Rosas, ausencias, una piedra, un puente y Gasco para la despedida de Garmendia

La edil saliente, quien protagonizó una dura intervención en el primer Pleno contra EH Bildu, se quedó con la mitad de las rosas en la mano porque los 8 concejales de la coalición demoraron su entrada y cuando se sentaron en sus butacas lo hicieron solo para explicar que se marchaban porque «no es de recibo la elección de esta fecha para el Pleno cuando los trabajadores del sector público han convocado una huelga», indicó Juan Karlos Izagirre.

Victor Lasa (Elkarrekin) agradeció «el trabajo de todos estos años» a Marisol. El portavoz popular, Borja Corominas, reconoció ante la portavoz socialista saliente haber tenido «nuestros más y nuestros menos». «Aunque a veces te equivoques, me siento orgulloso de haber compartido asiento contigo en este Pleno».

La nueva portavoz del PSE, Ane Oyarbide, le dedicó unas bonitas palabras a la concejala saliente, quien lo primero que le dijo al conocerle fue que «soy un poco piedra». «He tenido una muy buena maestra y mentora, gracias por tus palabras de aliento y por tu buen hacer». Destacó haber sido una mujer que ha roto moldes. «A partir de mañana serás la primera mujer delegada del Gobierno en Euskadi y también fuistes la primer mujer candidata del PSE a la Alcaldía. ¡Joder, Marisol, tú siempre rompiendo todos los techos de cristal!», remató.

El alcalde, Eneko Goia, destacó sus «casi nueve años de trabajo juntos», tanto en la oposición como formando parte del gobierno municipal. «Hemos compartido mucho, discutido bastante, pero más que nada hemos llegado a acuerdos» que han servido para que «la ciudad avance». Apuntó «la absoluta entrega a Donostia» de Garmendia. «Crees y quieres a esta ciudad y te agradezco el trabajo que has hecho estos años para sacar la ciudad adelante». Le deseó «lo mejor» en su nueva andadura y se mostró convencido de que la ciudad «tiene la gran suerte» de tener a una «aliada» en la Delegación del Gobierno en Euskadi.

Garmendia empezó su discurso de despedida emocionada -«soy piedra pero tengo mi corazoncito», indicó-. Agradeció a su partido la confianza depositada, a su grupo municipal el trabajo realizado durante años, y a Ernesto Gasco por su apoyo. El actual presidente del Hipódromo de la Zarzuela apareció por sorpresa en el Pleno unos minutos después (Garmendia le esperaba, pero al no verle al comienzo de la sesión no creía que acudiría) y acompañó a la concejala saliente en su último día en la corporación, junto a dirigentes socialistas como Susana Corcuera, Mikel Durán o José Ignacio Asensio, quienes siguieron la sesión desde los asientos reservados para el público.

Marisol Garmendia no se quiso olvidar de los funcionarios municipales y lamentó no haber podido entregar las rosas a los concejales de EH Bildu ausentes. «Esta ciudad tiene mucho futuro, un futuro verde, sostenible y de convivencia entre diferentes. No levantemos más muros, sino puentes...», remachó, «aunque el último (en referencia al de Astiñene) nos costó mucho construirlo».