
Herripe, la asociación de vecinos de Herrera, volvió a celebrar el jueves por la tarde una nueva reunión en el barrio. La agrupación presentó a ... los vecinos asistentes las soluciones sobre las que van trabajar de la mano del Ayuntamiento y la Ertzaintza con el objetivo de acabar con la situación de «deterioro que estamos viviendo en el barrio», tal y como confirma a este periódico José Ángel Apaolaza, presidente de Herripe. Explica que hay una «lectura común» entre los vecinos, el consistorio y la policía autonómica sobre los pasos a dar para «buscar una solución a la degradación agudizada» que soporta Herrera.
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Principalmente en tres puntos que consideran «críticos». La zona de tránsito entre la estación de Renfe y la del Topo de Euskotren y el entorno del antiguo comercio 'Antolín', ocupado desde hace 9 meses; los edificios abandonados que también están ocupados frente a la parada de Renfe, en la subida a Altza, y la zona de la escuela para adultos que está situada en el inicio del bidegorri que lleva a Intxaurrondo.
Sobre las soluciones en las que se va a trabajar, Apaolaza señala en primer lugar que «hay un marco social sobre el que actuar, y es posiblemente en el que más a largo plazo habrá que incidir. Creemos que es el que puede dar mejores resultados». Continúa el presidente de la agrupación vecinal: «Luego hay un área de trabajo judicial que hacer. Hay propietarios de edificios vacíos que han sido ocupados que han presentado demandas ante los jueces para poder liberar esos espacios». Y, por último, «hay una acción más policial de presencia en la calle, que se ha incrementado desde hace meses y que tiene sus efectos. Esto es lo que está sobre la mesa», afirma.
Sobre esta última opción, sin embargo, apostilla: «Llevan ya tiempo presentes en el barrio y es cierto que hacen su trabajo, pero tampoco se ha mejorado el ambiente sustancialmente. Y tampoco pueden estar permanentemente aquí. Además, creemos que tampoco es la solución de la situación. En nuestra opinión, hay que trabajar en las otras áreas planteadas».
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Sobre la sensación de «inseguridad» que se percibe en el barrio, el presidente de Herripe explica que los datos que tiene la policía de sus intervenciones «no indican un incremento sustancial desde finales del año pasado en robos, por ejemplo. Hay una serie de delitos, pero no exagerados». Lo que genera esa «inseguridad», dice, son las «trifulcas que crean entre ellos estas personas en la calle, principalmente una comunidad de jóvenes magrebíes, que genera un ambiente general de mucha preocupación entre los vecinos».
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