![Con lejía para las suelas, gel y mascarilla en las cocinas en las sociedades gastronómicas de San Sebastián por el coronavirus](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202005/23/media/cortadas/sociedades-k7sD-U110282465920gOD-1248x770@Diario%20Vasco.jpg)
![Con lejía para las suelas, gel y mascarilla en las cocinas en las sociedades gastronómicas de San Sebastián por el coronavirus](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202005/23/media/cortadas/sociedades-k7sD-U110282465920gOD-1248x770@Diario%20Vasco.jpg)
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Entrarán por un felpudo bañado en lejía, se limpiarán las manos con un gel hidroalcohólico y algún socio se tomará, quizás, la temperatura con el termómetro. Es lo que ocurrirá al menos en Gaztelubide -y previsiblemente en todas las sociedades gastronómicas de San Sebastián-, ... cuando empiecen a abrir sus puertas a partir de la próxima semana. En todas saben que la forma de 'estar' en estos locales va a cambiar mucho, aunque no saben cuánto. Y alguno va más lejos y asume que las sociedades gastronómicas no volverán a ser las mismas tras el coronavirus. «Pensamos que algún cambio se quedará para siempre, pero no sabemos cual», afirma Iñaki Ariceta, presidente de Baso Etxea, en el Antiguo. Martxelo Guereñu, vicepresidente de Urtoki de Amara también lo cree. «El coronavirus nos ha cambiado a todos y las sociedades no somos una excepción. Pero no me atrevo a decir nada en concreto, Me preocupa, por ejemplo, el tema de las responsabilidades. No pueden caer solo en los miembros de la junta». Para José Ramón Mendizabal, 'Mendi', las consecuencias son impredecibles. «Hemos cogido miedo y eso se nota», dice. «Esperemos, a la larga, poder volver a nuestra vida anterior».
No será mañana lunes -día que podrán abrir los locales de hostelería- cuando abran las sociedades. Aunque pueden hacerlo. «Las de la Parte Vieja, con algunas de otras zonas, hemos acordado reunirnos el martes para analizar la normativa del Gobierno Vasco», explica Mendizabal. «Suponemos que todas van a esperar porque hay muchas dudas. Pero no queremos imponer nada, porque cada sociedad es la que decide».
Tienen bastante claro como tratar el asunto de limpieza e higiene en las sociedades. San Sebastián cuenta con unas 130 sociedades gastronómicas, que se comunican entre sí en distintos grupos . «Observamos el protocolo de los distintos locales que van abriendo en la ciudad y vemos que es fundamental la limpieza a la entrada del mismo», dice Mendi.
En las sociedades está claro que quien entre en la cocina tendrá que llevar mascarilla y está a debate si es adecuado llevar guantes. «Tras la reunión del miércoles en el Ayuntamiento con representantes de Participación Ciudadana y Sanidad municipal, representantes de las 18 sociedades de la Parte Vieja nos reunimos en dos grupos», comenta Mendi. En una de ellas estuvo el presidente de una sociedad, que es médico en el Oncológico. «Comentó que los guantes en un ambiente como el nuestro pueden ser portadores de patógenos. Hay una controversia».
Ayer la consejera Tapia anunció que el aforo permitido en las sociedades será del 50% Les falta saber cómo ha de ser la distancia de seguridad entre asistentes. Gaztelubide tiene 250 socios y capacidad para acoger a entre noventa y cien comensales. «Con el aforo del 50% entrarían 50 personas manteniendo la distancia de dos metros entre las mesas, pero no la de dos metros entre comensales», explica el presidente de Gaztelubide.
Opina que esta separación entre comensales no tiene sentido en una sociedad. «Hay que calibrar bien las normas que se deciden».
La mascarilla en la mesa aparece como tarea imposible, dice Mendizabal. El acceso a recipientes y alacenas será libre. El tema está en la desinfección de los socios a la entrada, que es la que hay que garantizar. También han previsto hacer dos veces al día la limpieza de la sociedad.
