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«Dar el primer premio del Niño ha sido el mejor regalo de Reyes»Las trombas de agua han sido sustituidas este mediodía por lluvia de champán en la calle Matia de Donostia, que ha vendido cinco décimos del ... primer premio del Niño, un total de un millón de euros. ¿El número agraciado? El 94.974. «Lo primero que hemos hecho al enterarnos ha sido gritar», cuentan entre risas Naiara Díez, dueña de la administración, y sus compañeros Juncal Arizcuren e Itxaso Narbarte. «Ha sido muy emocionante. Hemos sentido muchos nervios y alegría», dicen.
Cada una estaba en un sitio cuando se han enterado de que habían dado el gordo. A Juncal, por ejemplo, le ha avisado su marido tras verlo en Diariovasco.com. «Nos hemos puesto las tres en contacto y enseguida nos hemos dirigido a la calle Matia», aseguran con una copa de champán en la mano. Hoy es día de brindis y este ha sido «el mejor regalo» que los Reyes les podían haber traído.
Aunque no es la primera vez que dan un premio, sí se estrenan con un primero. «Hace mucha ilusión. Lo vamos a celebrar a puerta cerrada», bromean. Porque no todos los días se reparte un millón de euros.
La administración de lotería La Siete del barrio donostiarra de Gros ha repartido un décimo más de este primer premio de la Lotería del Niño, 200.000 euros. El teléfono de Oriol Villar no ha parado de sonar desde que se ha enterado que su administración de lotería, en la calle Secundino Esnaola, número 1 del barrio donostiarra de Gros, había vendido un décimo del primer premio.
«Me acaban de avisar desde la delegación de Loterías de que hemos repartido un décimo, yo no me había enterado. He visto el premio gordo y he dicho 'este número no lo tenemos', ni me sonaba y cuando he visto que estábamos en el listado ha sido una pasada. Lo primero que se me ha pasado por la cabeza ha sido: 'dios mío, a ver cuánto hemos dado', ha contado esta mañana este donostiarra a las puertas del local que regenta, nada más conocer la noticia y 'colgado' del teléfono.
«Tengo sospecha de que el décimo premiado lo vendimos ayer por la tarde, porque se nos terminaron los décimos y estuvimos vendiendo desde terminal, que son las máquinas donde se sacan las primitivas y demás», ha explicado sin perder la sonrisa ni por un momento. Y es que «después de tantas horas de trabajo y de vender tantos décimos, pues hace ilusión y cuando das un premio así lo agradeces. Vendemos ilusión y mira, de vez en cuando la tenemos que dar».
Lo que desconoce es la identidad del posible agraciado en este primer premio de la Lotería del Niño. «Nuestra clientela es habitual, pero en Navidad viene mucha gente a comprar lotería de todos lados», dice.
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