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AINARA URANGA
Sábado, 20 de agosto 2022
Marmitako para despedir la Semana Grande con un buen sabor de boca. Tras un año sin certamen y otro con restricciones, en esta edición «se ha recuperado la esencia del concurso y con ella muchas sensaciones», aseguraba Joseba Sáenz, de Donostia Festak. Después de otros cuatro concursos gastronómicos, el aroma de la décimo quinta edición del clásico manjar marinero volvió a cautivar los estómagos de los que pasaban este sábado a mediodía por la plaza de Gipuzkoa.
Diecisiete parejas compitieron en el concurso más veterano de la Semana Grande, organizado por Donostiako Festak en colaboración con la Sociedad Gaztelubide y Supermercados BM. La mayoría de los participantes ya se habían enfrentado en algunos de los otros certámenes a lo largo de la semana, pero sin duda esta ha sido la competición que más «ilusión» ha suscitado. Los competidores tuvieron que preparar su versión del marmitako únicamente usando los siguientes ingredientes: bonito, patatas, aceite, agua, pimiento choricero, tomate, cebolla, ajo, sal y vino blanco. El fumé lo traía cada cual de casa.
Las pareja con el nombre de 'Armurgi' estaba integrada por las donostiarras Eli Artola y Eli Murgiondo quienes se llevaron el primer premio del Concurso de Marmitako. Ambas recibieron sorprendidas las txapelas y el bono de 450 euros de manos de Eneko Goia, alcalde de San Sebastián, y de Miguel Ángel Zamorano, representante de BM. Aseguraron que su receta no tenía ningún secreto y que su victoria había sido «pura suerte». Las donostiarras no esperaban ganar. De hecho, tuvieron dudas respecto a la cocción de las patatas: «No sabíamos si hacerlas más o dejarlas como estaban. Al final les hemos echado más salsa y hemos cruzado los dedos». El remedio parece que funcionó y se fueron con la txapela puesta a casa. «El año que viene volveremos para pasarlo bien y también a probar suerte».
En segundo lugar quedaron los donostiarras Tomás Núñez y José Manuel Irigoyen, de la sociedad Ilunpe, veteranos en el concurso y una de las parejas favoritas, que consiguieron un premio de 300 euros y una placa. Era la tercera vez que subían al podio culinario de esta Semana Grande –el lunes quedaron segundos en el concurso de paella y primeros el viernes en el de cordero y menestra– y también han sido ganadores de dos ediciones de este certamen. Su secreto es «hacerlo como si fuésemos a comerlo nosotros». Desde el lado técnico revelaron que «más vale que el bonito este un poco crudo que demasiado hecho». Minutos antes, el jefe de Gaztelubide, Joseba Garmendia, corroboraba que «la clave de un buen marmitako es echar los trozos de pescado en el último momento para que no se haga ni de más ni de menos».
Por último, el tercer lugar fue para las hermanas donostiarras Maite y Nieves Labaka. Al igual que las integrantes de 'Armurgi' estaban muy sorprendidas de haber logrado el tercer puesto, los 200 euros y la placa del premio. Tuvieron algo de miedo durante la preparación de su guiso de bonito porque «el viento está haciendo bailar al fuego y nos preocupa que no se cueza todo al mismo tiempo». Varios de los participantes colocaron unas placas de aluminio para evitar que este inconveniente afectase a su preparación.
Los cocineros trabajaron mirando hacia la plaza, por lo que no eran pocos los curiosos que, además de mirar, opinaban, aconsejaban, e intentaban aprender los trucos de algunos de los cocineros más experimentados. Más de uno trató de saborear las obras de los concursantes antes de tiempo, y alguno logró su ansiado bocadito.
También revoloteaban niños y familiares de los concursantes, «los verdaderos críticos del marmitako», aseguraban los veteranos donostiarras Xabier Mendizabal y Manu Aranalde, de la Asociación Zubi Musu.
La plaza estaba impregnada del característico ambiente festivo de Semana Grande. Algunos de los concursantes se daban un pequeño respiro y se unían al público para bailar al son de la trikitixa y el pandero. Al otro lado de la calle, el puesto de talo estaba a rebosar de gente y tampoco faltaban los que acompañaban la ocasión con un poquito de sidra. Según la jueza Rosana Rodríguez, integrante de la Asociación Gastronomía Euskal Anaiarte, sidra y txakoli «son la mejor manera de acompañar un marmitako».
Minutos antes de anunciar cuáles de los cocineros subirían al podio se realizó un pequeño homenaje a «una de las almas del concurso y ganador en el 2013, Iñasio Mitxelena».
En la entrega de premios los espectadores compartieron la tensión de los participantes y celebraron entre aplausos y gritos a los ganadores. Turistas y donostiarras formaron largas colas para poder degustar los marmitakos y acabar así la Semana Grande con un buen sabor de boca.
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Ángel López | San Sebastián e Izania Ollo | San Sebastián
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
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