Padres del colegio Biteri de Gros piden que se paralicen las obras de la fachada

En un comunicado, los firmantes expresan su «profunda preocupación por la salud, seguridad, bienestar y respeto de los derechos» de los alumnos, ya que las obras implican «golpear la fachada para comprobar el estado actual de las baldosas, picar la pared para acondicionarla, taladrar las placas, instalar andamiaje y contenedores que no cuentan con un perímetro de seguridad, provocar ruidos insoportables en un edificio de reducidas dimensiones y generar residuos –como el polvo en suspensión– que pueden afectar gravemente a la salud de los pequeños». Todo ello, según las familias, supone una «grave vulneración del derecho fundamental de nuestros hijos a recibir una educación en condiciones de seguridad y salubridad».

Representantes de los progenitores afectados han explorado la vía del diálogo con el Ayuntamiento y con el Departamento de Educación del Gobierno Vasco. En la primera reunión mantenida con el consistorio, en la que según explican los denunciantes también estuvieron presentes representantes de Zuhaizti Eskola Publikoa, la petición inicial de las familias, viendo la «envergadura y el cronograma» de las obras, fue la de paralizar o aplazar hasta verano de 2025 los trabajos de acondicionamiento.

«Sin embargo, los representantes municipales aseguraron que la obra no se puede parar ni aplazar, ya que si no se cumplen los plazos estipulados, se perdería la subvención (del 60%) del Gobierno Vasco», señalan. Inicialmente, la rehabilitación de la fachada estaba prevista para verano, pero ha arrancado en pleno periodo lectivo por «el retraso habitual de las licitaciones».

Las familias llevan «más de dos semanas» solicitando al consistorio información detallada de dicha subvención «sin obtener respuesta ni acceso a la misma», por lo que critican la «total falta de transparencia en todo el proceso». «No se pueden priorizar los argumentos económicos frente a la seguridad, bienestar y salud de nuestros hijos e hijas», advierten los padres afectados, que entienden que «estas obras se podían haber acometido en las vacaciones escolares de verano».

A finales de noviembre, las familias de Biteri comprobaron cómo diversos operarios instalaban andamios en las fachadas norte, sur y oeste del centro escolar, colindantes con las calles Zabaleta, San Francisco y Trueba. Desde entonces, aseguran, el «compromiso del Ayuntamiento de respetar unos días y unas horas concretas para realizar las tareas más molestas no van camino de cumplirse».