gaizka lasa
Viernes, 18 de mayo 2018, 14:04
La Diputación Foral de Gipuzkoa ha adelantado a este viernes el comienzo de las obras de rehabilitación superficial del firme de la variante de Donostia, la GI-20, entre los puntos kilométricos 5,315 y 7,125 en el sentido Irun- Bilbao. Las actuaciones que han arrancado este viernes a las 21.00 horas afectan al funcionamiento del enlace de la GI-20 con Loiola. De hecho, el ramal de salida hacia Loiola, que sirve para adentrarse en Riberas, permanecerá cortado todo el fin de semana..
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Las obras se prolongarán hasta las 21.00 horas del domingo y durante este período de tiempo, para acceder al centro de San Sebastián o a Loiola se proponen dos itinerarios alternativos.
La primera consistiría en coger la salida de la GI-20 en el enlace de Intxaurrondo hasta la rotonda de Garbera, circular por la ronda Intxaurrondo-Martutene-Hospitales hasta la glorieta de Martutene para acceder a Loiola y continuar a través de la GI-41 por el acceso sur a Donostia desde el Urumea.
La segunda alternativa sería circular por la GI-20 en sentido Bilbao hasta el enlace de Añorga y Ondarreta, en el que deberá realizarse un cambio de sentido para entrar en la ciudad por Ondarreta o por el enlace de Amara -el vial- para acceder desde allí a Loiola.
El plan de trabajos, siempre que las condiciones climatológicas permitan su adecuado desarrollo, contempla la realización de desvíos provisionales al tráfico de la GI-20 en la calzada afectada, la del sentido Irun-Bilbao. El departamento foral de Infraestructuras Viarias asegura que en el tramo afectado por la rehabilitación, un carril permanecerá en todo momento abierto a la circulación.
Estas obras se incluyen dentro de un plan foral que pretende atender las carreteras de manera «sistemática y planificada», además de «preventiva», tal y como sostienen desde la dirección de Carreteras. El objetivo de la Diputación pasa por poder orientar a este programa de reparación un total de 27 o 28 millones de euros a lo largo de los cuatro años de la legislatura.
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La sistemática del programa ha consistido en firmar contratos de servicios de una duración de dos años -prorrogables a otros dos- con empresas adjudicatarias a las que al principio de la relación contractual se entrega una planificación de actuaciones sobre el firme de determinadas carreteras en las que se han detectado carencias. De esta manera, se pretende «atar la garantía de la financiación de los trabajos programados mientras se flexibiliza y agiliza la gestión sin la necesidad de confeccionar un nuevo contrato por cada proyecto diseñado para cada tramo», explican fuentes del departamento de Infraestructuras Viarias. Esta manera de asegurar una reserva presupuestaria denota, tal y como subrayan las mismas fuentes, «el caracter prioritario» que la Diputación ha otorgado al mantenimiento de las carreteras.
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