El gobierno municipal tiene previsto aprobar la semana que viene el proyecto de reurbanización del edificio Pescadería, primera obra abandonada por la empresa gestora de la Bretxa que el Ayuntamiento asume en primera persona en el proceso de materializar la caducidad de la concesión. ... El proyecto consiste en adecuar los viales y aceras de las calles Iñigo, Aldamar y parte de la plaza de la Bretxa para acabar con la provisionalidad en la que está sumida esta zona desde hace más de un año.
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Es la primera obra de la Bretxa que acomete el Ayuntamiento después de iniciar el proceso de recuperación de la concesión. La administración municipal, cansada de la parálisis de estos trabajos, ha iniciado hace unas semanas un procedimiento para dar por concluido el contrato que le vinculaba a Baika Mercados S.L. hasta el año 2049. Problemas internos de esta sociedad han dejado la obra del nuevo mercado empantanada. La falta de respuesta a los requerimientos del gobierno municipal llevó al ejecutivo PNV-PSE, con el apoyo de EH Bildu, a iniciar los trámites para declarar la caducidad del contrato para explotar el centro comercial.
Este procedimiento jurídico-administrativo aún no ha finalizado y por ello el gobierno municipal aún no puede dar pasos en relación a los trabajos a realizar dentro del edificio Pescadería –aún bajo titularidad de Baika–, pero sí puede encargarse de las obras que debía hacer la concesionaria en el espacio público. Así, en un dictamen que tiene previsto aprobarse el próximo martes en la Junta de Gobierno Local se da el visto bueno a un proyecto en la modalidad de ejecución forzosa y a costa de Baika Mercados S.L.
Los trabajos tienen un presupuesto de 657.408 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de 12 semanas, según explicó el concejal de Proyectos y Obras, Juantxo Marrero (PSE). Una vez aprobado el proyecto pasarán unas semanas hasta la aprobación del pliego de condiciones de las obras. La licitación se desarrollará durante el verano y el objetivo es adjudicar las obras en septiembre para iniciarlas en octubre.
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La memoria del proyecto de urbanización explica que se trata de renovar el pavimento en las zonas de la calle Iñigo destinadas a vehículos «para elevar su cota de rasante hasta la cota de la acera y darle al conjunto un carácter principalmente peatonal».
En la calle Aldamar se mejorarán las condiciones respecto a la circulación de vehículos y la de peatones, gracias fundamentalmente a la supresión del aparcamiento en las tres últimas manzanas. Y en la plaza de la Bretxa se actuará solamente en la zona sur, la más pegada al edificio Arkoak, donde se ubicarán definitivamente las caseras, y donde se renovará el pavimento y la iluminación.
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En la calle Iñigo –trasera del edificio Pescadería– se actuará «siguiendo los mismos criterios de intervención que en la urbanización del edificio de Orixe: se elevará la cota del vial central para dejar todo el espacio al mismo nivel sin interferencias de cota ni resaltos». Se mantendrá el aparcamiento de motos en la zona norte de la calle y se dejará un espacio para el aparcamiento de bicicletas. La calzada se reducirá en anchura hasta los 4,9 metros y se repavimentará con una capa de «5 centímetros de aglomerado pulido». El estrechamiento de la calzada permitirá construir una acera con baldosa hidráulica de 3,75 metros de anchura para un adecuado acceso a las nuevas viviendas.
La calle Aldamar es la que va a registrar mayores cambios a lo largo de 180 metros de longitud, entre el cruce de la calle Iñigo y el Boulevard. Los nuevos usos del edificio Pescadería –centro de salud, futuro mercado y cancha polideportiva– han recomendado una mejora sustancial del carácter peatonal de esta calle. Las aceras pasarán de una anchura de 2,9 metros a tener 4,3 metros. No solo se van a eliminar las filas de aparcamiento, sino también los alcorques –7 árboles– de la zona sur.
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Habrá un solo carril de circulación que pasará de los 4,7 metros de anchura a tener 3,8 metros y toda la calzada será reasfaltada. En la parte derecha, junto al edificio Pescadería, se trazará una hilera de 2,35 metros para carga y descarga y un espacio reservado para las ambulancias que lleguen al centro de salud. «Se mantendrán los pasos de peatones actualmente existentes, «excepto el que se sitúa frente al edificio Pescadería que se ha desplazado un poco hacia el sur para cambiar de acera de llegada».
En la plaza de la Bretxa el proyecto solo interviene en una banda en la zona sur, el ámbito donde se ubicarán definitivamente las caseras cuando se coloque la nueva pérgola acristalada. Esta franja se repavimenta y se coloca un nuevo alumbrado en vistas a la configuración que tendrá la plaza una vez que desaparezca el 'tuper', el actual acceso al sótano de la Bretxa. Habrá seis columnas de alumbrado, dos situadas en paralelo a Aldamar y el resto formando una cuadrícula en el centro de la plaza.
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