Con la pesa y el trapo
Desde el bule ·
Secciones
Servicios
Destacamos
Desde el bule ·
Como un día cualquiera la puerta se abrió. Pasó él y después yo. Sin prisa, porque la perdimos, como todos, hace semanas. Al entrar, nos desinfectamos las manos con gel hidroalcohólico y tres pasos más tarde empezamos a mirar atónitos de un lado al otro. ... No nos conocíamos de nada, de hecho, nunca nos habíamos visto. Tampoco hablamos en esos minutos en los que ambos compartimos sensaciones. Hacía tiempo, exactamente ochenta y seis días, que no pisábamos ese suelo, escuchábamos el 'Buenos días' al entrar de quien se sienta en recepción y sufríamos con los resoplidos de los demás. Apenas nos dio tiempo a contemplar la 'nueva normalidad' que una persona ya estaba pidiendo pasar.
Las cintas y las pesas estaban, más o menos, donde siempre, pero las bicicletas, no. Había más espacio entre cada máquina y nadie se movía más de la cuenta. ¿Miedo? No, civismo. En las clases la disciplina era similar: ninguna persona se salía de su cuadrado y al terminar cada uno limpiaba el material con un trapo. El hábito está ahí.
En el primer día de gimnasio corrí, pero sobre todo observé a esa gente ansiosa por volver a subir peso, hacer kilómetros y reencontrarse con sus conocidos. Hubo sonrisas, sí, pero también miradas. Miradas cómplices de quienes por fin han podido volver al lugar donde se desprenden de sus problemas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.