Sirimiri: Papeleras llenas después de la Behobia

Pregunta Fernando: «¿Para cuándo va ha poner el Ayuntamiento los reductores de velocidad en los pasos de peatones del campo de Berio y en la bajada del edificio que ocupó DV? Tanto en subida como en bajada las velocidades son muy altas. Se pasa mucho miedo, sobre todo en la bajada a las universidades, ya que está en curva y desde los coches no te ven hasta que están encima».

J. A. A. nos envía la siguiente denuncia: «Los jardines de la plaza de Zuhaizti parecen vertederos. Los jardineros, con sus máquinas de soplar hojas, amontonan en los jardines hojas caídas y, además, todos los desperdicios que se encuentran a su paso: bolsas, latas, briks... La hierba de los jardines queda sustituida, por consiguiente, por los desperdicios. Es verdaderamente doloroso de ver la imagen del abandono que queda. Es como si en nuestra casa barremos y dejamos la suciedad amontonada en las esquinas. Eso no es limpiar».

Ana escribe: «Veo a miles de ciudadanos manifestándose en Madrid por la sanidad pública y me pregunto si los vascos no tenemos suficientes motivos para salir también a la calle ante el evidente desmoronamiento de Osakidetza. Sin ir más lejos, en mi caso particular durante las últimas semanas ha sido imposible conseguir cita mediante la web con la médico de cabecera del ambulatorio de la calle Prim. Ayer volví a entrar en la web y parece que hemos mejorado: al menos daba algunas horas para elegir, la primera para el 14 de diciembre. ¡Un mes para ser atendida en el ambulatorio! Vamos de mal en peor».

Denuncia Idoia Zubeldia Landa: «La situación en la Calzada Vieja de Ategorrieta es de caos. Los que nos desplazamos por el carril bici encontramos un tramo en el que hay que compartir espacio con coches, enormes buses, sillas de ruedas, patinetes, madres, padres, niños, perros etc., en una estrechísima calzada que nadie regula. En los 4 años que llevo desplazándome en bici he visto de todo. Cada día hay más ansiedad en los conductores y no respetan la velocidad ni la distancia entre peatones y vehículos más vulnerables. Se paran en el paso de cebra para que sus hijos bajen en el carril bici y buses y coches aparcan en la acera del carril bici. Llegó el viernes y llegó mi caída, ya temida, que quedará en una baja 'in itinere' con politraumatismo de costilla, dedo roto y múltiples moraduras. Advierto a quien corresponda que un día pasará algo muy grave».

Mila pide: «Hay objetos voluminosos –bancos, bicicletas, escaleras, carros de compra y restos de obra– en el fondo del Urumea, en la orilla derecha, entre el puente de María Cristina y el cuarto puente de Amara. Son muy visibles con marea baja. Debería retirarlos la autoridad competente».

Ana avisa: «El contenedor de vidrio de la calle Escolta Real está lleno y con botellas fuera porque no caben. Está junto a la salida de la ikastola Jakin-tza y da muy mala imagen».