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Asociación de vecinos de Ulia, Bomberos de Donostia y Egia Bizirik Auzo Elkartea. Son las entidades de vecinos y profesionales que se dieron cita este jueves por la mañana en la sesión plenaria celebrada en el Ayuntamiento para presentar ante la corporación municipal sus denuncias y reivindicaciones.
Esta es una imagen que se repite con regularidad los últimos jueves de cada mes en el consistorio, coincidiendo que es el día en el que se celebran los plenos. En otras ocasiones han acudido a esta cita representantes de los agentes de Movilidad, trabajadores de la Guardia Municipal, personal de los albergues, trabajadoras de la limpieza y empleadas del servicio de ayuda a domicilio. Todos ellos con el mismo objetivo, mostrar sus quejas ante los concejales, y la misma actitud de respeto ante el desarrollo del Pleno municipal.
Una situación que ayer se vio alterada por los momentos de tensión que provocaron los representantes de la Asociación de Vecinos de Ulia. Estos asistieron al Pleno con la intención de expresar su oposición a la tala de árboles llevada a cabo en la acera de la avenida Navarra para la construcción del Basque Culinary Center en Gros, el GOe,. Liderados por el presidente de la entidad, Félix Soto, subieron al estrado del Pleno y mantuvieron un intenso intercambio de palabras con el alcalde Eneko Goia y su equipo de gobierno.
Habituales a los plenos de los últimos meses, los componentes de esta agrupación habían seguido las reuniones de la corporación desde las sillas instaladas en el Salón de Plenos para tal fin, tal y como hacen el resto de vecinos y profesionales que acuden a las sesiones plenarias. Sin llegar al nivel del incidente de ayer, en el Pleno del mes de octubre Eneko Goia expulsó de la sala a Félix Soto tras interrumpir éste de forma reiterada el inicio de una votación y proferir gritos y carteles contra la futura construcción del edificio del Basque Culinary Center en Manteo.
Tanto este incidente como el de este jueves finalizaron con la reprimenda del alcalde a Soto. «Debería conocer usted las reglas de funcionamiento de este Pleno, respeto para el Pleno», le recriminó el alcalde a Soto, que fue en los años 80 concejal de Herri Batasuna en el Ayuntamiento, mientras éste le solicitaba una «contestación» a sus requerimientos sobre la tala de árboles.
La tensión vivida este jueves, para nada comparable a las situaciones de extrema presión soportadas décadas atrás en el Salón de Plenos, no se volvió a repetir con las protestas que llevaron a cabo los Bomberos y la representación de los vecinos de Egia Bizirik.
Los primeros pidieron, en silencio y con educación, un aumento de plantilla y nuevos vehículos y equipos de protección, mientras que los segundos, a los que el alcalde sí pidió silencio varias veces, reclamaban revertir los cambios que Dbus ha realizado en las líneas 9 y 42.
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