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En una ciudad donde el 41% de la población supera los 55 años, el riesgo de que se produzcan situaciones de vulnerabilidad o soledad no ... deseada es elevado. Por ello, el Ayuntamiento puso en marcha en 2003 el programa Plus 55, nacido de una propuesta ciudadana en el centro Ernest Lluch de Amara y que hoy se ofrece en siete casas de cultura, además de en el Topalekua y la Escuela de Música y Danza.
El principal reto del Departamento de Acción Social es «garantizar que la longevidad de la sociedad vaya acompañada de bienestar, sentido vital y vínculo social», explica la concejala Mariaje Idoeta, quien asegura que este servicio «no trata únicamente de ofrecer actividades culturales y de ocio para personas mayores, sino de fortalecer la cohesión social, recuperar la dimensión comunitaria de los barrios y poner en valor la experiencia de quienes han construido la ciudad a lo largo de sus vidas».
Las más de 900 actividades que se realizan cada año son solo «un pretexto» para conectar personas, ya que el objetivo fundamental del programa es que las personas de más de 55 años «encuentren la oportunidad de conocer gente, relacionarse, generar vínculos de calidad y participar activamente en cuestiones que les motiven y les hagan descubrir nuevas aficiones o habilidades».
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La función de Plus 55 no es otra que orientar de manera especializada a estas personas hacia las actividades ya existentes en la red municipal que mejor se adapten a sus inquietudes y en las que mejor pueden encajar por sus necesidades u objetivos vitales. También es un instrumento para facilitar la puesta en marcha de nuevas actividades y proyectos que vayan en pro de sus inquietudes y deseos, gestionando y canalizando los recursos para materializarlas. Todo ello con el asesoramiento, apoyo y acompañamiento de personal técnico municipal, que hace un seguimiento del recorrido de los participantes en las distintas actividades.
«Se encuentran amigos nuevos. Todo depende de la actitud. Si quieres abrirte a los demás, siempre habrá quien te quiera recibir», asegura Juan Mari, asiduo al programa. Para disfrutar al máximo de «la libertad ganada en esta etapa de cambios impuestos», anima a los mayores de 55 a «descubrir talentos que no sabías que tenías» apuntándose en alguna de las muchas y variadas actividades ofertadas. Talleres de lectura, poesía, huertos domésticos o batukada, sesiones de taichí y otras disciplinas de ejercicio físico al aire libre, rutas de marcha nórdica, conferencias sobre salud, psicología o pensiones, visitas guiadas a lugares de interés histórico-artístico, videoforos, viernes de baile, concursos de relatos cortos... La lista es interminable.
Idoeta señala que el núcleo de Plus 55 es su «perspectiva comunitaria». «Frente a los modelos que ven a las personas mayores solo como receptoras de servicios, este programa las reconoce como agentes sociales, capaces de crear, liderar y transformar su entorno. Desde talleres y actividades hasta proyectos de voluntariado, redes de colaboración intergeneracional o acciones compartidas con asociaciones y servicios municipales, todo el trabajo se basa en fomentar relaciones significativas, la participación activa y el empoderamiento personal».
A través de esta metodología, añade la edil jeltzale, Plus 55 «contribuye a una Donostia más cohesionada, inclusiva y avanzada, donde la vejez no se percibe como un tiempo de pérdida, sino como una etapa de oportunidad, aprendizaje y aportación social. Es, en definitiva, un modelo innovador en la gestión del envejecimiento».
El servicio ha evolucionado en los últimos años hacia lo que se denomina «nueva longevidad», superando el concepto clásico de envejecimiento activo. «Apostamos por una ciudad que no solo se adapta a las personas mayores, sino que se enriquece de su participación», subraya.
Los datos recogidos en 2024 muestran que 22.241 personas se beneficiaron de este servicio participando en las 992 actividades organizadas, promovidas o impulsadas por Plus 55 en los distintos barrios de la ciudad. Estas cifras suponen un incremento del 25,6% respecto al año anterior en cuanto al número de participantes, lo que confirma un creciente interés de la ciudadanía por encontrar un espacio en el que desarrollarse personalmente y relacionarse con personas con inquietudes similares.
El perfil medio de las personas que participan en este servicio es el de mujer (79,2%) de 68 años, donostiarra (94,3%) del Centro, Amara o Egia que acude a las actividades sola (60,4%). Aunque se constata un porcentaje alto de participantes que son asiduos a las actividades de la casa de cultura de su barrio, un gran número de personas se mueve a otras zonas de la ciudad atraídas por la oferta de Plus 55. Y además de quienes acuden solos, hay un 32,1% que va con amigos y un 7,5%, en pareja.
Más allá de los datos cuantitativos de participación, el servicio realiza también una evaluación cualitativa en cuanto a las motivaciones o razones de las personas que se acercan al servicio en busca de información o asesoramiento. De esta evaluación se extrae que los participantes en Plus 55 comparten la necesidad de conexión social, encontrar un espacio, un tiempo y profesionales a quienes puedan expresar sus deseos y necesidades personales y de cómo ocupar el tiempo en esta etapa vital. Es el caso de Maribel, otra habitual del servicio que afirma que «te vuelves más desinhibida, se forman amistades y grupos y se transmite positividad. Yo me lo paso en grande. Salir de casa es estupendo y hay cantidad de cosas para hacer».
El Ayuntamiento destinará este año 274.040 euros a Plus 55. Además, desde Acción Social añaden alrededor de 10.000 euros anuales para la realización de actividades, a los que se suma una aportación de 25.000 euros de Donostia Kultura para el mismo fin. El servicio, ahora en licitación, se presta por un equipo profesional de entre cuatro y cinco personas.
La concejala de Acción Social, Mariaje Idoeta, explica que cuando una persona se acerca a una casa de cultura interesada por el servicio Plus 55, «la primera toma de contacto se basa en preguntarle por sus intereses y aficiones, y a partir de ahí se le orienta a la actividad más adecuada para que pueda desarrollarse y encontrar perfiles similares al suyo con los que conectar y crear vínculos». La delegada del PNV anima «a todos los mayores de 55 años que estén buscando la manera de conocer nueva gente o realizar nuevas actividades con personas con inquietudes similares a las suyas a que se acerquen a cualquiera de los centros culturales de la ciudad para informarse y encontrar nuevos caminos que les motiven e ilusionen en esta etapa de la vida».
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