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«Quiero poner a bailar en algún salón donostiarra a londinenses y autóctonos»Edurne Goldaracena ·
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«Quiero poner a bailar en algún salón donostiarra a londinenses y autóctonos»Edurne Goldaracena ·
Londres y Donostia bailarán bolero, jive samba, pasodoble y... cha cha cháMargarita Aldanondo, del caserío Irurain de Urnieta, soñaba con ser bailarina pero en 1936, con 14 años tuvo que ayudar a la familia en el ... bar restaurante El Caserío de la Parte Vieja. Su hija Edurne, hermana de Garbiñe y Enrique, madre de Gorka y Santiago, realizó, casi por poderes, el sueño de su madre. Vivían en la calle Euskal Herria y con pocos años empezó a ir a clases en la academia Fagoaga. Más mayor, en 1993 partió para Londres. A aprender bailes de salón. De cómo es ahora la lideresa de Vera the Diva, de cómo prepara sus exigentes exámenes de samba y de qué significa y en qué se concreta su proyecto/realidad 'A dance of two cities' hablamos desde un soleado Londres y un ventoso Donostia.
– ¿De verdad que no lo sabías?
– ¿El qué?
– Que tu madre soñaba de niña con ser bailarina.
– Te lo juro. Ella cuando yo iba y venía de Londres, cuando estudiaba con el icónico Sydney Francis, cuando me veía empollar como una loca el libro 'Technique of Latin Dancing' escrito por Walter Laird y considerado mundialmente la Biblia de los fundamentos técnicos de los bailes latinos, cuando le hablaba de Vera Randall, la divinísima bailarina, maestra y mentora mía de la que, como pasa con todas las divas nadie sabe la edad pero todos sospechamos que los 80 ya los cumplió, mi madre miraba a mi hermana y le decía, 'ya sabes, Edurne es como es y tiene la cabeza llena de eso, de baile'. Descubriría yo más tarde, un poco antes de que el alzheimer se nos la llevase, que de muy joven, cuando salía reventada del bar, se echaba en la cama y se imaginaba a sí misma haciendo ballet.
– ¿Lo ves? Los sueños también pueden ser hereditarios. Tú te fuiste a Londres en 1993. Con dinero, más, menos, para un mes. Llevas 32 años. Tienes tu academia en Clapham, un barrio bien dinámico al sur de Londonium, has dado clases en la City y posees 4 de los cinco títulos que celebran tu maestría en los bailes latinos...
– Pasé las penurias típicas de los expatriados, tuve amor y desamor, me aceptaron en el magnífico 'Hendon Dancentre' y sí, tengo academia propia y solo me falta superar las pruebas de samba para estar coronada y entronizada. Según la ISTD (Imperial Society of Teachers of Dancing) cinco son los grandes bailes latinos: bolero, jive, pasodoble, samba y, naturalmente, cha cha chá.
– Danos la esencia de cada uno de ellos. Como la bailarina que eres. Como la profesora , mentora, doctoranda y diva que eres.
– Mi favorito (y el de casi todos) es el bolero, esencia misma del romance y del romanticismo. Los pies nunca dejan de tocar el suelo y con los brazos creas figuras que envuelven a tu pareja. El jive sería, dicen las enciclopedias, una variación viva y desinhibida del 'jitterbug', tiene algo (bastante) que ver con el rock más primitivo y con el swing. Rápido, chispeante, vibrante. El pasodoble es apasionado, profundo, desafiante y quizás sea el baile que exige, demanda más teatralidad.
– ¿'Teatralidad'?
– Sí por cierto. Una teatralidad importantísima incluso cuando te examinas ante un tribunal de mentores para conseguir los títulos. Ellos y ellas no solo quieren que bailes técnicamente perfecto. Buscan que 'representes' ese baile, que 'lo actúes', que con cada paso, figura y movimiento estés construyendo un relato. Por otro lado, la samba y el pasodoble son 'travelling dances'.
– '¿Travelling'? ¿En el sentido de 'moviente', 'andante'?
– Más o menos. Has de empezar tu actuación en una parte de la pista y acabarla en otra, moviéndote a la contra de las agujas del reloj. La samba tiene un ritmo muy fuerte, cargado de contrastes, contrastes que le dan una cadencia muy especial. En cuanto al cha cha chá, es la pura explosión de fiesta y alegría.
– ¿Y ese proyecto tuyo de 'A dance of two cities'? En su título recuerda y mucho al 'Historia de dos ciudades' de Dickens.
– Quiero que se haga realidad el último fin de semana de mayo. Ya pasó en 2017. Di unos talleres de baile en Zuhaizti pero ahora sueño con algo parecido a un Erasmus danzón. La mayoría de mis alumnos de Londres han oído hablar de Donostia y saben que más tarde o más temprano tendrán que visitarla. Yo quiero llevarles. Quiero que bailemos en Donostia. Quiero también que algunos donostiarras bailen boleros y rumbas a unos pasos de Sunny Hill Road, donde está mi pub favorito de Clapham...
– ¿Cuál?
– El Liam´s Arms. Cuando puedo (doy clases de baile desde la mañana temprano a la noche) me tomo ahí un buen gin tonic. De Gordon´s, seca y londinense.
– Y a los londinenses (de muy distintos orígenes) que te traigas aquí, ¿a dónde les llevarás?
– Al Haizea, Aldamar con Echagüe. Es mi bar. De siempre y para siempre. Desde bien temprano en la mañana. A las ocho ya van sacando las primeras tortillas.
– ¿Te estás preparando bien para el examen de samba?
– Mucha teoría y mucho baile. Con George en el salón 'Inspration to dance'.
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