Algo que ya tienen desarrollado en sus protocolos es la desinfección del «género» que entra en la sociedad. En este caso hablamos de botellas. Porque la comida compete a los socios. «Ya está establecido con el bodeguero que el género entrará de 9:30 a 11 horas. Las cajas de cartón se desecharán y con un pulverizador se desinfectará cada botella».
La medición de la temperatura corporal, salvo que sea una directriz de obligado cumplimiento, será opcional. «Tendremos un termómetro a la entrada por si alguien se siente algo mal o tiene dudas, para que se lo ponga», dice. «Nosotros no podemos obligar a usarlo. Es una cuestión de responsabilidad personal».
Para Javier Martínez, presidente de la Unión Artesana, el problema es el de la limitación de aforo, porque el protocolo de limpieza y desinfección de las sedes lo tienen claro y lo están preparando por la cuenta que les trae.
«En la reunión del miércoles en el Ayuntamiento en lo que más hincapié hicimos fue en el tema de la higiene y la limpieza y estábamos todos de acuerdo», explica. «Si habitualmente ya nos gusta que las sociedades estén limpias, queremos potenciar todavía más su higiene. Sanidad está totalmente de acuerdo con nosotros».
Les marca la limitación de aforo. «Un 50% a algunos también nos parece poco», explica el presidente de la Artesana. «Esta limitación va a marcarnos mucho porque para muchas sociedades puede no ser rentable abrir si bajan muchos los ingresos por uso del local, ya que tenemos unos gastos fijos que hay que abordar».
En la reunión del miércoles en el Ayuntamiento, Martínez iba a defender la propuesta de un aforo del 70%. «No lo hice porque no había capacidad decisoria y porque las cifras cambiaban rápidamente. Los de Sanidad municipal nos dijeron que ellos no pueden hacer nada, que todo depende del Gobierno Vasco».
Dice Javier Martínez que «se nos plantean situaciones complicadas». «En la Artesana tenemos dos comedores. Si hay que dejar 2 metros de separación entre comensales, uno de ellos se nos llena con un grupo de diez personas. Y otra pregunta: ¿Si yo voy un día a comer con mi mujer y mis hijas, estando juntos en casa, tenemos que separarnos dos metros entre nosotros?».
En la sociedad Baso Etxea del Antiguo la junta se reunió el miércoles para abordar el tema de la apertura. «Pero no llegamos a ninguna conclusión», dice su presidente, Iñaki Ariceta. «No tenemos las cosas claras y vamos a esperar acontecimientos».
Así están también en la sociedad Urtoki de Amara. «Es imposible que abramos el primer día, está todo en mantillas», dice su presidente, Martxelo Guereñu. «Nosotros participamos en el grupo de sociedades que convoca una reunión el martes y a ver qué se decide».
En la sociedad Bertsolari de Altza piensan que las sociedades están en un limbo. «Ni somos hostelería ni somos tiendas», afirma su presidente, Txema Sorozabal. «Hasta que nos dejen claro lo que tenemos que hacer no podemos abrir nuestro local».
También están a la expectativa en la sociedad de caza y pesca Zurriola. «Ya se puede pescar pero nosotros aún no sabemos si podemos organizar nuestros concursos», dice el presidente, Sergio Basurko.
«Una sociedad es para compartir. Si tenemos que estar en las mesas con dos metros de separación igual no nos apetece acudir». Así de claro se expresa José Ramón Mendizabal, presidente de Gaztelubide, a la espera de que se disipen las dudas sobre la distancia a guardar entre personas dentro de las sociedades. «En todas las demás cuestiones están asumidos los nuevos protocolos: Todo el tema de la desinfección, el uso de geles, lejía y más sesiones de limpieza».
Javier Martínez, presidente de la Unión Artesana, apunta también la necesidad de que salgan las cuentas: «Las sociedades tienen unos gastos fijos que hay que abordar. Si los aforos son exigentes, igual no nos salen las cuentas».
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