Sirimiri: Primer gabarrón de la temporada

Expone Arantxa Legorburu: «Con las huelgas en el colegio Karmelo, es hora de hablar, enfadarse y pedir explicaciones. Como madre de niños escolarizados en el Karmelo, llamo a Educación: que la inspectora entra hoy más tarde, que tomo nota, que le llamará… A media mañana, que la mañana se complica, que mañana. Parece un trabalenguas. Pero el hecho es que llevamos cuatro semanas de huelga, sin visos de solución y yo con dos críos sin más menester que cómo gastar su tiempo libre. Ya está bien por parte de todos. Administración, titularidad y también personal/profesorado del centro. Esto es inverosímil, las familias ya no sabemos qué pensar, hacer o decir. Ni me atrevo a enumerar deficiencias, comportamientos y demás. El resultado es niños totalmente 'desescolarizados' desde abril. ¿A quien tenemos que recurrir? ¿Qué va a pasar el año que viene con estos niños? Por favor, ¡soluciones para estos niños!».

Escribe H. N.: «Leíamos recientemente que la concesión de Tintin Zurriola quedaba desierta para este año y con ello se suprime también su chiringuito. Esto conlleva que, en casi más de la mitad de la playa partiendo desde el Kursaal, los usuarios de la playa, y sobre todo los de los toldos, nos quedamos sin ese servicio que considero es indispensable. Vale que Donostia no quiere dar esa imagen del Mediterráneo con las playas atestadas de bares y chiringuitos, y alardeamos de las mejores playas de Europa, pero esto es un servicio muy necesario para los usuarios, locales y turistas, que necesitan refrigerarse en la playa. Sr. concejal de Espacios Públicos y/o Mantenimiento Urbano, hay tiempo para conceder una licencia a quien la solicite y que la temporada de playa empiece con este servicio a tiempo».

Escribe Marta: «No entiendo que a estas alturas el parking del Buen Pastor siga sin tener un ascensor que acceda hasta la calle. Como usuaria del mismo, residente en la zona y con plaza en el aparcamiento, nos las vemos y nos las deseamos cada vez que tenemos llegar al vehículo con mi madre, que tiene problemas de movilidad. Además, cargar o descargar el coche es una auténtica odisea o una prueba de fuerza, porque hay que subir o bajar las escaleras que comunican la calle con el primer piso. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? ¿Por qué no aprovechar la enorme obra que se está haciendo en la plaza del Buen Pastor y aledaños, con todas las afecciones que está suponiendo, para hacer del aparcamiento del Buen Pastor, público de titularidad municipal, un sitio de accesibilidad absoluta y real? ¿Por qué el Ayuntamiento no obliga a Frontera a construir un ascensor que acceda hasta la calle?».