Un dron se dirige a la playa de La Concha desde el monte Urgull Jose Mari López

Multas de hasta 225.000 euros por sobrevolar un dron en Donostia sin autorización

El Ayuntamiento recuerda la prohibición del uso no profesional de estas aeronaves en la ciudad, y las fuertes sanciones que fija la Agencia Estatal de Seguridad Aérea

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Jueves, 2 de mayo 2024, 12:16

«Queremos poner un coto a los drones». Es tal la «proliferación» de este tipo de aparatos sobrevolando San Sebastián, que la Guardia Municipal ha recordado este jueves que su uso recreativo está prohibido por ley en la ciudad, dado que se encuentra ubicada en ... una zona de influencia aeroportuaria. Por ello, únicamente podrían volar sobre la superficie donostiarra en el caso de que tengan un objetivo profesional, «bien sea para hacer una grabación comercial», como «un anuncio o una película», o una retransmisión televisiva. Y aun en estos supuestos, su uso requiere una autorización previa. No tenerla supondrá multas que oscilan entre los 60 y los 225.000 euros, en el caso de los particulares. No las fija el Ayuntamiento donostiarra, sino la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), según ha explicado el concejal de Seguridad, Bomberos y Protección Civil, Martin Ibabe.

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El edil ha recordado en una rueda de prensa en el consistorio que, el año pasado, el Ayuntamiento «gestionó 46 peticiones de permiso de vuelo», todas con un fin profesional, e interceptó «10 actividades no comunicadas», todas de uso recreativo. Aunque suele ser «difícil dar con los responsables de estos vuelos no comunicados», la decena de casos fue trasladada a la AESA para que formule la sanción oportuna, que va de 60 a 225.000 euros. Para una actividad profesional, las sanciones son de entre 4.500 euros y 4,5 millones si son muy graves.

«Se han llegado a producir hasta 20 llamadas de avistamientos de vuelos de drones no comunicados en un mes», afirma Ibabe, una incidencia que «preocupa ya que son vuelos que se están realizando sin ningún tipo de control, ni permiso», y además, en el caso de realizar grabaciones, «podrían vulnerar la ley de protección de datos y derechos fundamentales como a la intimidad o al honor». No hay que ser un lince para adivinar las zonas más sobrevoladas: «Urgull, Ulia y las tres playas».

No solo Donostia

Según se puede comprobar en https://drones.enaire.es/, la limitación de Donostia es extensible a todo el espacio aéreo de los aeropuertos de Hondarribia –hasta parte de Igeldo, Lasarte-Oria, Urnieta, Hernani y Navarra–; Loiu –hasta puntos de Mendaro, Azkoitia, Antzuola, Oñati y Arrasate–; y Foronda –hasta parte de Leintz Gatzaga y Eskoriatza–.

Desde el 31 de diciembre de 2020, la normativa europea UAS (Sistemas de Aeronaves no Tripuladas) establece los requisitos para operar con drones, independientemente de su uso, tamaño o peso. Así –apunta Ibabe– es «indispensable» que el piloto esté registrado en la Aesa, acredite un mínimo de formación con estos aparatos y posea un seguro de responsabilidad civil. También deberá seguir las reglas generales y tener en cuenta las limitaciones al vuelo decretadas en determinados lugares, y poseer un sistema de identificación a distancia directa.

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El proceso administrativo de cada vuelo previsto, según Martin Ibabe, exige «hacer un documento de coordinación con Enaire», comunicarlo luego «a la Consejería de Seguridad del Gobierno Vasco, y finalmente obtener un permiso municipal, a través de la Unidad de Uso del Espacio Público, que comunica la actividad a la Guardia Municipal, para que pueda realizar un control de desarrollo de la misma». En este sentido, la normativa es muy rigurosa, y hay que detallar de manera precisa dónde, cómo, a qué hora y qué duración tendrá el vuelo, que en ningún caso podrá sobrevolar aglomeraciones de gente. Por ejemplo, en el caso de la izada y la arriada durante la Tamborrada del Día de San Sebastián, dos drones sobrevolaron la plaza de la Constitución, pero, tal como matiza Ibabe, «solo por encima de los tejados», no sobre el cuadrilátero en el que botaba la multitud a los sones de Sarriegui.

Dada la ubicación de Donostia en un espacio aeroportuario, Ibabe ha puntualiza que los drones más pequeños, «de menos de 250 gramos, están sujetos a la misma normativa». También los que venden en cualquier supermercado, por pequeños que sean. Y en cualquier caso no pueden superar los 120 metros de altura desde el suelo, ni los 50 metros de distancia horizontal, y no podrá volarlo en un radio de 8 kilómetros de cualquier aeropuerto, aeródromo u otros espacios aéreos controlados.

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