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«Siempre me gustó jugar con los Lego así que, sí o sí, soy y seré albañil»De Lasarte. Vecina desde hace mucho de Riberas de Loiola. Le gusta el barrio. Estudió la ESO en Peñaflorida, pero cuando empezó bachillerato en Usandizaga como que no se sintió muy motivada. La orientaron bien sus profesores y tutores. Hacia una FP. Acudió a una jornada de puertas abiertas en EAGI, la escuela de construcción de Lasarte-Oria. Vio que eso era lo suyo. Obtenido ya el título de técnico en obras de interior, decoración y rehabilitación, cursa un segundo ciclo de albañilería y construcción. Podría aspirar a un grado superior de Organización de Obras, pero puede que prefiera montar su propia empresa de reformas. Tiene 19 años.
– Así que buena con los Lego. ¿Qué solías hacer?
– De pequeña, de todo. De mayor, estoy muy orgullosa de haber construido el 'Halcón Milenario', la nave de Han Solo y Chewbacca. Sacaron una edición limitada con motivo del 50 aniversario de 'Star Wars'. Tenía unas 7.500 piezas...
– Se suele hablar de los jubilados que se apalancan en las obras que se están haciendo y miran y comentan y vuelven a mirar y a comentar. No es tan habitual que quien se quede observando sea una chica de 19 años. Sin embargo, ahí estás tú, en la rotonda de Riberas.
– Me gusta muchísimo ver cómo la hacen. Me imagino que los conductores se fijarán más en si está (bien) peraltada o contraperaltada y esas cosas, pero a mí me interesa más descubrir cómo pueden hacer ese círculo tan perfecto. Porque además no es muy grande así que la dificultad tiene que ser, a la fuerza, mayor. Te lo juro, me encanta. ¿Tú sabes lo bonito que es aprender a trabajar con suelos flotantes y techos suspendidos? Aunque sea en taller y en casetas no mucho más grandes que las que hacen para los perros. Además, cada trabajo práctico que realizamos tiene un nombre así como muy de aventura.
– Cuenta.
– Cuando levantamos un muro hablamos de China, por lo de la Gran Muralla. Cuando hemos de revestir el interior para protegerlo del frío estamos trabajando en el 'Polo Norte', por lo de los iglús. Cuando ya entramos en el módulo de ventilación de cubiertas, pues decimos 'Buenos Aires'.
– Muy lógico todo. Y esos trabajos los realizáis toda la clase.
– Estamos divididos o agrupados en cuadrillas. Nosotros somos cuatro. Aparte de mí, Markel, Odín e Igor. Metemos muchas horas en el taller, aunque también hay clases teóricas. Y de orientación profesional. También aprendemos la historia de la albañilería.
– Será fascinante estudiar eso. ¿Cómo es ese relato histórico?
– Pues, por ejemplo, ahora sé que el cemento no lleva demasiado tiempo siendo utilizado como material de construcción. No fue hasta 1824 que Joseph Aspdin y James Parker patentaron el llamado cemento Portland. Lo habían obtenido a partir de piedra de caliza arcillosa y carbón, calcinados a alta temperatura. Fíjate, en 2024 se cumplieron solo 200 años. Hasta entonces, el ser humano había hecho sus casas con piedras, barro, paja, madera. En cuanto a la bioconstrucción, prácticamente acaba de aparecer. Hay que investigar mucho sobre materiales biodegradables y construcciones sostenibles.
– ¿Tu opinión?
– Que todos, albañiles, constructores y clientes tendremos que cambiar de mentalidad. Hoy el mercado te pide que instales metros y más metros. Y rápido. Una construcción ecológica exige más tiempo, más dedicación. Piénsalo: la pintura seca en dos horas. La tierra tarda muchísimo más.
– Podrías hacer un grado superior de organización de obras pero acaso no lo hagas.
– Es que me parece que hay demasiado ordenador y, por contra, te manchas poco las manos. Es verdad, he aprendido a hacer y usar la masa más limpiamente, pero a mí lo que me gusta es utilizar el mortero tradicional, el de cal, el de barro y arcilla, el de cemento y cola. A mí encantó cuando fui capaz de poner los ladrillos derechos. Jugar con las cantidades de las masas: 7 de arena, 1 de cemento; 5 de arena, 1 de cal... Soy feliz con la llana, la espátula, la paleta y el nivel de burbuja en las manos. Pero no creas, acaso me meto en un curso de carpintería. Tampoco me parecería mal hacer electricidad...
– ¿Pensando en convertirte en empresaria?
– Es otra de las ideas que tengo. Me gustaría saber de muchos gremios para entender qué necesitan los que van a una casa y entran después de que los albañiles hayamos acabado nuestro trabajo. Ya sabes que muchas veces cada uno echa la culpa al anterior y dice que así él, ella, no puede trabajar bien.
– Ya simulaste una empresa y tuviste que presentarla en Eibar.
– Otra asignatura, crear una empresa. Lo hice con mi compañera Nicole. Se le ocurrió una idea genial. ¿Te has fijado en que en un obra siempre hay un operario al que se ve el culo porque el pantalón no está bien ajustado y se le va cayendo? Pues ideamos uno que tuviera o goma o malla y no se bajara. Triunfamos.
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