Sirimiri: Barandilla sin arreglar junto al Náutico

Protesta María Gorostidi: «Me siento ninguneada por el Ayuntamiento. Vivo en el Área Romántica, en la que no se puede emprender ninguna acción sin el consabido permiso municipal al estar protegida. Pago mis impuestos, faltaría mas. Estoy rodeada de palomas, incontroladas sanitariamente, transmisoras de enfermedades, en su gran mayoría mutiladas o con malformaciones, anidando sobre cables eléctricos, defecando en rincones cubiertos (arcos) que no se limpian, o en fachadas protegidas. Si quiero librarme de ellas, me dicen, es mi problema: paga a una empresa, pide permiso al Ayuntamiento y soluciona tú problema. ¿Y el Ayuntamiento? Pues el Ayuntamiento, o la empresa contratada por él, sí puede, sin comunicar nada, aparecer en mi balcón y enganchar el cableado de Navidad de la calle. Y digo yo, ¿las normas y responsabilidades son para todos o el que tiene el poder aplasta? Espero contestación. Gracias».

Comenta J. A. S.: «Señor alcalde, al no haber partido de Liga este fin de semana en Anoeta, es una pena no usar el estadio, ¿verdad? Ahora le toca al rugby francés. ¿No se da cuenta de que entre la Liga, Europa, Copa del Rey, conciertos y demás, tiene a la zona martirizada parte del año? Quedan incluidos los botellones en la plaza Armerías y alrededores. Como ejemplo, el pasado domingo, con motivo del partido del Atlético Madrid, tuvimos cohetes y botes de humo en dicha plaza. Para entrar en los portales, casi escoltados, por supuesto no por la Guardia Municipal. A estos llevo muchos meses esperando, y lo que parece que me queda. ¡Qué vergüenza y dejación! Alcalde, ¿no está prohibido el botellón? Pues haga cumplir la ley. Si no, deróguenla. Alcalde, deje el coche oficial y el palco. Y pise la calle. La ciudad es para todos los ciudadanos. Recuerde que el estadio es de todos. No suyo, ni de la Real».

Advierte F. J. S.: «Leo en DV que el Ayuntamiento va a proceder con la renovación de las taquillas de la playa de La Concha, una gran y esperada noticia. Me permito recordar a quien corresponda que la playa de Ondarreta también existe. Soy usuario a diario de sus instalaciones y quiero dejar constancia del abandono de las mismas respecto a las taquillas. Los usuarios lo comentamos muy a menudo: muchas taquillas no funcionan y algunas llevan sin hacerlo desde la temporada estival del año pasado. Una pegatina en la parte frontal significa que están fuera de servicio. Además, la casi totalidad no cierra bien y queda una holgura que facilita que cualquiera pueda abrirlas. Ondarreta no está en el Centro, pero sus usuarios habituales, estivales y foráneos, que pagamos la correspondiente tasa, también existimos. Confío en que no tengamos que sufrir un agravio comparativo».