'trail', 'roping' (cuando se usa el lazo como los vaqueros que atrapaban las reses así) 'cutting' (en donde el caballo tiene las mismas habilidades que un perro pastor, un border collie, y ha de ser hábil, ágil y debe poder hacer regresar a la manada a una vaca que se salió de ella). Para todas esas modalidades se necesitan caballos muy versátiles. Volvamos un poco a la imaginería del Oeste.
–Hecho. Veo caballos que tiran de carretas. Veo pistoleros huyendo a galope de los rangers. Veo al Séptimo de Caballería. A los cherokees y navajos sobre sus Tennessee Walker y Morgan...
– ¿Lo entiendes ahora? Tenían que ser animales musculosos, con patas rectas y cascos robustos. Inteligentes, confiados, amables y valientes. Flexibles, rápidos, intuitivos y capaces de sortear obstáculos. Por otro lado, con ese jinete que hacía (todo) su trabajo montado sobre ellos, la rienda no podía ser lo más importante para manejarlos. Esos caballos responden más a lo que les transmiten el cuerpo, las piernas y la voz del jinete. No necesita bocado. Es un caballo mucho más libre y su conexión con el jinete, intensa.
– Tú los preparas. Desde que son potros, imagino.
– Desde que se les quita de la madre. Llegan a ti sin ninguna información así que todo lo que les enseñas es un juego para ellos. De esa manera, cuando, al tiempo, les pones la silla no pasa nada. No son un potro salvaje de rodeo.
– Eres también herrador.
– Aprendí el oficio con Enrique Bastida que era herrador y veterinario, con lo cual me transmitió una sabiduría perfecta. No solo sé herrar, conozco bien los cascos de los caballos, su estructura, sus posibles dolencias...
– Te estableces en Girona...
– Aquí estoy, en 'Terra Izen Gabe'.
– Robert Sevillano, un amigo DJ de los tiempos de KU, te hace volver a la escena...
– Gran fortuna, música y caballos. Dos maravillosos me ayudan a enseñar a los potros y a los humanos que los montarán. Como DJ me maravillan Todd Terry (30 años de oficio y aún mejora) y Yost.
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