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David y Elizabeth bajo las luces navideñas del paseo Larratxo 24. ARIZMENDI
«Se tiran unos alambres de la farola a la fachada y ya está, se hace la luz»

Ciudadanos

«Se tiran unos alambres de la farola a la fachada y ya está, se hace la luz»

Elizabeth Rodríguez Olmos | Bar Bikutz; la calle se ilumina y dentro es Navidad desde el viernes 6

Begoña del Teso

San Sebastián

Sábado, 14 de diciembre 2024, 08:26

El 6 de diciembre el clan Rodríguez Olmos (los padres Mitxel y Mari, los hermanos de Eli, David, Airan, 'Sapo', sus hijos Katherine y Dennis, a los que hay que incluir a la abuela Pepi que vuelve pronto de Benidorm, al nieto de Eli, Kylie, que nacerá en abril y a un conjunto de 17 sobrinos, 13 biznietos y algunos tataranietos) procedió, en compañía de buena parte de los vecinos del lugar, al encendido de las luces navideñas de su bar, el Bikutz-Tívoli, sito a unos pasos del Isoui, frente a la churrería ambulante de la plaza y el contenedor cargado de arte de Griselle. Días después, charlamos

– Del Niño te quedarán ¿no?

– ¿¿!!

– Décimos, quiero decir.

– ¿De la lotería de Reyes, la del 6 de enero de 2025? Sí.

– ¿Del mismo número que la agotada del día 22?

– Sí, 67.328, comprado en la administración Gran Vía, de San Francisco 24.

– Dame.

– ¿Uno?

– Sí. Oye, medio mundo y un cuarto y mitad del otro os conoce como el magno clan de feriantes del Mesón Tívoli. Empezáis la temporada en abril, en Beasain, luego vais a las fiestas de San Bernabé en Logroño...

«Decenas de bombillas y de lágrimas, flamencos cubiertos de espumillón, una chimenea de cartón y los décimos de la lotería de Navidad, agotados»

– Vienen después los sanmarciales de Irun, los sanfermines de Antxo, las ferias de Trintxerpe, Madalenas en Errenteria, la Semana Grande donostiarra... Pero antes paramos en Estella y al poco en los 'gansos' de Lekeitio. Todo termina donde casi empezó, en Logroño, en los sanmateos.

– Y entonces, en los seis o siete meses que quedan os transformáis en hosteleros.

– Ajá. La familia (somos de Bidebieta) tuvo el bar Haran que no está lejos, en Bertsolari Txirrita, pero se nos quedo chiquito y nos pasamos al Bikutz. En 2020, cuando la pandemia, cogimos el Bikote en Gaiztarro. Nuestra madre cocina mejor que bien (los clientes vienen por sus albóndigas, sus txipis, su bacalao, sus manitas con tomate, sus preparaciones de casqurería...). A mí la cocina no me apasiona, pero no me sale nada mal el plato combinado de churrasco, patatas, huevo y ensalada ni el de chuletillas de cordero de leche. Ni el cachopo de ternera. La hamburguesa...

– Lo dices en singular pero vuestra hamburguesa Tívoli son dos con dos quesos (uno cheddar) tomate, bacon, cebolla...

– Y más cosas. La gente no deja de pedirla. Tenemos una clientela fiel, nos conocemos todos. Nos lo pasamos bien juntos. Nos queremos y en Halloween y Navidad nuestras clientas traen a sus nietos que no quieren salir de aquí. Y eso que las figuras a tamaño natural de vampiros y fantasmas les dan miedo. Del rico.

– Sí, he visto niños y niñas pegados al cristal de la puerta, jugando con los Papás Noel y tocando el muñeco de nieve gigante de la entrada.

– En Navidad les piden a sus abuelos que les lleven 'al bar de las luces'. Y en Halloween 'al de los cocos'. Horas se pasan jugando.

– Se diría que hubiese miles de bombillas, de luces 'lágrimas', metros de espumillón. Habréis estado desde que terminaron los festejos fúnebres del 31 de octubre, el 1 y 2 de noviembre preparando el atrezo navideño.

– Para nada. Tenemos todos experiencia de años en montajes y desmontajes. Nos basta con cinco días. Sin cerrar el bar. Aprovechando las horas de menos trabajo, jugando con los espacios. Si la gente está en la barra, preparamos las mesas. La zona del fondo, sin problemas, siempre está despejada. Y en cuanto a la calle, todo consiste en tirar alambres bien tensados, de los que resisten bombillas y luces. Y mientras, nos tomamos una Alhambra, que es la cerveza que nos trae al Bikutz Patxi, de distribuciones Sarasti.

– Hay tanto abeto, tanta bola de Navidad, que ya no recuerdo cómo es el Bikutz en... marzo.

– Al estilo de una hamburguesería americana. En las mesas fotos de coches Cadillac. Y de Marilyn. En las paredes, escudos frontales de motos. Y como mural, dado que feriantes somos, la noria gigante de Santa Mónica.

– ¿Y esa chimenea! Si se diría que está encendida, crepita el fuego y da calorcito rico.

– La he añadido hace un par de días. Estaba por la noche mirando el móvil y de repente veo la foto de una chimenea. Pienso que no estaría mal tener una aquí. Por la mañana la hago. Con cartones. Por la tarde le envío las fotos a mi abuela Pepi (93 años) que está en Benidorm. No se lo cree pero ya ves, ahí está, 'encendida'.

– No te he preguntado, ¿a ti te gustan las navidades?

– Sí, aunque también siento un poco de tristeza, nostalgia, melancolía. Pero en el fondo hasta esas sensaciones tienen algo de cálido. Además te lo repito, la gente, nuestra gente, la gente de este bar, pone calor a tu vida.

– ¿Cuándo desmontáis? ¿Después de que nos toque la lotería del Niño?

– Hacia el 8 o 9 de enero. Eso sí, anularemos los otros colores y en las luces de la calle dejaremos solo las bombillas azules. Para la víspera y el Día de San Sebastián.

– Voy a ver si me abro paso entre los abetos y los Papás Noel, si no me enredo con el espumillón, si me acabo la caña y cojo el bus 33. Despide tú la página.

– Feliz Navidad. Suerte a todos.

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