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Pequeña historia de la red telefónica municipalJ.J. Fdez. Beobide y Lola Horcajo
Lunes, 3 de junio 2024, 06:37
La exposición '100 años de Eduardo Chillida con la Colección Telefónica', que celebra conjuntamente el siglo del nacimiento del artista y de la Compañía Telefónica Nacional de España (C.T.N.E) fue inaugurada el pasado día 14 en Chillida Leku. Ello nos sirve de pretexto para recordar la historia de la telefonía en Donostia que durante mucho tiempo fue una 'república independiente' de la C.T.N.E.
Cuentan que el primer teléfono que hubo en Donostia fue particular, de la familia Brunet, cuando conectaron en 1883 sus oficinas de la Avenida con su fábrica de Lasarte-Oria. Al ver al Sr. Brunet hablando solo en su despacho, un empleado pensó que su jefe se había vuelto loco. ¿Qué pensaría hoy en día al ver a todo el mundo hablando 'solo' en cualquier lugar?
En 1886, se instaló el primer teléfono 'oficial' en Donostia para conectar la Casa Consistorial con el Gobierno Civil. Pronto se unieron Telégrafos, Bomberos y el Palacio de Ayete, por ser la residencia veraniega de la reina Mª Cristina, y en 1889 ya había 30 abonados. En 1895 nos pudimos conectar con Pamplona, Barcelona y Madrid gracias a la central telefónica establecida en la calle San Marcial 29 que, por cierto, sigue en funcionamiento.
Teléfonos sin números. En 1908 el Gobierno subastó las concesiones de todas las redes telefónicas del país. El Ayuntamiento donostiarra y la Diputación Foral de Gipuzkoa se hicieron con la red urbana y la red provincial respectivamente, aunque Irun y Tolosa quedaron adscritas a la Compañía Peninsular. Cada compañía tenía su central telefónica independiente, la municipal se mantuvo en la calle San Marcial 29, y la provincial se ubicó en la Alhóndiga (donde hoy se encuentra el hotel Orly). Todas las llamadas se hacían a través de operadora por lo que los teléfonos carecían de números para marcar.
La central de la Avenida. En 1913 la Compañía Peninsular de Teléfonos, concesionaria de la Red Interurbana inauguró la nueva y moderna central de la Avenida 26, que conectaba, siempre con operadora, las redes provincial y urbana con el resto del país.
La concesión a perpetuidad. A partir de 1908, San Sebastián desarrolló la mejor red urbana del país. Prevista en principio para 1.080 abonados, para 1923 había doblado el número y se quedaba corta. Su ratio de abonados era triple que el de Madrid o Barcelona, y necesitaba ampliar la red hasta 5.000 líneas. Ello suponía una fuerte inversión de dudosa rentabilidad porque la concesión estatal caducaba en cinco años. Ese año se produjo el golpe de estado de Primo de Rivera, y el alcalde Vega de Seoane trató con el nuevo Gobierno para que la concesión fuera a perpetuidad para asegurar la inversión. Lo consiguió aunque de 'tapadillo', ya que había muchos intereses en juego y mucha presión para evitar este tipo de concesiones. Por lo visto, ni se llegó a publicar en el Boletín Oficial de Telégrafos y apenas tuvo eco en la prensa nacional sometida a fuerte censura.
Al año siguiente el Gobierno de Primo de Rivera creó la C.T.N.E. para unificar todas las redes nacionales en una sola compañía y cedió el monopolio de su explotación a la ITT americana, lo que chocaba con la independiente red donostiarra que había colocado equipos de marca sueca Ericcson.
Los datos
1885 -1889 Primera red urbana en Donostia con 30 abonados.
1908 San Sebastián consigue la concesión por 20 años de la red municipal y la convierte en la más desarrollada del país.
1923 Se logra la concesión estatal a perpetuidad de su red municipal.
1924 Se crea la C.T.N.E. para unificar todas las redes telefónicas del país.
1926 En San Sebastián se establece la primera central automática del país.
1971 La anticuada red urbana donostiarra es adquirida por la C.T.N.E. por 1.000 millones de pesetas.
La primera central automática del país. En 1926, San Sebastián tuvo el honor de ser la primera capital del país que inauguró una central telefónica automática en su sede la calle San Marcial. De esta forma, se agilizaban muchísimo las transmisiones, se abarataba el servicio y sobre todo, la telefonista ya no se podía enterar de las conversaciones.
Los periódicos publicaron instrucciones para que los usuarios aprendieran a esperar el tono de línea y a marcar con la rueda de números.
La venta de la red telefónica urbana municipal. Tras la Guerra Civil, con los problemas de importación que hubo durante la autarquía, la red telefónica donostiarra se fue quedando obsoleta, las conexiones con el resto de la provincia y del país seguían siendo con operadora y la demanda de nuevas líneas sufría muchos retrasos llegando a acumular en 1970, 14.000 peticiones sin atender. Mientras, el Estado ejercía fuertes presiones para que la C.T.N.E. absorbiera esta compañía anticuada e independiente. Pese a la oposición de muchos donostiarras, el 19 de diciembre de 1970, el Ayuntamiento, con el alcalde Felipe de Ugarte a la cabeza, acordó su venta por unanimidad, por la entonces importante cifra de 1.000 millones de pesetas, a cambio de toda la red, incluidos los edificios. El 30 de marzo de 1971, con pluma de oro, se firmó la cesión, entregándose un talón por 600 millones. Para el resto se acordaron pagos repartidos en 6 años. Telefónica amplió la red con 40.000 nuevas líneas cumpliendo lo acordado, pero también subió los precios de las llamadas urbanas y conferencias. Así acabó la historia de la Red Telefónica Urbana Municipal de San Sebastián (1908-1971).
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