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Iñigo Goñi Davó
Lunes, 19 de agosto 2024, 23:54
Tras el ajetreo y el éxito de la Aste Nagusia, ayer la ciudad volvía a su normalidad veraniega. Las comparsas solo se retumbaban ya en ... el recuerdo, y en el Muelle los operarios desmontaban las carpas sin el bullicio de los miles de jóvenes que días antes prepararon allí sus balsas o bailaron por las noches en los conciertos. Después del balance oficial del alcalde Eneko Goia, pulsamos la opinión de los donostiarras y visitantes sobre cómo lo más destacado de las fiestas para ellos.
Entre los paseantes que disfrutaban de la Parte Vieja había jóvenes que no se habían perdido casi ningún acto festivo de la Semana Grande y, por otro lado, quienes no necesitaban estar al pie del cañón para disfrutar la Aste Nagusia. Ana Victoria, vecina de la calle 31 de Agosto «de toda la vida», sonreía al recordar las fiestas, aunque advertía de que «a estas edades yo no alterno mucho la calle. Los fuegos artificiales los veo desde mi casa porque para estar todo el rato de pie, para eso no bajo a la calle». El trajín y el ambiente que la semana pasada había en su calle no le causaron molestias porque «yo he nacido en esta calle, y ya me he acostumbrado». Para Victoria, la menor afluencia de gente durante las fiestas «no se ha notado, yo no he visto menos gente, la verdad», pero lo que para ella sí ha supuesto un cambio relevante respecto a otros años ha sido la seguridad: «Este año dijo el alcalde que iban a reforzar la seguridad, y ha sido verdad. Esta Semana Grande he agradecido la falta de disturbios y la sensación de seguridad».
Jon Azpitarte
Antiguo
La sensación de mayor seguridad también es un hecho que destaca José Miguel Aldalo, vecino de la Parte Vieja. En su valoración resalta especialmente este aspecto: «Aunque sí que se ha oído de robos de carteras y tal, lo más importante ha sido la ausencia de agresiones sexuales gracias a la policía. Igual ha habido más seguridad que otras veces, porque la gente estaba asustada, que si robos, que si tal... Pero este año he visto más Guardia Municipal y Ertzaintza que nunca», asegura. Aldalo, contento con el balance festivo, confiaba en que todo siguiera por esta línea. «Yo creo que ha sido una Semana Grande muy buena. No he oído quejas de nada, ni siquiera de limpieza o ruido, a ver si con esto nos emocionamos un poquito y vamos a mejor».
Los jóvenes resaltaban otro aspecto esencial en la Aste Nagusia: el ambiente. Jon Azpitarte, que es de Bilbao pero está pasando el verano en el Antiguo, hacía repaso de sus fiestas: «Salimos un par de días, en el Muelle y en la Parte Vieja. La verdad es que fue una gozada ir todas las noches a ver los fuegos con un helado. También aprovechamos para compras, ver el ambiente y todo. Me dio pena no ir a los conciertos de Sagüés. El tema es que pillaban muy a desamano, pero, aunque es verdad que otros años veías más gente, en la Parte Vieja había bastante ambiente». Azpiarte asegura que le llamaron la atención las labores de limpieza: «Aunque sí que he visto bastante basura por la calle, era un espectáculo ver cada mañana a los limpiadores haciendo lo suyo».
Ana Victoria
Parte Vieja
Tallulah McCowanhill, natural de Edimburgo pero de madre donostiarra, elegía su espectáculo favorito de la Aste Naguisa: «Lo que más me ha gustado de este año han sido los Dantz Point en el Palacio de Miramar. Salí también por el muelle, donde ha habido ambientazo toda la semana, pero como no sé euskera, no me enteraba de las cosas». Aunque reconoce con una sonrisa que no saber euskera es culpa suya, McCowanhill hizo una proposición: «Muchos de los anuncios para prevenir las agresiones estaban en euskera, tal vez sea importante dar esa información en euskera, castellano e inglés para que todo el mundo se entere».
Su madre, María Aritzaga, elegía, al igual que su hija, su evento predilecto: «Aunque vivimos fuera, venimos todos los años y con lo que más disfruto en Semana Grande es con el toro de fuego después de la pirotecnia». Aritzaga también valoró la seguridad: «Aunque había muchísima gente, en ningún momento nos sentimos inseguras ni nada por el estilo».
Tallulah McCowanhill
Edimburgo
Desde el tobogán acuático pasando por los hinchables o el Abordaje, los más txikis también hacen su valoración. Alfonso Martín, padre de dos hijas y vecino de Gros, enumeraba lo que han hecho en familia: «hemos ido a las ferias del Paseo Nuevo, a las barracas de la plaza de Gipuzkoa, a los concursos gastronómicos... Tenemos pena de habernos perdido los gigantes y cabezudos, pero a este le daban miedo», decía señalando a su hijo pequeño.
«Tampoco fuimos al tobogán que montaron en el Kursaal porque nos enteramos tarde», explicaba. «Aunque es verdad que este año se ha visto menos gente», opinaba el vecino de Gros. «Hay cada vez más turismo, está peor la cosa». Sus hijos Nicolás y Alba indicaban cuáles habían sus atracciones favoritas: «A mí lo que más me ha gustado ha sido el canguro», decía Nicolás. Mientras que Alba, un poco más vergonzosa, añadía, «sí, el canguro es la mejor de las ferias».
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