Sirimiri: «Horroroso parapeto» en el Náutico

Un lector escribe: «Hoy es domingo y, desde las 7 de la mañana, un trabajador de la limpieza está soplando hojas en la plaza José María Sert y alrededores. El soplador funciona con un motor de gasolina y hace tanto ruido que el trabajador lleva cascos de protección auditiva. Sin embargo, el resto del barrio tenemos que aceptar este ruido a pelo y según venga, ya que ni en la concesionaria ni en el Ayuntamiento parecen haber tenido la loquísima idea de limitar el uso de maquinaria ruidosa a los días de labor y así respetar el descanso de los vecinos el fin de semana. A ver si, con un poco de suerte, la semana que viene soplan la calle del alcalde y alguien cae en la cuenta».

Escribe Ignacio: «Soy un cicloturista que uso prácticamente a diario la bici como medio de transporte. Aunque no es la primera vez que lo denuncio ni soy el único, el estado de los bidegorris que discurren desde la plaza Pío XII, paseo del Urumea, paseo del Árbol de Gernika, paseo de Francia y paseo de Salamanca hasta la entrada del Paseo Nuevo están en un estado lamentable de abandono: señalización con la pintura perdida, asfalto levantado por las raíces de los árboles, charcos inmensos en cuanto llueve, ramas de árboles a la altura de la cara, vegetación sin podar que se adentra peligrosamente en los carriles... Le pregunto directamente a Olatz Yarza, concejala de Movilidad y Transporte Sostenible, si es consciente del penoso estado antes comentado y del poco trabajo realizado por los agentes encargados por hacer cumplir las normativas vigentes. Si es usuaria de la bicicleta como medio de transporte le aconsejaría vivamente que se diera una vuelta por los citados bidegorris. Se redactan con gran rapidez normativas para los usuarios de patinetes eléctricos y cicloturistas. Está muy bien y es un trabajo muy loable. Hacer cumplir dichas normativas ya es harina de otro costal. Es normal ver circular por los bidegorris personas mirando el móvil, escuchando música, sin casco y con menores en la parte delantera (en el caso de patinetes), etc. Por lo que se ve, poner sanciones es una labor ingrata y resulta mucho más fácil hacer la vista gorda».

Javier Bengoetxea denuncia las dificultades crecientes que tienen los vecinos para aparcar en Riberas de Loiola: «Soy residente OTA en la zona de Riberas de Loiola y cada día es más difícil aparcar. Por fortuna , gracias a unas obras se ha reservado media calle Pablo Gorosabel y la calle Beroiz para residentes. Propongo a la concejala de Movilidad que cuando acaben las obras se mantengan dichas calles solo para residentes. Desde la apertura del gimnasio BPXport (bienvenido sea) es imposible aparcar para los residentes. Dicho gimnasio tiene parking, pero los usuarios no lo utilizan y prefieren aparcar en zona OTA, que además es gratuita a partir de las 20 horas, cuando los residentes venimos de trabajar. Para colmo, está previsto edificar en esa misma zona las dos torres dotaciones en un espacio muy reducido. Señores concejales y alcalde, no todos tenemos dinero para comprarnos un garaje y un coche eléctrico. Propongo mayor espacio para el aparcamiento de residentes en esta zona».