Mikel, en Sakana. ¿La galería de arte? Sí, pero también tienda de discos. Usoz

Mikel Alcalá Azpiroz

Ciudadanos
«Tiempo duro aquel; la música electrónica me apaciguó el alma»

La tienda de discos donde Nina Simone y 'Space Woman' se juntan

Begoña del Teso

San Sebastián

Domingo, 15 de diciembre 2024, 07:28

Cuando uno es hijo de Arantxa y de Fidel, que jugó en el Rayo y el Getafe y en un entrenamiento le dio un balonazo en la cara al mismísimo Di Stéfano, uno puede lograr todo lo que se le meta entre ceja y ceja: ... resistir los embates de los tiempos oscuros, graduarse en la primera (o quizás segunda) promoción de Diseño 3D en Syntesis, de la calle Prim, aprender a pinchar música en la celebérrima (y ya destruida) Lobato Etxea, la casa okupada de Lezo, trabajar de lo suyo en Barcelona, afincarse en Hendaia con su esposa Ansérine y su hijo Hodei, abrir tienda de discos en el 1 del pasaje Alkolea de Egia y convencer a Paul Bihr para establecer allí mismo una galería de arte, Sakana.

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– Así que los 90 fueron duros en tu villa, Errenteria. Eres de la calle Xenpelar...

– Oscuros. Grises. Entre el nacionalsocialismo autóctono y mi tendencia trotskista.

– Sentirse 'trosko' no estaba mal. Tenía un toque de leyenda.

– Sí, mejor que estalinista, puesto que fue Stalin quien ordenó su muerte en México. Sea como fuera, en aquellos tiempos mi espíritu estaba intranquilo. Pero a los 16 o 17 años descubrí la música electrónica y, lo ponemos en el titular, eso apaciguó mi espíritu.

– ¿Por qué? ¿Y cómo descubre un chaval de Xenpelar con Fueros la música electrónica?

– Por amigos que volvían de Londres (más exactamente de Hackney) cargados de discos de, por ejemplo, acid techno, discos editados por compañías increíbles; nombres como Route Rooster. Creo que me conquistó la energía que desprendía esa música. Y fui entrando en ella. Entre otras cosas porque en Oiartzun había una sala donde pinchaban sonido electrónico de Chicago o Detroit DJ estadounidenses que cuando venían a Europa solo visitaban Berlín y Gipuzkoa.

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– ¿En serio? ¿Y cuál fue esa sala?

– Erne.

– ¿De verdad! ¿Me lo juras?

– Lo juro. La llevaba Hans. Al tiempo, con giradiscos empecé a pinchar en Lobato. A descubrir más estilos. Mas gente. DJ holandeses. Me empapé del acid house, del techno de Detroit. Del ítalo disco que poco tenía que ver con la música disco de ABBA. En Barcelona, mientras trabajaba animando las criaturas de un espacio de RTVE, 'Super Ñ' (me fascinaba ese 3D que yo había empezado a estudiar cuando era una técnica aún primitiva) llegué a pinchar en salas guapas como Moog, Fellini, Be Cool, Paloma...

– Un buen día, Ansérine y tú decidís dejar Barcelona y asentaros en Hendaia, donde vivís.

– Sería hacia 2010. La crisis había golpeado a lo bestia. Yo combinaba trabajos de autónomo con otros para empresas. Mi esposa es francesa, sabíamos que podríamos a acceder a ayudas, que viviríamos mejor. Seguí trabajando. Hasta que un día asumí que quería vivir mi sueño...

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– ... Abrir una tienda de música. Pero para nada generalista. Una tienda de música electrónica para sibaritas, coleccionistas y DJ en busca de buen material.

– Yo mismo soy coleccionista. De música electrónica de los 70. Electrónica y oscura. Electrónica y africana (¡ese William Onyeabor!). Electrónica y asiática. Tengo mis discos fetiches. Alguno de Gang Tony Noble. Y siempre enloqueceré con la canción 'Tunissian Ride'. Parte de mi colección está a la venta en estas estanterías. Al fondo de nuestra foto se ven los discos de mi altar...

«Soy diseñador 3D. Coleccionista. Comprador. Vendo discos y habrás de pasar por encima de mi cadáver para robar mi vinilo de Llobell 'Oliver's Planet' editado por Ariola»

– Ese 'Oliver's Planet' que si intentara robarte me perseguirías Cristina Enea a través.

– Tenlo bien seguro. Pero tampoco te dejaría coger el 'Space Woman' de la banda Herman's Rocket liderada por Jean-Pierre Massiera, con mucho sintetizador y mucha caja de ritmos. Ni te llevarías el de la diva egipcia Umm Kulthum. Ni uno de Nina Simone que hay por ahí. Compro lotes, me meto en las páginas de grandes amantes de la electrónica y traigo aquí mis hallazgos. Tengo mucho DJ como cliente. No les va tanto lo más duro, pero sí la buena música.

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– Siempre en vinilo.

– Absolutamente. Y no solo como el objeto de puro fetichismo que es. También como forma de posicionamiento ante el mercado y la industria de la música, de sus plataformas y playlists. Mira, yo tengo muy claro la diferencia entre la música que te entretiene y la que te divierte.

– Pues explícanosla mientras tu socio Paul ultima los detalles de la próxima exposición en Sakana, la de Juan Azpitarte.

– Entretener es eso, tenerte pillado entre dos cosas, dos temas, dos canciones, mientras que el prefijo di en divertir te da una idea, una sensación y una etimología de divergencia y separación múltiple. Para mí, cuando te diviertes estás explorando y pillando opciones y cuando te entretienes estás, no sé, pillado.

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– Alguien te dirá que tienes alma de artista.

– He estudiado Arte, pero exige un esfuerzo cognitivo y físico que hoy no quiero asumir. Prefiero ir a Pau en busca de reediciones de funk, soul de sellos europeos.

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