Son las 00.30 horas del sábado y dentro del autobús que cubre la línea nocturna B8 pocos esquivan el tema. «Con este tipo de medidas algunas madres dormiremos más tranquilas», comenta Izaskun, sabedora de que está montada en el primer servicio de Dbus que permite las paradas a demanda para mujeres y menores de edad. Una medida que tiene como objetivo mejorar la seguridad de estos usuarios en su vuelta a casa. «Es triste que haya que recurrir a este tipo de acciones», apunta esta madre que tiene tres hijas de 21, 18 y 15 años de edad y a las que siempre pide «que vuelvan acompañadas».
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Temores como el de esta donostiarra del Antiguo, así como el de tantas otras jóvenes, son los que han llevado a la compañía a implantar esta iniciativa que, si bien es limitada en la práctica, recibe el visto bueno de los primeros pasajeros que viajan en esta línea con la medida en vigor.
Autobús
Línea B8 Miraconcha, Benta Berri Seminario: Solo se permitirán paradas a demanda en tres tramos: entre Duque de Baena y Pío Baroja 5, entre Lugaritz y Seminario, y entre Portuene 21 y Donosti Zahar.
Horario: salidas del Boulevard a partir de las 00.30 horas los viernes (hasta las 03.30 h) y 00.15 horas los sábados (hasta las 03.45 h) con frecuencias de media hora. Días: Viernes, sábados y vísperas de festivos.
Características
Cuándo solicitarlo: Una parada antes de bajarse.
Dónde: La viajera deberá desembarcar por la puerta delantera.
No para subir: Las paradas a demanda no podrán utilizarse para subir al autobús.
Condiciones
Acera: Deberá existir una acera de anchura mínima 1,5 metros.
Prohibido: El autobús no parará donde obstruya accesos a viviendas de otros vehículos o personas, ni en isletas, medianas, pasos a nivel, bidegorris, pasos de peatones o rebajes de acera.
Alba, una joven de 23 años, tiene claro que es positivo porque conoce el recorrido que realiza este autobús y asegura que «la parte alta de Pío Baroja, el paseo de Los Pinos o la zona del Seminario tienen poca iluminación y entiendo que haya mujeres que puedan sentirse inseguras». Ella vive en la zona baja del barrio y señala que no tiene problemas en la vuelta a casa, no obstante opina que la medida «es estupenda para quien pueda utilizarla».
En la misma línea se pronuncia Miren, otra joven pasajera que también es habitual de la línea B8. Ella asegura que en Donostia se siente «bastante segura en general» pero reconoce que a ciertas horas y en ciertos lugares «te ves en la obligación de ir más alerta y con miedo». Por su parte, un grupo de amigos cree que la medida tendría que haberse implantado antes pero que «más vale tarde que nunca».
La presencia de periodistas cubriendo la novedosa iniciativa anima el debate entre los pasajeros y despierta la curiosidad de otros, ajenos a lo que ocurre. Es el caso de Macarena, que ha venido desde Ciudad Real con su pareja para pasar unos días de vacaciones en San Sebastián. «Nos acabamos de enterar y nos parece muy bien, porque permitirá a muchas mujeres volver a casa sin miedo», indica. Luisa, por su parte, se ha dado cuenta tras escuchar algunos comentarios y ver los folletos disponibles en la entrada del autobús donde se explica la puesta en marcha de la medida. «Es cierto que hay zonas que pueden dar miedo y esta opción será todo un alivio para muchas», afirma.
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En su primera noche en marcha nadie hizo uso de este servicio. Pero todavía es pronto para sacar conclusiones. Las paradas a demanda se están probando como experiencia piloto en la línea B8-Miraconcha-Benta Berri-Seminario, que funciona las noches de los viernes, sábados y vísperas de festivos. Dbus no descarta extenderla al resto de líneas búho. De momento lo que se quiere es analizar el uso que se haga de esta experiencia en los próximos meses para saber cómo actuar a futuro.
Las reacciones
Izaskun, madre de tres hijas
Sonia, joven usuaria de la B8
Iñaki Ibarretxe, chófer de Dbus
Las mujeres o los menores que deseen bajarse del autobús al margen de las paradas oficiales deben acercarse al conductor y comunicarlo con una parada de antelación. Eso sí, no sin ciertas restricciones.
