El director de la oficina de Estrategia del Ayuntamiento, Kepa Korta (Ordizia, 1958), analiza la situación de la ciudad ante la pandemia, debatida el miércoles ... en el Consejo Social. En su opinión, de esta crisis habría que concluir la necesidad de emprender una salida «decidida» con políticas inversoras que incidan en las apuestas estratégicas en marcha.
-¿Qué conclusión saca de la reunión del Consejo Social sobre la situación generada por el Covid?
-En general, se desprende una reducción importante de las previsiones económicas, pero hay un mensaje positivo: Tenemos que hacer que esto se mueva sin una sensación de frustración. Hubo intervenciones críticas de sectores concretos, como el mundo del deporte, clubes pequeños que se han visto desangelados, pero el mensaje, en general, es positivo.
-¿Hay más preocupación por la economía que por la situación socio-sanitaria?
-Sí, lo que pasa es que es difícil saber dónde acaba uno y dónde el otro. Hay que trabajar conjuntamente integrando las dos visiones en el proceso de salida. La preocupación económica es evidente. Hay previsiones de reducción del 40% de los ingresos en algunos sectores.
-¿Cómo de preparada está la ciudad para afrontar la salida de la pandemia?
-Desde los sistemas de salud hay una visión positiva. Los datos indican que a pesar de las dificultades, la cooperación entre los diferentes agentes ha sido sustancial. Los sectores públicos y privados han trabajado en red y desde el punto de vista sanitario no ha habido saturación en ningún momento.
«Tenemos que hacer que esto se mueva sin sentir frustración. En 2008 se dejó de salir y de comprar y eso agravó la situación»
«La pandemia, más que a virar, nos va a obligar a acelerar las apuestas estratégicas en las que ya trabaja la ciudad»
«Hay que aprovechar la crisis para ir a un modelo de turismo sostenible que restablezca los puentes con la población local»
-¿Estamos mejor preparados si nos pasa algo parecido a futuro?
-El reto ahora es ése: recuperar el nivel asistencial anterior, pero con las alarmas activadas por si hay un rebrote en otoño.
-¿Alguna reflexión sobre lo que ha ocurrido con los mayores, teniendo en cuenta que San Sebastián es una ciudad muy envejecida?
-Curiosamente, Cruz Roja y Donostia Lagunkoia han puesto en marcha actuaciones de acercamiento emocional que han supuesto un activo en el sector quizás más vulnerable en esta crisis. Pero está claro que el modelo de las residencias debe revisarse hacia un mayor protagonismo del sistema sanitario.
- ¿Lo ocurrido hará virar o reafirmar el rumbo estratégico de la ciudad?
-Este Consejo Social era para escuchar y analizar lo que hacer a corto plazo. Y luego veremos si validamos o no la estrategia de futuro. En general, no habrá grandes modificaciones porque el modelo que se plantea en la salida de la pandemia lo tenemos recogido ya: la ciudad apuesta desde hace años por una movilidad sostenible, por ejemplo. La pandemia más que virar nos va a obligar a acelerar esas apuestas.
-¿La vocación turística de la ciudad debe repensarse?
-Lo que ha sucedido nos ha puesto en situación de fragilidad. Tenemos que tomar una actitud de resiliencia. En el Urumea, por ejemplo, se actuó así, no solo se levantaron muros más altos sino que se transformó el urbanismo para darle la vuelta a la situación. En el turismo hay que plantearse algo parecido: aprovechar la crisis para ir hacia un modelo sostenible que propicie un mayor acercamiento de la población local hacia un sector muy importante en la economía de la ciudad. Hay que volver a conseguir esa conexión entre población y turismo. Esta es una buena oportunidad.
-¿La pandemia nos debe abrir a nuevos sectores?
-Teníamos ya una estrategia que trabaja en sectores que son aquellos en los que tenemos que invertir para salir de esta crisis: salud, biociencias, energías renovables, centros tecnológicos, digitalización... Desde el punto de vista de la ciudad se han trabajado estrategias que conectan con las necesidades que ahora se plantean.
-¿Nos sirve alguna lección aprendida de la crisis de 2008?
-Nos podemos quedar encogidos o buscar una salida y tirar decididamente hacia adelante. Una de las lecciones aprendidas, incluso por organismos como el FMI, es asumir que nos equivocamos en 2008 con la austeridad. Otra cosa es que ahora pongamos los huevos en el cesto adecuado. Pero hay que adoptar medidas anticrisis que supongan no quedarnos encogidos sino salir con fuerza, con ganas. Ese es el mensaje más importante. En 2008 nos quedamos encogidos, la gente dejó de comprar, de salir, y eso hizo más complicada la situación con un parón del consumo que agravó aún más la situación. Ahora hay que invertir. Es verdad que los ayuntamientos necesitan tener la capacidad financiera porque se les va a reducir los ingresos. Pero es importante que esa salida sea decidida.
«Debilidad» de clubes deportivos, comercio y mundo de la cultura
El Consejo Social, el 'senado' de la ciudad, debatió el miércoles en el Kursaal sobre la situación de los diferentes sectores ante la pandemia. Kepa Korta explica que en el debate afloró la «situación de debilidad de algunos sectores», especialmente golpeados por la pandemia. Es el caso de clubes deportivos, comercio, hostelería, turismo en general, y mundo de la cultura. «En gran parte formados por microempresas donde la pandemia tiene un efecto demoledor». Korta cree necesario apoyar decididamente a estos sectores, algunos de los cuales son el alma de la ciudad, para salir de esta crisis.
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