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Martín Irazusta escribe: «Las escaleras de acceso a la playa de La Concha situadas junto al Atlético San Sebastián carecen de barandilla en su primer tramo, lo cual supone un riesgo de caída para la gente con movilidad reducida. Rogaría se solucionara este inconveniente. Gracias».
Sirimiri: Falta la barandilla en la escalera de acceso a la playa
El buzón de los donostiarras

Sirimiri: Falta la barandilla en la escalera de acceso a la playa

El sol volvió hacer acto de presencia durante la tarde y los termómetros experimentaron al finel tan ansiado repunte

El Diario Vasco

Jueves, 4 de julio 2024, 07:08

Protesta Julieta: «¡Qué vergüenza, Sr. alcalde! ¿Cómo puede permitir que dos agentes se aposten a 20 metros de la esquina de la calle Urbieta adentrados en San Martín para poder poner multas? ¿No sería más normal que se pusieran en la misma esquina y digan a los automovilistas que no se puede doblar ahí? Yo, francamente, uso poco el coche por el Centro, pero el viernes tuve que hacerlo para recoger a una persona. Con tanto cambio en las direcciones, no sabía que no se puede girar a San Martín. Me paró un agente y lo único que me dijo es que me llegaría una multa a casa de 90 euros. Claramente se vio el afán de recaudación por esa vía. Espero que no se lleguen a hacer efectivas las multas y que las señales que impiden hacer ese giro se vean más, ya que si hay algún autobús no se ven».

Escultura 'El Abrazo'

Opina Garikoitz: «Me parece una falta de respeto hacia los miles de habitantes que han fallecido durante la pandemia que aparezcan opiniones diciendo que la escultura de 'El Abrazo' se debería quitar. Si hubiera perdido esa persona tres familiares con Covid, quizá otro gallo cantaría. Tienen razón, sin embargo, cuando dicen que está roñosa, que el texto escrito está deteriorado, etc. Pero eso es por la vergüenza de políticos que tenemos. Recordar que las placas adhesivas de las aceras se han renovado por deterioro. Eran víctimas de ETA, lo comprendo, pero, ¿las víctimas del Covid? ¡Ah! La escultura, además de con roña, lleva meses sin iluminarse».

Comercio local

Escribe Nora Aldasoro: «Me ha parecido muy interesante el suplemento sobre el comercio guipuzcoano que se repartió el sábado con el periódico. Quería añadir que Calzados Tello tuvo fábrica de zapatos en el callejón de Arroka, en Amara Viejo. Y decir también en cuanto a la Carnicería Barandiarán de la plaza Easo que José Barandiarán Zabalegi fue un charcutero increíble, con una gran formación, cuyos productos tenían fama en toda Gipuzkoa, al mismo tiempo que su buen humor y su simpatía atraían no solo a los donostiarras sino a gente de la provincia. Lo que ahora pediría al Ayuntamiento de Donostia y a los del resto de localidades que de verdad apoyen al comercio local y que se dejen de hacer centros comerciales que provocan que se cierren muchos comercios locales y además cambian a peor la fisonomía de nuestras ciudades. No se puede decir que se apoya y se apuesta por la vigencia de nuestro comercio local y luego hacer esos centros comerciales en los que las cadenas que todos tenemos en mente destruyen nuestro modo de vida y nos aíslan y uniforman a todos de modo anodino».

Parque Zubimusu

Expone J. M. Odriozola: «Pensaba que ya lo había visto todo sobre la inoperancia de nuestro Ayuntamiento, ya demostrada con la desaparición de las calles de la Guardia Municipal, absoluta falta de mantenimiento urbano, falta de limpieza, creación de caos circulatorio donde no lo había, proyectos inútiles y antisociales, obras inacabadas, cortes de tráfico con barreras provisionales... Pero hace unos días descubrí la última genialidad. Tras 25 años de abandono, observé pasmado a una brigadilla de pintores saneando la barandilla del estanque del parque Zubimusu. No me lo creía y, por un momento, pensé que algo cambiaba. Pero no. A los pocos días descubrí que la famosa brigadilla, con el visto bueno, supongo, del concejal de Mantenimiento, había rascado, pintado y barnizado tan estupenda barandilla. Pero habían dejado los maderos que se encontraban doblados y rotos tal y como estaban, aunque barnizados. Incluso las puntas dobladas y desclavadas. Acérquense un día paseando, porque merece la pena verlo. Genial. Irrepetible. Lamentable».

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