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AINGERU MUNGUÍA
SAN SEBASTIÁN.
Viernes, 13 de abril 2018, 07:26
El puente de Astiñene vuelve a cerrarse al tráfico. A partir del lunes, los vecinos de Egia, Loiola y Riberas deberán olvidarse de este paso sobre el Urumea. Las obras de refuerzo de sus pilas que se acometerán durante los próximos tres meses impedirán las circulaciones, hoy limitadas a peatones, bicicletas y motos. El Ayuntamiento y la contrata analizan la posibilidad de que, al menos, se pueda pasar los fines de semana, una incógnita que aún no se ha despejado. Se trata de los últimos trabajos antes de poder permitir el paso de todo tipo de vehículos, algo que se conseguirá a principios de julio.
El mal estado de este puente, que data del siglo XIX, se puso en evidencia el pasado mes de agosto cuando se detectaron unas inquietantes grietas en los arcos y un llamativo hundimiento en la calzada. Tras un exhaustivo análisis realizado por expertos de una empresa especializada se concluyó que su situación estaba «muy próxima al colapso». El hundimiento de una de las pilas del puente habría producido «giros» en los apoyos que comprometían seriamente la estabilidad de toda la estructura.
Empresas Freyssinet S.A. y Rodio S.L.
Presupuesto 603.263 euros.
Plazo de ejecución Tres meses.
Encargo Segunda fase de las obras de refuerzo del puente de Astiñene.
Objetivo Recalzar las seis pilas del puente mediante micropilotes. Se trata de unas cimentaciones profundas a base de cilindros de cemento armado que bajan a una profundidad de 30 ó 40 metros y se incrustan 8 metros en el sustrato rocoso.
Tráfico A partir del próximo lunes se cierra de nuevo el puente a todo tipo de tráficos.
Los autores del estudio instaron al Ayuntamiento al cierre del puente a todo tipo de tráficos (recomendaron, incluso, la prohibición de paso de embarcaciones bajo los arcos) y propusieron dos soluciones para garantizar la seguridad. La primera consistía en el «atirantamiento de las bóvedas», un trabajo que se efectuó a lo largo del mes de diciembre, y que posibilitó en enero la reapertura al paso de peatones, ciclistas y motoristas.
La segunda y definitiva solución consistía en «la ejecución de un recalce de las pilas mediante micropilotes», lo que garantizará la estabilidad del puente y la recuperación de todo tipo tráficos (también el del autobuses y camiones). Esta obra es la que se va a llevar a cabo en los próximos tres meses por parte de las empresas Freyssinet S.A. y Rodio S.L. con un coste para el Ayuntamiento de 603.263 euros.
Para reforzar los seis apoyos sobre el río se van a realizar «doce micropilotes en cada una de las pilas del puente». Esta solución consiste en reforzar la cimentación mediante unos cilindros de cemento reforzados con acero. Estas armaduras atraviesan los mampuestos y los sillares de las pilas «hasta alcanzar la roca y penetrar en ella 8 metros, con lo que se prevén longitudes de micropilotes de entre 30 y 40 metros», según explica el informe de la dirección de obra. El micropilote viene a ser una cimentación profunda para reforzar los esfuerzos de tracción y compresión de una debilitada estructura.
Para la materialización de los micropilotes las empresas constructoras tienen previsto utilizar en Astiñene una máquina de perforación de 25 toneladas de peso que ocupará buena parte de la sección del puente. El informe técnico explica que «esta sobrecarga ya se contemplaba en el estudio para el atirantamiento provisional de las bóvedas, por lo que es factible su utilización». La ejecución de las perforaciones, atravesando las pilas y el terreno de cimentación de las mismas, «produce vibraciones e impactos que suponen una agresión sobre estos elementos», que se «minimizará con el sistema de perforación previsto».
No obstante, continúa el informe, «teniendo en cuenta que la estructura del puente es una fábrica de piedra de calidad mediana, muy sensible a fenómenos como las vibraciones y los impactos, y que son patentes los descensos y giros que se han producido en las cimentaciones, consideramos que no se debe permitir el tráfico peatonal y ciclista a través del puente durante la ejecución de esta fase de obra», concluye el escrito.
Las empresas encargadas de los trabajos han ido preparando el terreno en los últimos días con la colocación de las casetas de obra y el traslado a la zona de la maquinaria. A partir del lunes, se cerrará el puente a todo tipo de tráficos. El primer teniente de alcalde, Ernesto Gasco (PSE), explicó que es una medida «difícil para los vecinos del entorno pero imprescindible» para que se acometan los trabajos de refuerzo del puente. «El compromiso es que la obra finalicé a finales de junio y en julio el puente recuperará las circulaciones de todo tipo de vehículos, lo que normalizará la vida de Egia, Loiola y Riberas hasta la construcción del nuevo puente».
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