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La 'casi' trieja, propietaria de Oslo Studio situada en el barrio de Lorea. LOBO ALTUNA
«Trabajamos el espacio, con el espacio, en el espacio; espacio de vida»

Ciudadanos

«Trabajamos el espacio, con el espacio, en el espacio; espacio de vida»

Yoana Irizar, Edurne Ormazabal, Iñaki Miguel ·

Cuando Oslo está a unos pasos del bar Konporta en Lorea

Begoña del Teso

San Sebastián

Jueves, 18 de julio 2024, 07:20

Mintegiaga, Iraola y Otaño son sus segundos apellidos y Donostia, Soraluze y Alegia sus primeros territorios. Con años y años de experiencia en el mundo del interiorismo, los muebles, los proyectos para crear nuevas maneras de habitar una casa, arquitectos de interiores, un buen día decidieron que querían crear, ellos también, su espacio. El 17 de junio inauguraron en la avenida de Zarautz 117 Oslo Studio. Recuerdan que aquel día llovió. Tanto que la gente del bar Konporta les dejó una sombrilla para proteger del agua y el viento a los invitados que ya no cabían en el interior y así pudiesen charlar, brindar y fumar sin calarse. Ese día supieron que no había sido mala la idea de haber elegido Lorea para ese su... espacio.

– Así que Oslo puede estar en Lorea. No me parece descabellado y además me gusta mucho una película titulada 'Oslo, 31 de agosto' de Joachim Trier, pero decidme, ¿por qué tres amigos y compañeros de trabajo y ambiciones con orígenes en Donostia, Alegia y Soraluze llaman Oslo a su estudio?

– Primero porque nos parece que este nuestro país, norteño a pesar de estar en el sur de Europa, tiene algo de aquellos de allá arriba, de los nórdicos. Y porque en el fondo el sur y el norte están sacudidos por las mismas pasiones. Ya lo dijo Björk...

«La luz... Te encargan que te ocupes de una remodelación total, de (re)habilitar eso, un espacio. Y de la luz no se preocupan hasta el final. Preguntan, ¿cuántas bombillas, focos? Sin darse cuenta de que sin la apropiada, nunca estarás a gusto en ese... espacio»

– ¿La gran dama islandesa?

– Nos encanta. ¿Sabes que grabó su disco 'Homogenic' en El Cortijo Studios de Benahavís, Málaga? Comentó entonces que aún siendo la misma, la pasión del sur sale hacia fuera y la del norte se queda dentro.

– 'Fuego helado', lo llaman.

– Exacto. Y por eso somos Oslo Studio, porque somos de combustión interna, como los habitantes de la ciudad donde nació la primera arquitecta noruega, Georgine Marie Hansen. Y nos pusimos ese nombre, también, porque nos gusta el mobiliario de líneas puras de los países del norte. Y sus ideas para llenar (y vaciar ) el espacio.

– Vale, pero el bar, cerca.

– Eso siempre. No queríamos estar en el centro. Las decisiones que toman nuestros clientes (y nosotros con ellos) no se pueden tomar en la vorágine que rodea la Milla de Oro, las playas o la Parte Vieja. No puedes decidir cómo será tu cocina ni nosotros discernir tus necesidades, gustos, ilusiones, miedos si todos estamos preocupados por la OTA o si ves pasar por delante decenas de turistas o una manifestación estridente. Aquí estamos bien, en el límite de un barrio que nos ha acogido de maravilla, con aparcamiento fácil y las entradas y salidas de la ciudad, al lado. No todos nuestros clientes son de Donostia. Trabajamos con, para y desde Gipuzkoa.

– Habéis hablado de 'ilusiones'. ¿Diríais que trabajáis (o lidiáis) también con emociones?

– Totalmente. Para empezar, con las nuestras. Llevamos tanto tiempo que casi somos una pareja de tres, una trieja. Captamos a la vez las dudas, emociones, inseguridades y deseos con los que vienen los clientes. Hay tipos muy claros y aunque parezca entre viejuno y políticamente poco correcto es verdad que llegan matrimonios en los que parece que él es el ingeniero, el que todo lo sabe pero la que desea la revolución en su cocina es ella. No falta quien todavía cree que la cocina es un lugar 'asocial' por lo que tiene que estar escondida. Y quien, sin embargo, ya ha entendido que puede ser un punto de reunión y ha de ser, además de hermosa, cómoda y 'transitable'; elementos empotrados, mobiliario compacto donde estarán desde la lavadora hasta el microondas y la nevera y una 'isla' en medio para cocinar que permita el paso, el tránsito. Un arquitecto de interiores juega con piedras, maderas, luz, colores, metales pero también con sensaciones. Y según cómo se combinen esos elementos, pueden expulsarte de ese espacio o pueden acogerte. Eso se estudia en psicología.

– Montasteis Oslo porque no queríais ser solo 'vende muebles', pero cuando los vendéis os preocupáis mucho de que sean KM0, nacional y respetuosos con la vida y los humanos.

– Creemos que es una tendencia cada vez más clara en quienes hoy emprendemos un negocio, trabajar con gente de bien. Nos encontramos a la familia que en 1984 puso en marcha en Rincón del Soto muebles de cocina Dica, vimos que había paridad en sus trabajadores, hombres y mujeres por igual, que se respetaban los derechos laborales y asumimos su distribución. Nos gusta el contacto con Enea Design (Legorreta) y Ondarreta (Oiartzun) para las sillas, por ejemplo. ¿Diseño gráfico? Bigga. ¿Trabajos en madera y hierro? Joseba Toribio, Ardaxka... Ese espacio que habitamos, vaciamos, llenamos no puede ser habitado, vaciado, llenado, iluminado, por cualquiera. A todos nos debe unir la pasión.

– Habéis pronunciado una palabra en japonés, 'Wabi sabi'. ¿?

– El aprecio, la sorpresa por la belleza de las cosas imperfectas.

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