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Por una parte, solo se pueden solicitar paradas a demanda en tres tramos del recorrido, que coinciden con el paso por las zonas altas del Antiguo: desde Duque de Baena a Pío Baroja 5, entre la parada de Lugaritz-Geriátrico y el Seminario, y entre Donosti Zahar y Portuene 21. Asimismo, la bajada del autobús se producirá por la puerta delantera del vehículo y el servicio no se podrá utilizar para subir al autobús.
«Hombre, habiendo muchas paradas como ya hay en esta línea, si las opciones donde bajarse a demanda son pocas creo que tampoco hemos avanzado mucho», señala Sonia quien, no obstante, reconoce que «por mínima que sea la posibilidad, ya es algo bueno».
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El director gerente de Dbus, Igor González, hizo ayer balance de la primera noche en la que el servicio de paradas a demanda estuvo en marcha, que calificó de «positiva». Aseguró que aunque ningún pasajero hiciera uso de la medida ello «no es indicativo de nada». Desde su punto de vista, pudo ser por desconocimiento de la gente u otros factores «como que en temporada de verano no hay tanta inseguridad, porque la gente vuelve más tarde a casa y se ven más personas por la calle». En cualquier caso, garantizó que se trata de «un derecho que ha llegado para ser consolidado» y que el servicio ha nacido con «vocación de ser definitivo y de extenderse a otras líneas». Si bien señaló que ahora lo que toca ahora es conocer la experiencia del usuario y el conductor antes de darle continuidad a la medida.
«Sí que es verdad que las paradas no están muy espaciadas pero si conseguimos que alguna chica o menor se sienta más seguro, la medida ya compensa», reconoce por su parte Iñaki Ibarretxe, el chófer de este autobús y encargado de estrenar las paradas a demanda.
Entre los requisitos que se tienen que cumplir para una detención del autobús fuera de una parada oficial figura el que exista una acera de una anchura mínima de 1,5 metros donde los pasajeros puedan desembarcar de forma segura. Asimismo, los autobuses no se podrán parar «a menos de cinco metros de una esquina, cruce o bifurcación», ni si obstruyen los accesos rodados a inmuebles dotados del correspondiente vado o si obstaculizan el acceso de personas a un inmueble. Tampoco se podrán detener en lugares donde impidan la visibilidad de señales de tráfico, ni en «isletas, medianas, pasos a nivel, pasos para ciclistas, pasos de peatones ni rebajes de acera». En general, los autobuses no podrán parar allí donde la legislación o los reglamentos del transporte de viajeros lo prohíben expresamente.
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«Los conductores somos receptivos a lo que pasa en las calles, también vemos el telediario y sabemos cuál es la realidad», explica Ibarretxe. En este sentido, recuerda que el autobús no puede parar en cualquier sitio «porque lo principal es la seguridad del transporte y el cumplimiento de la legislación y las normas de tráfico vigentes», pero que «si una chica o un menor tiene un problema y podemos echarle una mano, se hará».
Nadie en el autobús discute el hecho de que esta medida sea solo para mujeres y menores, ya que se consideran los dos colectivos más vulnerables ante posibles agresiones. Todos lo entienden como una discriminación positiva. «No es una cuestión de feminismo. Es que esta es la realidad que tenemos», apunta por su parte Itziar, otra de las pasajeras de esta línea. Sus dos acompañantes asienten.
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Movilidad y Donostibus han querido detallar todas estas condiciones del servicio para que todos las conozcan y minimizar así las posibles diferencias entre pasajeros y chóferes. En este sentido, se ha editado un folleto al efecto, que se ha buzoneado por todas las viviendas cercanas al trayecto de la línea B8 y que también está accesible a la entrada del autobús, justo al lado de la cabina del conductor.
En el documento se deja claro que «siempre prevalecerá el criterio del conductor» en caso de duda o polémica sobre si un viajero tiene derecho a que el vehículo pare en un determinado lugar.
Durante esta última semana tanto Ibarretxe como otros 22 conductores de Dbus han recibido formación específica para poder ofrecer este nuevo servicio. «Vamos a ir viendo y el tiempo dirá si la medida sirve o no», afirma. En este sentido, desde la compañía recuerdan que una alta demanda de este servicio podría complicar el cumplimiento de horarios en determinadas líneas lo que obligaría a reorganizar servicios.
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